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Sunday 9 Jun 2024 | Actualizado a 01:08 AM

Capacidad crediticia

En tiempos en los que el ritmo de crecimiento global parece estancarse o inclusive retroceder, el acceder a...

/ 1 de noviembre de 2015 / 08:40

El reciente préstamo de 7.500 millones de dólares aprobado por el Gobierno chino en favor de Bolivia para la ejecución de megaproyectos en infraestructura caminera, ferroviaria, deportiva y aeroportuaria, marca un hito relevante en cuanto a la capacidad de endeudamiento que tiene la economía nacional, pero más destacable aún, la confianza que demuestra la segunda economía del planeta en nuestro país como socio comercial.

En tiempos en los que el ritmo de crecimiento global parece estancarse o inclusive retroceder, el acceder a fuentes de recursos que aseguren mayor inversión, a primeras luces permitirá en el corto y mediano plazo sostener el de-sempeño económico interno, sin embargo, debe primar la cautela y la priorización de financiamiento en proyectos que generen efectos multiplicadores en el largo plazo, porque si algo es cierto, este tipo de deudas se deben honrar.

Lo cierto también es que un mayor endeudamiento tiene como contingencia el comprometer recursos futuros en pago de intereses y capital, que si éstos no revierten la actual tendencia a la baja, se podría comprometer la estabilidad de las finanzas públicas y con esto el futuro de las siguientes generaciones de bolivianos que heredarían la deuda contraída.

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Re-conocimiento de la vida integral en las urbes

/ 9 de junio de 2024 / 00:07

El pasado domingo se realizó una marcha de protesta ciudadana en pleno centro de la ciudad de La Paz, pidiendo frenar el trato inhumano y cruel contra los animales, y en especial a los perritos. El detonante fue la crueldad extrema que efectuaron algunos militares bolivianos en la ciudad de Santa Cruz, baleando a un can indefenso. Resalto los efectos del proceso de concientización de esta forma de protesta y desde las calles. Valoro el crecimiento de estas manifestaciones públicas que van generando un perfil muy interesante, apostar por otra forma de convivencia entre personas, animales y seres espirituales.

Pero también nos duele tanto que nuestros hermanos/as oriundos del Norte de Potosí duerman en la calle (avenida Perú), cerca de la terminal de buses de la ciudad de La Paz. Empieza el crudo invierno y cómo permitir que nuestros conciudadanos estén a expuestos a tan bajas temperaturas. Hace años que nuestros compatriotas visitan nuestra ciudad y tienen todo el derecho, pero no encuentran atención básica sobre dónde hospedarse. Todos los niveles de gobierno tienen la obligación de brindar protección y seguridad. Como se apoderó la insensibilidad de los (y de sus) representantes políticos en la Asamblea plurinacional y del Norte de Potosí, que saben que están ahí pero no les importa.

Pero sobre los animales, aún se escuchan voces negativas sobre estas manifestaciones. He oído decir “que cada vez hay más animalistas”, e incluso “peligrosamente los jóvenes están más preocupados en animales que en seres humanos”. Sin embargo, los que dicen este último eslogan, tampoco son solidarios con los humanos, por ejemplo, con los norte potosinos en la ciudad. Incluso preguntaría a “los folkloristas”, gente que baile danzas y música norte potosinas en diferentes fiestas y que se sienten orgullosos de hacerlo, ¿dónde está la solidaridad con los portadores indios/as de esas legendarias danzas, que hoy son vulnerados en sus derechos básicos de hospedarse dignamente?

También cuando se realizan manifestaciones en torno al medio ambiente se dice que es protesta de los “medioambientalistas”, en fin. Es decir, existe una mirada totalmente parcelada de las protestas sociales contemporáneas.

Lamentablemente, la forma de conocimiento que se brinda en los espacios de educación, como las escuelas, los institutos e incluso las universidades (hay algunas excepciones y creo muy pocas), es totalmente fragmentario sobre la experiencia integral de la vida. Es un conocimiento que oculta y no encara a la realidad parcelada. En esta división de conocimientos se construye al ser humano como el centro de las actividades de la vida, el ser humano está por encima de todos, a los otros seres. Incluso los “mejores humanistas” accionan bajo esta premisa. ¿Pero cuál es la realidad en las ciudades? ¿Cómo se vive en las ciudades como La Paz?

Las disciplinas sociales, humanísticas, las biológicas y similares no contemplan la forma de vida integral que se comparte hoy en nuestras ciudades. Hay que recordar que las disciplinas o las profesiones que hoy se enseñan en los espacios de formación, incluidas las universidades, fueron fundadas para apoyar al sistema capitalista imperante. ¿Qué hacer frente a este humanismo ciego y construido sobre otros seres?

Las marchas tienen un germen profundo para construir la vida integral, no solo de cuestionar el mero humanismo de los humanos, sino de hacernos pensar que inexorablemente tenemos que pensar y convivir entre seres humanos, animales y seres espirituales. ¿Qué disciplinas deberían guiar esta otra forma de conocimiento?

En estos últimos años han aparecido varias reflexiones escritas en torno a este gran problema. Todavía hay un eje que son las sociedades occidentales u europeas. ¿Pero qué propuestas desde nuestros países? Se tiene que empezar desde el gran hábito de las sociedades ancestrales. Por ejemplo, la relación de los humanos con la Pachamama o la Madre Tierra con otros seres vivos, incluida la espiritual, es una base contundente. En las sociedades andinas, sobre todo en la aymara, se enseña que janiwa aniturux t’aqhisiyañati: “no hay que hacer sufrir al perrito”, qué gran enseñanza, tendría que ser útil para todos los integrantes de la sociedad. Ma pitawa jiwasanakan sarnaqawinakasaru kuttañani. Jichha sarawixa janiw waliki.

 Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.

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Casos y cosas del Bicentenario (II)

/ 9 de junio de 2024 / 00:06

Doscientos años. Dos siglos. Para ciertas personas es mucho, toda una eternidad. Para otras un santiamén, un abrir y cerrar de ojos. Ante la Historia menos que una pestañeada.

Imaginemos por un instante la primera cuarta parte el siglo XIX. Nos guste o no, el número cabalístico coincide con hechos históricos relevantes: el fin de la llamada Guerra de la Independencia cuyo punto culminante fue la batalla de Ayacucho (diciembre de 1824) y, con la creación de Bolivia, el cierre del proceso de surgimiento de las nuevas repúblicas criollas en esta parte del continente (6 de agosto de 1825). España solo pudo retener el poder colonial en Cuba, en tanto que Brasil, convertido en sede del imperio portugués, actuaba como punta de lanza de la “Santa Alianza” que pretendía reponer a los monarcas destronados, recuperar las colonias y el poder eclesiástico.

¿Hay hechos históricos remarcables anteriores a los hitos de 1809, Charcas 25 de mayo y La Paz 16 de julio? Claro que sí. Pero la historiografía boliviana les restaba importancia o los ignoraba por completo. Nuevas miradas, a tono con los tiempos que corren, sitúan el comienzo de la gesta independentista en 1781, año de los grandes levantamientos indígenas, Túpac Amaru en Cuzco, los Katari en Potosí y Túpac Katari en La Paz.

De cualquier modo, al arribo de las “bodas de plata” del siglo XIX, la Audiencia de Charcas estaba tensionada por un nudo de contradicciones, lo que Jorge Ovando señaló como un conjunto de “conflictos de soberanía” (La invasión brasileña a Bolivia, Ed. Isla, La Paz, 1977).

Desde los tiempos de la conquista española Charcas perteneció al Virreinato de Lima. Pero en 1776 pasó a depender del Virreinato de Buenos Aires. Su influencia se hacía sentir en el sur peruano abarcando Puno, Cuzco y Arequipa. Y en el norte argentino, Córdoba, Jujuy, Tucumán y Salta.

Terminada la guerra, existía una especie de disponibilidad de Charcas para optar por uno u otro camino.

1) Lima quería recuperar territorios reunificando Bajo y Alto Perú.

2) Buenos Aires buscaba reincorporar “sus” provincias altas que habían quedado flotando ante el fracaso de los ejércitos “auxiliares”.

3) España obviamente no quería soltar su presa y pretendía restablecer el régimen colonial.

4) Brasil tendía a expandir el Imperio hacia al oeste, como instrumento de la “Santa Alianza” (de ahí la toma de la provincia Chiquitos, abandonada por los brasileños precipitadamente ante una enérgica reclamación del mariscal Sucre, al poco tiempo de su llegada a la ciudad que hoy lleva su nombre).

¿Cuáles eran los objetivos de Bolívar y Sucre al mando de las tropas libertadoras? ¿Eran de puro sentido libertario o también había detrás un cálculo político destinado a mantener un equilibrio que facilitara el proyecto bolivariano de unión de los nuevos Estados? Este sigue siendo tema de análisis y controversias.

Y finalmente, ¿qué quería Charcas, asolada por 16 años de guerra continua, sin instituciones y sin identidad propia? ¿Los “señores notables” convocados por el decreto del mariscal Sucre aquel lejano 9 de febrero, eran suficientemente representativos de una población segmentada y dispersa? Hay que recordar que ese decreto excluye expresamente del derecho a elegir y ser elegidas a personas analfabetas y sin determinado monto de ingresos, con lo cual de hecho son excluidos los pueblos originarios. Y las mujeres, ni que se diga.

Bolivia se funda, entonces, sobre la base de la discriminación económica, cultural, étnica y de género. Transcurridos 200 años muchas de esas lacras subsisten en el comportamiento y en la mentalidad de grupos afortunadamente cada vez más reducidos. Erradicarlos por completo es una tarea pendiente y de largo aliento.

Carlos Soria Galvarro es periodista. 

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Ese México violento y querido

/ 9 de junio de 2024 / 00:05

Con una Asamblea Legislativa en penumbras (literalmente) y un Tribunal Constitucional Plurinacional que nos llena de vergüenza a todas y todos (menos a los nueve magistrados autoprorrogados), es mejor mirar hacia otro lado en busca de esperanza y buen ánimo. Hoy celebramos en toda la región el triunfo electoral de la científica e izquierdista Claudia Sheinbaum, quien asumirá como la primera mujer presidenta en la historia de México.

Con ánimo celebratorio (que tanta falta me hace) contacté con mis amigas mexicanas, quienes me sorprendieron con un optimismo mesurado, casi temeroso. La violencia electoral que sacudió a México los últimos meses ha sido muy amarga, dejando al descubierto la tremenda vulnerabilidad que viven todos y todas las mexicanas. Esa sensación de incomodidad en la celebración fue muy bien reflejada por la escritora Alma Delia Murillo, quien en un artículo publicado por la BBC News Mundo sostiene: “Me siento esperanzada y desencantada al mismo tiempo: ocurre que soy mujer y que soy mexicana; la intersección de esas dos variables ahora mismo en este país es un espacio muy complicado de habitar”.

Y eso que ella no habla desde ser además indígena y pobre. Un espacio impensable por las violencias que atraviesa. Hablamos de un país, lindo y querido, que vive 11 feminicidios al día, y que hoy se presenta como una distopía de la violencia, con casi 6.000 fosas clandestinas donde cada día las madres buscan a sus hijos e hijas desaparecidas. Un México que, según el Índice Global de 193 países, ocupa el tercer lugar en cuanto a niveles de crimen organizado, y donde prácticamente todas sus instituciones están penetradas por las redes de tráfico de drogas, trata de personas y tráfico de armas que utilizan el soborno, los secuestros y la extorsión para ejercer un fuerte control sobre el país.

Ese México que ha hecho suya la frase «plata o plomo», la forma que tenía Pablo Escobar para proponer a los políticos ingresar en su «planilla de sueldos» o recibir la descarga de la ametralladora de un sicario. Y es que esta ha sido una de las campañas electorales más letales de la historia con 82 personas asesinadas, 34 de ellas aspirantes a una candidatura. La página web del Laboratorio Electoral presenta 190 casos adicionales a los asesinatos, con atentados, amenazas y secuestros. Así comprendo la ilusión medida con que las mexicanas reciben el avance histórico de tener a una mujer presidenta.

El caso emblemático que retrata el momento que vive el país es Gisela Gaytán, candidata de Morena a la alcaldía de Celaya, Guanajuato, quien fue asesinada a tiros en su primer día de campaña. A pesar de que la paridad de género tiene rango constitucional, en México es muy difícil convencer a una mujer para ser candidata por los riesgos que implica. De allí que se espera que la persecución sobre Claudia Sheinbaum será feroz, y por supuesto bien se sabe que la exigencia no tendrá el mismo rasero de permisividad que se ha dado a los hombres que fueron presidentes.

A pesar de todo, cierro este espacio con mucha ilusión por el cambio que el querido México llevará adelante. La agenda de la nueva presidenta no es menor, con la amenaza de la exacerbación de la pobreza por el deterioro de las condiciones fiscales del gobierno, y por ello es poderoso que plantee “no llego sola, llegamos todas”. No es poca cosa que 35,9 millones de mexicanos y mexicanas confíen en una mujer para que los gobierne. Por ello, en todo América latina hoy se cantan los versos de Vivir Quintana que dicen: “No te olvides de tus ojos de mujer/ No te olvides de tu boca de mujer/ No te olvides de tu lucha de mujer (…)/ Compañera presidenta, seas quien seas, es preciso que te llames compañera”.

Lourdes Montero es cientista social.

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¿Elecciones en riesgo?

/ 9 de junio de 2024 / 00:04

A quemarropa: ¿las próximas elecciones están en riesgo? No hablo de las elecciones (per)judiciales, bloqueadas por mano del consorcio TCP-operadores políticos del Ejecutivo. Tampoco me refiero a las primarias para binomios presidenciales que, en el actual escenario, parecen inviables (e inútiles). La duda tiene que ver con las elecciones generales. Nada menos. En otros términos: ¿se posesionará, el 8 de noviembre de 2025, el nuevo binomio presidencial electo?

Semejante pregunta, en sí misma, es escandalosa. La realización periódica de elecciones para renovar el mandato de autoridades, en fecha cierta, no debiera estar, bajo ninguna circunstancia, en duda. Pero empieza a circular, sea como denuncia, sea como tentación, en algunos patios interiores. De un lado, quienes alientan el colapso para adelantar los comicios; del otro, los que tejen la parálisis decisoria para postergar, sine die, la votación. Es obsceno.

A reserva de lo que suceda con las inciertas elecciones judiciales, que deben realizarse este año, y las primarias, que podrían quedar en suspenso, la certidumbre sobre las elecciones generales es una condición democrática ineludible. Sin judiciales, se magulla el Estado de derecho. ¿Y sin primarias? Solo se relega, como en 2020, la democracia interna en los partidos. Pero la pretensión de alterar los comicios 2025 implica cruzar una línea roja antidemocrática.

¿Cómo se pondrían en riesgo las elecciones generales? ¿Qué impediría su realización en agosto con previsión de segunda vuelta en octubre? Por tratarse de un proceso de mandato fijo, la convocatoria corresponde al TSE. No depende, pues, de la voluntad o veto de los otros poderes del Estado. Hay que anular, entonces, al garante de los comicios. Se lo puede hacer con sentencias constitucionales a la carta. O peor: detonando una crisis en el Órgano Electoral. Sería terrible.

Así las cosas, el imperativo común es blindar el sistema electoral y, en especial, su institucionalidad. Ello supone asumir que el TSE es la última instancia decisoria en materia electoral. No caben magistrados ni jueces fallando sobre partidos, candidatos, elecciones. Se requiere asimismo allanar el camino hacia los comicios 2025, empezando por las primarias y la redistribución de escaños. Y despejar falacias sobre asuntos como el padrón, objeto recurrente de guerra sucia.

En democracia, las urnas son la fuente de legitimidad de gobernantes y representantes electos. En nuestra democracia con huecos, las urnas evitaron coyunturas críticas o permitieron superarlas por cauces pacíficos e institucionales. Ni derrocamientos, ni autoprórrogas, ni suprapoderes, ni autoproclamaciones. Hay que votar en agosto de 2025.

FadoCracia fumigadora

1. La A-Ele-Pé, ese órgano del poder público hoy en discordia, casi fue fumigada. Se trató de un operativo súbito para desinfectar sus ambientes. Había que “prevenir enfermedades estacionales respiratorias” (sic). 2. El jueves pasado, también, hubo mantenimiento, previo corte, de luces, ascensores y sonido en el hemiciclo. Y hasta cerraron puertas. Había que impedir la sesión del pleno de la Asamblea. 3. A la velocidad de la luz (de la sombra, más bien), el mismo día, el TCP emitió un auto constitucional declarando nula toda acción del presidente en ejercicio de la Asamblea. Los magistrados saben para quién trabajan. 4. Ni humo, ni candados, ni notificaciones lograron bloquear la sesión. Hubo quorum. Y en dos horas se aprobaron varias leyes engavetadas durante meses. 5. Las normas sancionadas fueron al Ejecutivo para su promulgación. Seguramente Lucho las derivará… ¡al TCP! ¿Alguien duda sobre lo que decidirán los autoprorrogados respecto a su cesación? 6. La A-Ele-Pé será fumigada. Esta vez en sus cimientos. 7. Y el nuevo (des)orden constitucional “volverá y será millones”. Como el tomate.

José Luis Exeni Rodríguez es politólogo.

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Urge un plan

/ 9 de junio de 2024 / 00:03

Nuestro país, Bolivia, es un territorio muy hermoso que abriga una historia larga que recoge las energías ancestrales de planes de vida que se han ido puliendo y forjando en medio de miedos, esperanzas, errores, aciertos, indignaciones y proyecciones que nos han hecho sentir orgullosas y dignas de llamarnos bolivianas y bolivianos. La historia reciente que se abre desde 2003, como un libro, para escribir entre todas y todos quienes participamos y apostamos por el proceso de cambios revolucionarios.

La madurez de haber estado en las calles desde muy joven me permitió saber que las revoluciones requieren mucha paciencia y humildad. No abrimos la historia de la nueva Constitución entendiendo que, de ahí para adelante, todo sería victoria y éxitos. No. Y esa convicción marca nuestra actitud madura ante lo que fue el golpe, madurez política que nos permitió, con una férrea organización, revertir en un año el dolor de haber perdido hermanos en las calles ante la resistencia a un fascismo de nuevo tipo que creció en nuestras narices, con la arrogancia de débiles y caprichosas pititas esparcidas por las calles de nuestro territorio.

El actual Gobierno fue fruto de nuestras luchas y por mucho dedazo que estuvo en medio, debemos reconocer que le dimos nuestra confianza. En estos años, permanentemente desde esta columna, estuvimos señalando con cuidado y respeto los agujeros que cada día abrían en nuestro proceso de cambios, la ineficiencia, la deshonestidad, la soberbia, la falta de consecuencia y ética revolucionaria funcionaron como taladro. Hoy sabemos que nuestro pueblo está sufriendo una crisis muy grande, necesitamos actuar y tomar medidas. Ahí el problema, no vemos propuestas sobre qué hacer, no hay un debate político de propuestas para comenzar una recuperación sostenida y no simples remiendos temporales.

Siempre fuimos claras al entender que el hermano Evo, con todos sus errores —que esperamos los corrija—, es el símbolo presidencial de la continuación del próximo tiempo de nuestro proceso de cambios revolucionarios. También afirmamos que este proceso lo llevan adelante las organizaciones y movimientos sociales que deben dejar de ser levantamanos para ser hermanos y hermanas que proponen, que se preparan, que tienen un cariño y respeto por nuestro pueblo. Lejos de posiciones prebendales, chantajistas y de lucro. Sin duda también lejos del machismo, que anula la mitad de la fuerza revolucionaria de nuestro pueblo, que somos las mujeres.

La recuperación de la profunda crisis en la que estamos en nuestro país requiere de propuestas, de un plan que debe empezar ya. Ojo, en principio no estoy hablando de acortar mandato, debemos tener cuidado al respecto. Pero sí estoy hablando que si el actual Gobierno no tiene un plan, pues de cara al pueblo, el Instrumento político MAS-IPSP debe presentar esas medidas que se articulen al próximo gobierno de 2025. No son los votos de la derecha en el parlamento lo que esta garantizando el cambio de rumbo en el Gobierno, y claro, los miopes de la derecha juran que son ellos, nada que ver, es la cancha de los ampliados del MAS de un lado y del otro los que están inclinando la balanza, no nos engañemos.

Julieta Paredes Carvajal es feminista comunitaria

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