María Galindo
El fenómeno social y digital en que se ha convertido María Galindo es insólito en el espacio público boliviano donde vemos pasar tendencias, una tras otra, que duran un día o una semana para descansar en nuestro olvido. María ha desarrollado una oferta para las redes sociales los últimos seis meses, que es por demás seductora.
La fórmula de éxito está compuesta por la fuerza de sus ideas políticas que le indican qué temas desarrollar, las de extrema necesidad y urgencia para la mayoría de las personas; por la espectacularidad de su puesta en escena que es una muestra de su capacidad de comunicadora; por su narrativa antiestablishment que funciona entre un público que ha perdido la fe en las instituciones públicas y en los medios masivos; por su comunidad que la retroalimenta, entre varias características más. Ahora me quiero detener en tres: ser genuina, coherente y su capacidad de comunicación.
Los medios masivos tradicionales crean una barrera de separación entre el auditorio y los emisores, en cambio las redes sociales digitales exigen transparencia, desnudan a sus productos y si encuentran fakes, los destruyen y pasan al siguiente. María es genuina y transparente, genera credibilidad. Se presenta como lo que es, una activista, no finge poses. La mayoría de influencers y figuras públicas que terminan iluminados por los reflectores de la fama fingen un personaje que se agota en cuanto revienta un escándalo.
Es posible burlar el continuo escrutinio de las redes sociales, pero ante la menor incoherencia, se procede a la cancelación. Además de activista, María es una intelectual. Sus propuestas no vienen de un oportunismo superficial sino de una profunda reflexión y postura políticas que ha desarrollado en años. Una reflexión que comienza en las bases sociales, se legitima en ellas, trabaja y lucha por ellas, conversa horizontalmente con ellas, es por ellas. Su narrativa está apoyada en base sólida, es coherente.
Además, es una comunicadora y una artista potente, sabe leer a las audiencias, elaborar narrativas y ponerlas en público. Ha crecido entre micrófonos de radio, cámaras de video y cine, presentaciones públicas, grafiti y aunque no mucho en las redes, ha captado su latencia con precisión porque al final las redes sociales tienen más de sociales que de tecnología.
La he visto elaborar estrategias de intervenciones callejeras, definir medidas de seguridad física, he visto su arte en la Bienal de Venecia, la he visto escudriñar el alma de las activistas para acompañar con ternura su crecimiento, y también la he visto furiosa, frustrada por alguna metida de pata política de mi lado. Es definitivamente interesante para analizar y subyugante para seguir.
Eliana Quiroz es ciberactivista y burócrata. blog: www.internetalaboliviana.word-press.com.