Wednesday 15 May 2024 | Actualizado a 02:16 AM

Vadik Barrón: ‘El tema de Suite Bee nace de una ficción fantástica de transfiguración’

El cantautor presentará su octavo trabajo en solitario en un recital en el Teatro Municipal el jueves 8 de marzo a las 19.30.

/ 7 de marzo de 2018 / 04:00

Por primera vez en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez en un concierto en solitario, el premiado cantautor y poeta Vadik Barrón presentará su octavo trabajo discográfico, denominado Suite Bee, el jueves 8 de marzo en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez, a las 19.30. El cantautor habla con Tendencias de sus 23 años como cantautor y de las características que tendrá el recital.

— ¿Qué significa para usted este concierto en el Teatro Municipal?

— Es muy significativo que después de todos estos años me hayan abierto las puertas del Municipal, que es uno de los escenarios más importantes del país, y más aún en la programación oficial de La Paz Capital Iberoamericana de la Cultura 2018. En lo personal se trata de dos cosas: celebrar 23 años como escritor de canciones y presentar al público un nuevo disco, Suite Bee, el octavo como solista tocando con una banda de amigos músicos y grandes invitados.

— ¿Cómo ha sido el trabajo con los músicos invitados que participan en este concierto?

— He trabajado en este último disco con dos músicos con los que tengo mucha sintonía y complicidad: Leo Miranda en bajo y Benjo Chambi en batería. Entonces, ellos son la base rítmica natural sobre la que se levanta todo lo demás. En el disco me hice cargo de todas las guitarras, y para reforzar ese sonido en vivo lo llamé a Ronax Arandia, un músico muy versátil y amigo mío desde hace como 20 años. A ellos se suman invitados especiales que participaron en la grabación de Suite Bee, como el cantautor Gabriel Poma, el pianista Diego Ballón y la cantante Vero Pérez.

Como el show es además una celebración de mi trayectoria, armé un repertorio con canciones representativas de todos mis discos previos y he convocado a amigos músicos con los que compartimos en los últimos años: Manuel Monroy Chazarreta, El Papirri, con quien además tenemos una “parcería”, un tema escrito en colaboración, que cantaremos en vivo y también Carlos Fiengo, con una dosis de hip-hop. y Rodrigo Kabra Cabrera de Suyana y Santa Mandinga, que aportará el toque reggae. Tenemos, además, una sección de brasses con arreglos que han sido escritos para varios discos y que no siempre se puede montar en vivo. Ellos son Luis Clavijo (trombón), Iris Tito (saxofón) y Gary Tohola (trompeta). Para este show estamos trabajando en escenografía con el artista Ángelo Valverde y en visuales y mapping con mi hermano, Álvaro Barrón. Se ha armado un equipo muy lindo.

— Sobre el disco, ¿de qué habla Suite Bee? ¿Cómo ha sido el proceso de gestación?

— El tema del disco nace de una ficción fantástica de transfiguración. Es algo así como La Metamorfosis de Kafka solo que el protagonista no seconvierte en cucaracha, sino en abeja. A partir de esa idea surgieron las canciones de un modo natural y espontáneo. La idea de la abeja permite explorar muchas experiencias: el vuelo, el conflicto entre humanos y naturaleza, el instinto, la contemplación, el nacimiento, la muerte, el panal como universo. Es algo así como una aventura, pero no en la forma de una narración secuencial, sino como estampas íntimas, fragmentos, fotografías. De ahí el nombre de Suite, que se refiere a los movimientos, variaciones musicales. 10 de las 12 canciones que contiene el álbum las escribí en Alemania, cuando vivía allá, el 2014, y estaban guardaditas. El año pasado desempolvé el proyecto, sumé dos canciones que temáticamente eran afines y decidí grabarlo. El disco se grabó en poquísimo tiempo, siete sesiones muy intensas en Submarine con el ingeniero Martino Alvéstegui, quien se involucró muy favorablemente en el proyecto, entre diciembre del año pasado y enero de éste. Además de los invitados que mencioné antes, me alegró mucho contar con la preciosa voz del cantautor Marcelo Arias, los tremendos arreglos e interpretación en saxofones de Álvaro Montenegro y los instrumentos hindúes de Martín Saravia.

— Celebrará en escena 23 años de carrera musical. ¿Cómo comenzó y decidió ser cantautor?

— Comencé en Oruro, donde crecí, en los noventas. Yo marco mi aniversario en 1995 porque es el año en que escribo mis primeras canciones y empiezo a tocar en vivo. Siempre sentí que la música movía algo dentro de mí y como adolescente se hizo una necesidad muy fuerte tomar ese camino. En un principio de una manera bien precaria, aprendiendo por pura inquietud y ósmosis. Y así fui haciendo canciones, tocando en vivo, formando distintas bandas, y en algún momento me di cuenta de que mi vida se trataba de esto.

— ¿Y en qué momento saltó a la palestra el escritor?

— Lo de escribir se dio de manera paralela a la música. Leer y escuchar música han sido y son dos partes fundamentales de mi vida, y una consecuencia natural me parece producir tus propios textos, encontrar tu propia voz. Escribía desde antes de aprender a tocar guitarra y en ambos caminos uno va trabajando y agarrando cancha. Yo escribo sobre todo poesía, que está emparentada con las letras de canciones aunque sean dos cosas diferentes. Y bueno, así como tenía la necesidad de cantar mis canciones en vivo y hacer discos, también quise publicar y por suerte pude ir sacando libros casi a la par de los discos. Son dos trayectos comunicados y complementarios.

— ¿Cómo influyó en tu música el vivir fuera del país?

— No estuve viviendo fuera más que tres años. Y la mía fue una experiencia un tanto casual, nunca la había planeado, pero muy enriquecedora para abrir horizontes y perspectivas, comunicarme con otras culturas y formas de ver el mundo. Además poner a tu música en una línea donde no necesariamente la valoran por sus letras, donde enfatizo bastante, sino por aspectos musicales e interpretativos. Lo que más agradezco es el oficio, porque para poder mantenerme tenía que tocar mucho y en todo tipo de espacios. Pero eso me dio el tiempo, diurno, de poder escribir y componer. Ese material está nutriendo mis últimos tres discos y todavía queda mucho más.

— ¿Cómo ve la escena musical actual en Bolivia?

— Habría que distinguir entre la música que se hace con un afán netamente comercial y de entretenimiento, de aquella que tiene otras búsquedas sonoras, temáticas y estéticas. La primera domina la atención del público, de las platas públicas, los medios, y se hace difícil para un músico vivir, al menos como intérprete en vivo, si no se relaciona con este medio. Eso ha instituido un statu quo musical bastante mediocre. Pero alternativamente hay artistas que se mantienen en lo suyo, que hacen música propia, que proponen y que generan un público, no masivo pero sí suficiente. También creo que crecimos en el campo formativo, porque cada vez hay más músicos jóvenes con muchas herramientas y tocando muy bien. También me gusta que, pese a que somos muy puristas con los géneros, ahora hay más apertura a colaboraciones, fusiones e intercambios. Creo que en Bolivia se hace arte de calidad, pero no siempre es valorado. Lo que sí me parece es que en un país como éste, donde las demandas sociales se llevan a —y se consiguen en— las calles, tenemos la necesidad de hacernos más fuertes y solidarios como sector, pelear por espacios, leyes y fondos culturales para todos, en vez de disputar en secreto las migajas que nos lanzan. Menos glamour y más conciencia.

— ¿Cómo ha evolucionado su discurso artístico en estos 23 años?

— No sé si se trate de evolucionar sino de mantenerse vivo, en movimiento, leal a lo que sientes y piensas. No creo que sea todavía hora de balances, y al final el trabajo de uno lo juzga el público, los medios, los colegas. Uno aspira a cantar, tocar, escribir mejor, a que los discos suenen bien, que sean más propositivos, ambiciosos. Aún siento que tengo mucho por aprender y hacer.

El Vadik

Manuel Monroy Chazarreta / Cantautor

Mi amigo Vadik Barrón es un artista. Militante de los sentidos, su pluma poética genera una definición de las cosas, una multivisión arriesgada y honesta. Todo el día está pariendo versos y acordes, definiendo la vida desde sus lentecitos contemporáneos, pintando las enaguas de pop. Me gusta escucharlo, me alegran sus guitarras eléctricas, su pulsación de tierra en La Sorateña, su viaje del futuro al pasado, sus efectos personales, porque “siempre dice la verdad aunque parece que mienta”.

Vadik le hace bien a mi ciudad, a sus calles, la actualiza, la resetea, genera un antropofagismo sano, una digestión constante de cosmos y pueblo. Cuando convoca a la muerte en sus versos nos regala vida, hace dar cuenta de que “el desierto y el mar son gemelos del mismo sol abyecto”.

Fuerza Vadik, salud y buenas antenas, ya eres uno más de la corta alineación de etesticos, tu riesgo es un milagro de cosecha y siembra hermafrodita, queda agradecer tu sensibilidad extrema, tu autismo colectivo, tu tren a la isla, tu generosa valentía: ni se te ocurra dejar el camino. Te kero ver.

Un repaso por 23 años de carrera

Miguel Vargas

La música de Vadik Barrón combina la tradición de la música popular latinoamericana con los recursos sonoros y estéticos del rock y el pop, logrando un cancionero diverso, intimista y sin miedo a beber de múltiples influencias. El artista se ha presentado en diferentes escenarios de Bolivia, además de Brasil, Argentina, Perú, Alemania, España, Suecia, Suiza y Dinamarca.

En su faceta de escritor ha publicado cuatro poemarios y un libro de prosa, además de Tragaluz, que nomina a un poemario y DVD. En 2013 ha ganado el Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal en Bolivia y también el Premio Eduardo Avaroa en Categoría Pop-Rock.

El nuevo álbum y la discografía completa del cantautor, estarán a la venta en el Teatro Municipal la noche del recital. Las entradas tienen un costo de Bs 50 (platea), Bs 40 (anfiteatro) y Bs 30 (galería). Para más información visitar la página del evento en Facebook.

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Ran Kurosawa, una muestra bajo el influjo del ‘Sol Rojo’

La exhibición se presenta en la Casa de la Cultura de La Paz hasta el 20 de mayo

La muestra de Ran Kurosawa está dividida en tres partes, que tienen el uso del color rojo como eje unificador.

Por Miguel Vargas

/ 12 de mayo de 2024 / 06:22

Sol Rojo es la tercera exposición individual del artista plástico Ran Kurosawa (Reynaldo J. González). Reúne cerca de 40 obras en dibujo, pintura y collage realizados los últimos años por este artista ganador del Gran Premio del Salón Municipal de Artes Plásticas Pedro Domingo Murillo 2023 y  galardones como el Concurso Nacional de Dibujo Fernando Montes Peñaranda y el Premio Plurinacional Eduardo Abaroa.

Este muestra — que estará abierta al público en la Sala María Esther Ballivían de la Casa de la Cultura hasta el 20 de mayo—está conformada por tres series de obras elaboradas en técnicas diversas. “La primera es un conjunto de casi una veintena de retratos figurativos de personajes del cine, mi gran afición”, señala el artista.

La segunda incluye una serie de figuras femeninas en retratos de medio cuerpo. Y la tercera es una serie de obras abstractas elaboradas en técnicas mixtas.

“El elemento común entre todas las obras es el uso predominante del color rojo, debido a su alta expresividad y sus connotaciones relacionadas con una alta emotividad. Asimismo, las series de figuras femeninas y obras abstractas tienen en común una vocación por la experimentación y combinación de materiales y técnicas”.

Entre los retratos en exposición pueden encontrarse las series Cinefilia e Iluminaciones, con imágenes de directores de cine como el chino-hongkonés Wong-Kar wai, el italiano Pier Paolo Pasolini o el japonés Akira Kurosawa, así como efigies de actrices como Maria Falconetti, Maggie Cheung y Eva Green. Las obras abstractas incluyen experimentaciones en tinta china y acuarela, así como pinturas expresionistas próximas al informalismo.

“La muestra pretende ante todo transmitir al espectador su gusto personal por la práctica del dibujo y de la pintura sin ninguna pretensión conceptual o de lucimiento técnico. Por ese motivo, las obras figurativas se caracterizan por el estudio de la figura humana y la incidencia de la luz sobre los volúmenes, mientras que en las obras abstractas destacan cualidades opuestas como la elaboración rápida, la combinación de materiales, y la expresividad de la mancha y las pinceladas”.

El título de la exposición —Sol Rojo— se relaciona con las connotaciones negativas del verbo “asolar”. “Pueden combinarse con algunas de las obras exhibidas, desde retratos con ciertos detalles expresionistas hasta abstracciones que pueden evocar lo derruido, lo seco, lo áspero”.

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La muestra de Ran Kurosawa está dividida en tres partes, que tienen el uso del color rojo como eje unificador.

Artista plástico, investigador en arte y periodistacultural, Ran Kurosawa (Reynaldo J. Gonzáles) nació en La Paz, estudió en la Carrera de Artes de la Universidad Mayor de San Andrés y desde 2011 exhibió su obra en más de 15 exposiciones colectivas y múltiples concursos nacionales. Esta es su tercera exposición individual.

Esta exposición forma parte de las actividades del Salón Pedro Domingo Murillo, premio ganado por Kurosawa en 2023, con una activación especial a realizarse el 18 de mayo en el marco de la Larga Noche de Museos.

Texto: Miguel Vargas

Fotos: Ran Kurosawa

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‘Hotel Hazbin’: entre pecados, música y redención

Vivienne ‘VivziePop’ Medrano ofrece una serie que deconstruye las ideas del infierno

Por Miguel Vargas

/ 7 de abril de 2024 / 06:47

Eso de que un pecador arderá en el fuego eterno y le rechinarán los dientes por los tiempos de los tiempos no va más: Hay sobrepoblación en el Infierno, motivo por el que un ejército de ángeles hace cada año una depuración, exterminando demonios para que entren nuevos caídos. Ese es el planteamiento de Hotel Hazbin (Amazon Prime), serie animada musical que deconstruye los conceptos del bien y el mal, del pecado y la redención.

Con una paleta donde predominan las formas punteagudas y el contraste entre el negro, el rojo y el blanco, la serie creada por la artista estadounidense Vivienne ‘VivziePop’ Medrano, inspirada en creencias judeocristianas y en la demonología, presenta a la cándida Charlie Morningstar, hija de Lucifer y Lilith. Como princesa del infierno, la rubia joven se ha propuesto combatir la sobrepoblación de su reino rehabilitando a pecadores y demonios mediante una insospechada estratregia: la redención hacia la bondad en su Hotel Hazbin.

El programa recurre a estas figuras mitológicas para replantear y explorar los orígenes de lo que consideramos malo y se lo contextualiza en la sociedad actual. Cada personaje representa el lado humano de la virtud y el pecado. Así se presenta a un Adán vanidoso, por tratarse del primer ser humano, sediento de sangre de demonio, a pesar de ser un ángel, y se plantea a Lucifer como alguien que confió en que el ser humano tome buenas decisiones en el momento de tener libre albedrío.

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Hotel-Hazbin

La música —creada en un estilo que navega entre la tradición de Disney y la ópera rock de Broadway— y la animación son la pieza clave para navegar por las aguas pantanosas de los dogmas de fe y cuestionarlos: ¿un ángel que no quiere salvar la vida de un niño demonio debe ser desterrado? ¿Quien es víctima de un proxeneta es un pecador? ¿Obedecer la ley aunque implique una injustica es lo más importante?

En un programa lleno de colores y de notas musicales, los grises se van imponiendo poco a pocoen una primera temprada sin pierde. Y es que más que respuestas, como hace todo buen arte, siembra preguntas que uno mismo debe responder.

Texto: Miguel Vargas

Foto: Internet

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Silvia Cuello saca a la luz el abismo

A través de ilustraciones, la artista visual recorre en un libro y en una exposición en el Museo Nacional de Arte su proceso contra la depresión

Por Miguel Vargas

/ 25 de febrero de 2024 / 06:49

No son frecuentes las valiosas oportunidades en que podemos encontrarnos con una narración tan bien ilustrada y elocuente de algo que resulta ser muy profundamente subjetivo: las vivencias de experiencias y emociones de la depresión, descritas por una persona que nada más y nada menos es una de sus protagonistas”, escribe la doctora Elizabeth Patiño Durán, presidente de la Sociedad Boliviana de Psiquiatría, en el prólogo del libro El abismo ilustrado, obra que con motivo de la exposición de igual nombre que la artista Silvia Cuello presenta en la sala Diez de Medina el Museo Nacional de Arte (Comercio y Socabaya) se plasmó en un tiraje inicial de 50 ejemplares. “Mi objetivo es lograr apoyos para realizar una tirada grande y que el libro pueda distribuirse en escuelas y centros psiquiátricos y sanitarios”, visiona la artista española radicada en Bolivia.

“En un despliegue de genialidad, Silvia nos muestra con una impresionante sutileza, en los trazos diáfanos, precisos y hermosos de sus pinceles y de su pluma, las diferentes manifestaciones del cúmulo de vivencias y emociones tormentosas, que caracterizan este trastorno”, continúa la especialista que trató a la artista, quien fue diagnosticadahace varios años con depresión crónica.

“En medio de todo ello, la motivación y el eje central que movió a Silvia nos muestra su gran capacidad de resiliencia, sobreponiéndose a la adversidad y presentándonos esta obra de arte que además se constituye en una innovadora guía, para ayudar a quienes atraviesan cualquiera de las formas de depresión, a sentirse menos solas y menos ‘locas’, y brindar valiosas pautas de empatía a las personas que las rodean, para entender, comprender, acompañar e impulsar a buscar ayuda a tiempo”, finaliza Patiño Durán, presentando la serie de 26 ilustraciones que conforman la exposición.

“La depresión es una enfermedad que despierta poca empatía. Apenas se habla de su existencia y muchas personas la padecen en silencio, o incluso sin saberlo.  Aunque es una idea extendida, la depresión no equivale a estar triste, sino que se trata de un trastorno mental complejo y difícil de describir, que en los casos agudos impide desenvolverse en la vida cotidiana”, introduce Cuello sobre la temática que explora El abismo ilustrado.

La artista nació en 1980 en Barcelona, España, es licenciada en Bellas Artes y se dedica a la pintura y a la docencia. Llegó a Bolivia como voluntaria a Cochabamba, y se quedó explorando distintos lenguajes, como el collage. Para esta muestra, el vehículo fue la ilustración.

“La depresión no es algo a tomar a la ligera, es la principal causa de suicidio a nivel mundial. Mirar hacia otro lado, tanto si el problema lo padece uno mismo, como si lo sufre alguna persona de nuestro entorno, agrava la situación. En la mayoría de los casos la depresión se puede curar, pero solo si se trata a tiempo con ayuda profesional”, acota la creadora.

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“Cada persona sufre de manera distinta la depresión pero, aunque los síntomas sean diversos, lo que siempre está presente es un padecimiento mental atroz, muy activo y difícil de describir. Es por ello que, en un intento de darle una forma visual a ese sufrimiento, he querido hacer este libro, cuyos principales propósitos son tres: En primer lugar, tratar de que las personas con depresión se sientan un poco menos solas en su lucha, al mostrarles que lo que están sintiendo no es algo raro. En segundo, enfrentar el tabú y dar a conocer mejor la enfermedad, para que personas que tal vez la padezcan sin saberlo, tomen conciencia de ello y busquen tratamiento.Y en tercer lugar, hacer la depresión un poco más entendible al resto, para que los familiares y amigos de los afectados sean más capaces de empatizar con ellos y poder ayudarles”.

Y así como fue una poderosa catarsis, la exposición tomó también la forma de un impreso y continúa hoy su propio camino. “Culminar este libro ha sido un objetivo personal que me ha dado sentido y dirección durante lo dos últimos años. El proceso creativo ha sido duro, ha habido varios momentos de desmotivación y amarga autocrítica. Así que estoy muy orgullosa de haber seguido adelante, hasta el final”.

Es duro ilustrar la propia vulnerabilidad, “pero pienso que como artista tengo la posibilidad y en cierto modo el deber de usar mi don para ‘tocar’ a los demás de algún modo. —concluye la autora— Con esta obra he querido transmitir el mensaje de que no es fácil vivir con depresión, pero que se puede salir, y que vale la pena el esfuerzo. Personalmente estoy agradecida por las lecciones valiosas que he aprendido en este camino”.

Texto: Miguel Vargas

Imágenes: Silvia Cuello

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Un singani de Villa Abecia guarda el alma de un teatrista

¿Es posible que un actor pueda concentrar su esencia en una bebida espirituosa? Así lo prueba Kike Gorena

Por Miguel Vargas

/ 18 de febrero de 2024 / 06:42

Que un perfume lleve el nombre de un actor famoso es cosa de todos los días en Hollywood, pero que un destilado —un singani, y de Villa Abecia, además— lleve el nombre —y el alma— de un teatrista boliviano es menos común. El actor, director y dramaturgo potosino (1978) Kike Gorena es el hombre en cuestión. Y él mismo va a relatar este su paseo por los élixires de la uva moscatel de los Cintis.

— Cómo surge la idea de lanzar tu propia marca?

— Como alguien diría, “me han obligado” los amigos que han sido mis primeros clientes cuando vendía este embotellado como singani de Villa Abecia. Como buen embajador cinteño me tocó propiciar varias degustaciones donde pude ver cómo este singani, literal, les acariciaba el alma… aunque una amiga por molestar decía que también le acariciaba el hígado. Estos degustadores muy entusiastas siempre alimentaron entre broma y broma la fantasía de que el Tonelito algún día será un singani top, súper famoso y reconocido. Así nació la idea de bautizarle como ya le llamaban de cariño: Tonelito de Gorena.

El segundo paso fue hacerle una etiqueta. Todo entra por los ojos y un producto artesanal sin nombre y sin etiqueta no te entusiasma mucho, salvo que ya lo hayas probado. Así fue que, jugueteando con mis primos y primas, hicimos la fotito que después sería nuestra primera etiqueta, que se basó en el Dios de Miguel Ángel, quien alcanza una copa de singani a un mortal. Como reza en nuestra actual etiqueta “Un día el maestro singanero, cual fresco de Sixtina, alcanzóme su bebida, sostenido por querubines, que cantaban hasta los confines.”

Archivo Tonelito

En nuestro caso el maestro singanero es mi tío Ramiro Ibañez, todo el honor y gratitud al mago de la uva que convierte el fruto divino en ese singani exquisito, al que de cariño todos en el pueblo le conocen como Calacho.

— Esta bebida evoca además imágenes: ¿Qué ha significado en tu vida el singani?

— Yo me crié viendo cómo mi papá preparaba sus cocteles y chuflays con el singani que le llegaba de Villa Abecia, de donde él era. Nosotros vivíamos en Potosí y todos los fines de semana, antes del almuerzo, era de rigor tomar unos aperitivos. Ni siquiera a los niños se nos mezquinaba el vino ni el singani; por supuesto sorbitos, no van a creer que me daban en mi mamadera.

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Así fue que me contagié del entusiasmo de mi viejito para preparar sus finos cocteles. Se notaba que le causaba orgullo convidar el traguito de su tierra, y qué mejor si era con limones de Villa Abecia, si de chuflays se trataba. El singani para mí es un vínculo directo con la tierra cinteña, donde pasé mis mejores vacaciones. Es el verdadero cable a tierra donde realmente se ejerce la libertad. Supongo que por eso me da por romantizar sobre ese líquido que tiene contenido el esfuerzo del viñatero, el talento del destilador, el trabajo de la naturaleza para producir esa uvita y lo más increíble es que todo eso se logra sentir cuando tomas un sorbo del Tonelito. Algo mágico pasa ahí, no es así nomás. Por eso la misión que tengo como El Duque del Singani es lograr que más personas tengan la posibilidad de tomarse y conocer un Tonelito de Gorena.

— ¿Cómo describes la personalidad de tu marca, que se evidencia en la publicidad que sueles hacer al singani?

— Su personalidad está en el atribuirse poderes y títulos que dice que te otorgan cuando tomas Tonelito. Sin admitir que se trate de publicidad engañosa, más bien, tiene que ver con jugar con lo que no está del todo descartado. Porque Tonelito sí te puede mostrar las estrellas, o te ayuda a conectarte con tus raíces y te hace hablar en lenguas. También te puede dar glamour, aunque flotando en un estanque sobre una cama de botellas pet. O te puede dar la inmortalidad de un vampiro. O te ayuda a conquistar a tus suegros. Quizá te ayude a cruzar a pie el salar de Uyuni.

Revisando en el “Face” las primeras publicaciones que hacía, ya estaban en esa línea de afirmaciones marketeras y osadas, como una que decía que “Tonelito de Gorena no te abandona ni en el auto de buen Gobierno #pedidosInbox”. Más allá de tratarse de algo serio o en juego, creo que hay un limbo de lo indefinido donde siempre me ha gustado jugar, incluso desde el teatro.

Si solo ofrezco el mejor singani de Villa Abecia no es suficiente, por muy verdadera que sea esta afirmación. Hace falta propuestas publicitarias más arriesgadas para salir del molde y sobresalir del resto. Alejarse de la pretensión de ofrecer, clase, distinción, exclusividad, status… valores que están lejos de la mayoría de la población. Sería más lindo querernos tal cual somos y apreciarnos también con nuestras imperfecciones. Recuerdo que cuando sondeaba el impacto de mis publicidades con los compañeros de mi promoción, la sensación era parecida. Me pedían que se muestre personas más elegantes, vasos mas finos, como si el encanto del singani no estuviese también en sus alegres borrachitos. Otras amigas se fijaban si las uñas de la actriz estaban bien pintadas. Detalles a los que conscientemente me rehusé porque quiero que quede la sensación de que el singani no es ni para algunos ni para todos; es para cualquiera, como el teatro, según Javier Daulte, gran director y dramaturgo.

— ¿Cómo se funde el singani con tu trabajo en el teatro?

— Tengo que admitir y agradecer que la mística de mi singani está construida también por quienes me acompañan de buena voluntad a hacer las publicidades, donde participan desde la técnica o desde la actuación. Son grandes valores como Coco Toro, Mizkicho Valverde, Pedro Grossman, Diego Massi, Javier Badani, Ale Molina, Eric Calancha, Nicole Terrazas, Francia Oblitas, Ale Viviani, Carlos Guzman y Alejandra Sanzetenea, todos ellos del teatro o el cine. Este apoyo es una evidencia de que el teatro y el singani tienen que ver y pueden conversar saludablemente a través de nosotros, que somos honestamente felices con las cosas sencillas.

La publicidad de Tonelito de Gorna apela a la vida bohemia, a la fantasía y al arte.

— ¿Cuál ha sido la recepción en La Paz?

— Creo que la gente aprecia mi singani por las demostraciones de cariño que hacen al comentar su experiencia, muchas veces con palabra llenas de poesía y auténticos deseos de que me vaya bien. Una vez, por ejemplo, en el comprobante de una transferencia pusieron como referencia: “pago de trago rico”. También me mostraron los lugares donde guardan sus botellas, los tragos que  preparan o sus maneras de consumirlo, como el estilacho sublingual de Luis Bredow o el sorbo a sorbo sostenido de Fernando Figueroa.

Como es un singani artesanal, la venta es de tú a tú. Se puede pedir por la página en Facebook e Instagram o al WhatsApp 72141212. En Rayuela, El Bestiario o Casa de Piedra en La Paz, les pueden hacer con Tonelito de Gorena un rico traguito.

Texto: Miguel Vargas

Fotos: Archivo Tonelito

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Diseños desde Oruro para el mundo

Pinky Arias combina la arquitectura con la moda para crear sus propuestas para grupos folklóricos

/ 4 de febrero de 2024 / 07:07

La arquitectura se unió al diseño de modas en la vida de Pinky Arias gracias al Carnaval. Durante sus estudios universitarios, ella comprendió que su carrera es madre del diseño. “En ella se estudia la antropometría y la sensibilidad del ser humano, siendo estas las bases para diseñar un singular vestuario, ya que es un ser humano quien habitará cada una de las prendas”, recuerda Pinky Arias, que este año vuelve a llevar la imaginación y sus conceptos desde su atelier en Oruro a las calles de su ciudad para la celebración del Carnaval.

Pinky Arias nació el 20 de septiembre de 1978. Arquitecta de profesión y diseñadora de modas para ambos sexos, ha bebido desde niña de la influencia folklórica de la fiesta que en 2008 fue inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. “El minimalismo, donde “o menos es más, y la riqueza cultural histórica es la fuente de inspiración para mis diseños”, expone la creadora.

El Carnaval en Oruro se siente en el aire, y en estos días previos a la fiesta, el trabajo para Pinky es desafiante. Creció junto a sus nueve hermanos, siete mujeres y dos varones, fruto de padres orureños, artistas y artesanos.

En diciembre de 2008 fue que abrió su atelier Pinky Moda y Arte, donde hace diseño de decoración interior y mobiliario. Su imagen corporativa causó impacto y su popularidad fue inmediata, naciendo así una de las casas de moda más significativas de la ciudad de Oruro.

Otoño-Invierno Primero lo nuestro (mayo, 2009) y Primavera-verano De rosa a fcsia y punto (septiembre, 2009) fueron las primeras colecciones. Para enero de 2011 creó su Calendario del Carnaval de Oruro, en formato de lujo, con siete fotografías de trajes de antaño y trajes actuales elaborados en su taller.

En noviembre de 2012, ya en pasarela, presentó la colección Tridimensión de colores y le siguieron Obras a mano alzada (2013), 7 placeres (2015), Kiswara (2016) y Foklor art (2018), entre muchas otras presentaciones en Oruro, Cochabamba, Sucre, Potosí, Beni, Santa Cruz y en Chicago, Estados Unidos.

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Si bien el atelier diseña y confecciona durante todo el año vestidos de gala, de novia, de quinceañeras, trajes dos piezas, abrigos, vestuario para niñas y organiza sus colecciones, se ha especializado en la creación de vestuario para las figuras y ñaupas de la morenada, trajes de china supay de la diablada y trajes de caporal.

El tiempo apremia. El nerviosismo por la llegada del Carnaval empezó en octubre de 2023, cuando se concentró en elaborar la prendas que lucirán los danzarines de diferentes conjuntos este año. “Nuestro atelier en esta época maravillosa en la ciudad de Oruro respira Carnaval”, dice.

Algunos de los trabajos del atelier de

La orureña Pinky Arias es arquitecta y diseñadora de modas.

“Ostentosas corsetería de china morena, tentadoras polleras de la china supay, el encanto de la blusa de la Negra María Antonieta, las capas dimensionales de los Siete pecados capitales que brillan en pedrería y swarovski, el encuentro de mostacilla-lentejuela/canutillo-perla de los tocados para las tobas, al son de cascabeles y dragones en oro milan, posando en un entallado enterizo de macho caporal y una elegante coqueta charretera de kullawada en cuentas rojo, amarillo y verde componen un nuevo cuadro de tendencia tridimensional que, puntada a puntada, y hecho con amor a mano, medida y personalizado; brillarán en esta Obra Maestra del Patrimonio Oral e intangible de la Humanidad”, describe con orgullo.

Texto: Miguel Vargas

Fotos: Pinky Arias moda y arte

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