Rodrigo Bellot: “Esta obra podría generar realmente algo innovador, diferente y positivo para el teatro”
La nueva obra del cineasta y director de teatro, ‘Tu me manques’, se presentará el 17 y 18 de julio a través de Zoom
Tu me manques, del director de cine y teatro Rodrigo Bellot, nació como una obra de teatro escrita y creada en 2015, incluyendo el lenguaje virtual y las nuevas tecnologías sociales como parte de su narrativa. Este 17 y 18 de julio el público podrá disfrutar de una versión totalmente renovada, esta vez entrando a una reunión de Zoom.
La obra ha ido creciendo con el paso del tiempo. En 2019 la pieza saltó al cine y este 2020, en plena pandemia por el COVID-19, se nutre con la participación de la actriz cruceña Lorena Sugier, desde Bolivia, y Daniel Horvath, desde España. La producción está a cargo de Leonel Fransezze y Claudia Gaensel. Las entradas se venden por SuperTicket y están a Bs 50.
Rosario, una madre boliviana que revisa la cuenta de Facebook de su hijo Gabriel buscando respuestas sobre la razón de su suicidio. Al encontrar una última conversación con Oleg, un joven ruso en New York, descubre que su hijo tenía una relación homosexual con él antes de regresar a Bolivia. Así comienza esta nueva propuesta de Bellot.
- ¿Cómo surge está versión, ahora centrada en el personaje de una madre?
- Esto salió como una microobra parte de la obra Excepciones, 12 reglas del amor de Eduardo Calla que hicimos en La Paz, luego se convirtió en una obra de teatro y la obra de teatro se convirtió en una película y, claro, en ese proceso hubo varias recreaciones desde Fernando Gamarra a Carlos Valverde y de ahí a Oscar Martínez, todos con una versión y una propuesta diferente del personaje. Había investigado ya a profundidad el tema de la masculinidad de un padre y su posición frente a la homosexualidad del hijo desde un machismo y homofobia inherentes en Bolivia. En la obra de teatro estaba también la ausencia de la mujer, entonces quería investigar algo también más profundo o diferente. Por eso surgió la propuesta esta vez de que sea una madre y trabajar con una mujer que yo admiro tremendamente desde hace años, con la que ya hice varias películas, Lorena Sugier, y ver desde su posición qué propone esta madre de clase media en Santa Cruz.
- ¿En qué se diferencia esta historia de las del filme y la obra?
- Hay un par de diferencias con la original, que es con Carlos Valverde, pero la base sigue siendo la obra que se publicó con La Hoguera como libro y que va en su segunda edición. Volvemos a lo básico: una madre que llama a un contacto viendo la última conversación que su hijo tuvo por Facebook y llama para buscar respuestas. Es una obra de confrontación entre dos personajes, pero al cambiar el género del protagonista también cambian muchas sutilezas sobre la manera de ver y la manera de enfrentar la pérdida de un hijo. Y aunque sean sutiles y menores, tienen un gran impacto en el macro de la obra. Además proponemos esta vez que el novio no es un chico boliviano sino un extranjero, un ruso que vive en Estados Unidos y que es exiliado político de Rusia y que tiene una visión muy diferente a lo que es la vida en Bolivia, y que viene de una cultura donde realmente se condena con la muerte o la cárcel la homosexualidad. Ahí estamos explorando el choque cultural en el lenguaje en la manera de ver las cosas entre una madre boliviana y un chico ruso que ha tenido que dejar su país, su identidad y su cultura para poder ser libre en Estados Unidos.
- ¿Cómo ha sido el proceso de la obra?
- Pues la idea de esta obra ha salido justamente de lo que estamos viviendo con la pandemia y lo primero que uno como artista se pregunta es qué va a pasar con el cine, qué va a pasar con el teatro, si la gente va a ir a ver nuestras obras, si esta es esta la muerte del teatro como lo conocemos o si hemos perdido nuestro espacio para comunicarnos. Ahí empecé a ver que mucha gente proponía nuevos formatos, nuevas plataformas digitales y virtuales para poder hacer teatro y busqué alguna obra que yo pueda hacer por Zoom, que se está convirtiendo en la plataforma de comunicación mundial hoy en día.
Y buscando esa obra, no la encontraba. Vi un par en Nueva York en que se adaptó teatro tradicional al Zoom y no funcionó, a mi parecer, porque requería de interacciones espaciales y ese contacto entre actores. Sabía que la obra debía ser exclusivamente pensada para el formato de Zoom e intentando buscarla me encontré con que ya había escrito sin querer yo una sin tener esas tecnologías: Originalmente Tu me manques era entre dos personas que se comunicaban por Skype y era toda una comunicación virtual. Era ideal para adaptarla a Zoom, ya que originalmente funciona con el lenguaje estético y formal de Zoom.
- ¿Cómo se hicieron los ensayos?
- Empezamos a desarrollar la idea a mediados de abril y estamos ya hace un mes en ensayos. Lorena está en Santa Cruz, en este momento Daniel está en Barcelona y los tres actores invitados sorpresa en la obra están en Nueva York y en Miami. Yo, desde Amsterdam, envío un link de ensayo y nos juntamos tres veces a la semana desde nuestros rincones del mundo vía Zoom. Es una metología súper interesante que me ha abierto la mente muchísimo, porque ya no necesitas la parte presencial y te permite acceder con mucha más rapidez a cosas que jamás antes hubieras pensado.
- ¿Cómo se trabajó estéticamente esta versión?
- Hubo mucha adaptación, porque la obra estaba de alguna manera escrita para Facebook, Instagram, Skype… Se ha cambiado un poco el formato, pero sigue siendo una exploración de nuestro mundo virtual y cómo nos comunicamos ante la imposibilidad de la confrontación física. Vemos qué elementos dramáticos proporciona que alguien cuelgue mal, la falta de comunicación, el internet; ese tipo de cosas que se convierten en partes estéticas de la propuesta, pero también parte de la obra en sí mismas. Es importante que se sienta totalmente orgánico y no simplemente sea teatro leído en Zoom. Ahora se están haciendo muchas lecturas de teatro y de guiones por Zoom, pero no deja de ser eso, solamente una lectura. No tendremos solamente cabezas parlantes, sino que estamos intentando jugar con los celulares y cambiar de locaciones para que la obra tenga mucho movimiento, kinesis, y eso es lo que estamos proponiendo.
- ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de este formato?
- Esto es lo más interesante del proyecto: es un momento en que efectivamente la producción de teatro y cine se ha visto altamente afectada y está el miedo de la gente por acercarse a una sala aunque hayan nuevas regulaciones, nuevos protocolos para volver a una cierta normalidad. Es muy difícil pensar a corto plazo en un teatro tradicional como lo veíamos antes. Lo que más me entusiasma es proponer una manera de hacer teatro sustentable de muy bajo costo, porque no necesitas pagar teatros, no necesitas hacer escenografías costosas y al mismos tiempo te permite generar una plataforma sustentable donde los actores ganen, la gente compre su entrada y haya una economía detrás, de manera que la gente tenga acceso a entretenimiento y a propuestas artísticas como las que tenía antes, pero desde su casa. Creo que eso también ha cambiado mucho la visión de la importancia del arte y del entretenimiento en nuestras vidas en el encierro, en momentos de prudencia, cuidados y salud. Esto te proporciona una alternativa más que no es Netflix y que también te permite activar el trabajo de cientos de productores, actores, directores, dramaturgos y ojalá que sirva también como una referencia más más para que se siga haciendo teatro en Bolivia y no paremos los artistas de crear, de producir, de consumir teatro y de difundirlo.
- ¿Cómo cree que reaccione el público?
- No sé cómo va a reaccionar el público, de hecho ya se está hablando incluso de una fatiga del Zoom, pues creo que mucha gente está pasando mucho tiempo en esta plataforma con clases virtuales, con reuniones de trabajo virtual… creo que es la única desventaja. Al mismo tiempo el hecho de que no es algo formal y que más bien es entretenimiento ayuda: es una obra bastante emotiva, desgarradora y tenemos música, tenemos imágenes y tenemos muchas sorpresas en la obra. Yo creo que por lo menos como una propuesta innovadora va a funcionar. Estamos haciendo solamente dos funciones y trabajamos durante meses para eso. Si esto funciona podría generar realmente algo innovador, diferente y positivo para el teatro nacional y mundial. Además plantea la posibilidad de trabajar con actores extranjeros sin movilizarlos, sin trasladarlos a hoteles ni pagar lo que implica traer una persona de otro país; puedes trabajar con actores en cuatro países diferentes simultáneamente. También sabemos que cada vez la atención del ser humano está más corta y hemos querido proponer una obra de 40 minutos, que ya de por sí es muy intensa.