Resiliencia del sistema financiero boliviano
Manuel Pareja Chávez
La salud y estabilidad del sistema financiero son temas que siempre han estado presentes en cada uno de los bolivianos; para los ciudadanos de a pie, las noticias referentes a la seguridad de sus ahorros, facilidad de conseguir un préstamo para su consumo (casa o auto), salud, o crecimiento (productores), son temas que captan la atención inmediatamente, y para los que profundizan en el tema su atención va dirigida al análisis y monitoreo de los indicadores financieros y sus efectos en el corto, mediano o largo plazo. Cualquiera sea la perspectiva escogida, la estabilidad del sistema financiero es importante para cada uno de nosotros, y cuando se habla de ella debemos estar atentos.
Recientemente, el Ministro de Economía brindó una conferencia de prensa referente a la evaluación de la economía, entre otros indicadores, destacó el crecimiento de los depósitos, préstamos (especialmente de los productivos y los de Vivienda de Interés Social- VIS), los altos índices de bolivianización y el bajo índice de mora. Estos indicadores expuestos reflejan la continua y fortalecida resiliencia del sistema financiero, es decir, la capacidad de adaptación que tiene el sistema ante entornos negativos de la coyuntura internacional y nacional.
En el ámbito internacional, la guerra entre Rusia y Ucrania ha tenido efectos en todas las economías, como el incremento del precio de los combustibles y de los alimentos, este último tan importante porque su efecto es casi inmediato, pues si el dinero de la población pierde valor para adquirir sus alimentos, dejará de cumplir con sus obligaciones crediticias o ahorrar, y podríamos estar ante un escenario de impagos y falta de créditos, pues los depósitos van disminuyendo; a esto debemos agregar que el Sistema de la Reserva Federal de EEUU (Banco Central de Estados Unidos), con el inicio de un periodo de incrementos a su tasa de interés para controlar sus niveles de inflación, también ocasionó efectos negativos en las perspectivas de crecimiento económico.
Considerando este contexto externo y la dinámica nacional afectada por el paro en Santa Cruz y sequías principalmente, el sistema financiero demostró su fortaleza, gracias a sus consolidados pilares por la Ley 393 de Servicios Financieros de 2013. A noviembre de 2022, los depósitos registraron un crecimiento de 5,9%, los créditos 7%, los créditos VIS 7% y los préstamos productivos 9%; reflejando que la economía de los bolivianos está mejorando, pues la estabilidad de sus ingresos les permite ahorrar y/o optar por endeudarse, sea para comprar su primera casa y/o mejorar o iniciar alguna actividad productiva.
Asimismo, el índice de mora también destaca como un indicador de la fortaleza del sistema financiero, el cual alcanza a 2,2% a octubre de 2022, situado entre los más bajos de los países latinoamericanos, gracias principalmente a las medidas de: i) la reprogramación y refinanciamiento de créditos, ii) restablecimiento de los niveles mínimos de cartera, iii) periodos de gracia, iv) créditos SIBolivia, v) fondos de garantía, entre otras medidas que impulsan el empleo, las capacidades productivas de los productores y, por ende, la mejora en sus ingresos.
Por otro lado, en el marco de la Ley 393 que protege la estabilidad y solvencia del sistema financiero, la cobertura de la mora es de 143%, es decir que las previsiones cubren por más de la totalidad del nivel de mora. Este aspecto fue reconocido por la calificadora internacional Standard & Poor’s al mencionar que los préstamos en mora están completamente cubiertos por políticas de previsiones conservadoras y la alta proporción de préstamos garantizados.
Finalmente, debemos tomar en cuenta que los altos índices de bolivianización (99% para créditos y 86% para depósitos) nos permiten estar tranquilos, pues nuestras obligaciones crediticias se encuentran pactadas en la misma moneda en la que generamos nuestros ingresos y no debemos afligirnos por el contexto externo, porque Bolivia ha demostrado que, a pesar de ello, mantiene el dinamismo económico.
En consecuencia, el sistema financiero boliviano es saludable y mantiene indicadores estables, su resiliencia es resultado del constante compromiso de las autoridades del Gobierno por mantenerlo así, en coordinación mutua con las entidades financieras; pero, sobre todo, por la confianza que todos los bolivianos depositamos y por nuestro esfuerzo que realizamos día a día para reactivar nuestras economías y cumplir con nuestras obligaciones crediticias.
Manuel Pareja Chávez es economista.