Indecisos y voto oculto definirán balotaje en Ecuador
La carrera por la segunda vuelta se ha caracterizado por una serie de errores cometidos por los candidatos.
Los indecisos y el voto oculto definirán quién gana el balotaje de los comicios presidenciales entre Luisa González, del izquierdista Movimiento Revolución Ciudadana (RC), y Daniel Noboa, de la derechista coalición Acción Democrática Nacional (ADN), previsto para este domingo.
Encuestas dan un empate técnico entre los dos candidatos, quienes en los últimos días no escatimaron en publicar sendos mensajes en sus redes sociales y cuidar su imagen al máximo para seducir a los más de 13 millones de ecuatorianos que están llamados a sufragar para elegir al sucesor de Guillermo Lasso.
En la primera vuelta de los comicios, celebrada el 20 de agosto, González logró un 33%, seguido del sorprendente Noboa, que se quedó rozando casi el 23% de los apoyos.
La carrera por la segunda vuelta se ha caracterizado por una serie de errores cometidos por los candidatos. Noboa hizo varias declaraciones desacertadas. Por ejemplo, prometió entregar un bono para mujeres embarazadas. Pero luego dijo que espera que las mujeres no se embaracen especialmente para recibir esa ayuda. Así, finalmente terminó alejando al grupo que quería acercar, porque terminó agrediendo o discriminando a las féminas.
El periodista y analista político Andrés Reliche indicó que, tras el debate televisivo efectuado el domingo 1 de octubre, la candidata correísta lleva una leve ventaja de cuatro puntos porcentuales sobre el conservador adenista.
Tanto González como Noboa prometieron endurecer las medidas de seguridad nacional para combatir la creciente inseguridad en el país.
González propuso militarizar cárceles, aduanas, puertos y aeropuertos, medida que, considera, servirá para luchar contra los narcotraficantes y que también contará con la ayuda de otros países.
La candidata del correísmo propuso en los primeros días de su mandato disponer $us 1.500 millones de las reservas internacionales con la finalidad de generar liquidez en la economía ecuatoriana y enfrentar la inseguridad nacional.
Además, estos controles irán unidos a la generación de empleo y a la «recuperación» de los espacios públicos como forma de reducir la delincuencia común. Llamó a la unidad nacional, escuchar y dialogar para mejorar la calidad de vida de millones de ecuatorianos.
En opinión de Reliche, Noboa tuvo un mensaje dubitativo y tomó algunas ideas de candidatos que se quedaron en la primera vuelta, como ser la desdolarización.
Coincidió con la actual política económica del presidente Lasso sobre la eliminación de impuestos en la salida de divisas.
Planteó una reforma judicial en los primeros 100 días de su gobierno y conformar un sistema de jurados similar al de Estados Unidos donde los ciudadanos juzguen a los narcotraficantes.
En ese sentido, Noboa también ha garantizado la cooperación con gobiernos extranjeros, como el israelí, el fortalecimiento de los controles fronterizos, crear unidades de vigilancia ciudadana en los barrios o el establecimiento de cárceles barcazas para aislar a los presos.
Por otro lado, ambos candidatos han prometido más inversiones sociales, sobre todo en materia de salud y educación.
El analista político señaló que las empresas especializadas en sondeos indicaron que durante el debate presidencial hubo 1,2 millones de mensajes positivos en la red X (antes Twitter), de los cuales el 53% fueron para González y el 43% para Noboa.
González, de 45 años, abogada, exlegisladora, es la abanderada de RC, el movimiento del expresidente Rafael Correa, quien desde el exterior le da un robusto apoyo.
Justamente, el eslogan de su campaña es “Recuperar la patria” que, según ella, se desmoronó durante los gobiernos de Lenín Moreno (2017-2021) y de Lasso (2021-2023), acérrimos rivales de Correa.
En cambio, Daniel, de 35 años, es hijo del magnate bananero Álvaro Noboa, considerado uno de los hombres más ricos de Ecuador.
Durante la campaña, aseguró que el país está en su momento más complicado y necesita un cambio, que promete darle con la creación de empleo como eje principal para solucionar los demás problemas, incluida la inseguridad, a la que espera combatir con inteligencia, cooperación internacional, prisiones modernas y “cárceles barcaza”.
En este escenario de incertidumbre, los ecuatorianos elegirán un presidente que gobernará un año y seis meses, tiempo que resta para completar la gestión de Lasso, quien decretó la “muerte cruzada” (disolución del Parlamento) y convocó a elecciones anticipadas ante las denuncias de corrupción contra su persona y su gobierno.
Alfredo Jiménez Pereyra es periodista y analista internacional