Vulnerable: la Keñola del Titicaca
El ave se enfrenta a enemigos como la contaminación de las aguas, destrucción de totorales y falta de alimento a causa de especies introducidas a su hábitat
Ni su plumaje ni su carne son cotizados por los lugareños, pese a ello no está a salvo y es una especie en peligro de extinción en peligro de extinción por el avance del hombre que destruye su hábitat, dejándola sin un sitio don-de construya su nido. La Rollandia microptera, más conocida como Keñola por los pobladores, lucha para sobrevivir en la ex- tensión azul del lago Titicaca de La Paz, donde yacen varios de sus enemigos.
Con la llegada de la primavera, el tiempo de reproducción se consolida y estas aves buceadoras hacen parejas y se sien- ten listas para dar vida, por lo que buscan totorales para poner sus huevos. Sin embargo, la tarea no es fácil debido a que las aguas se encuentran contaminadas y los totorales destruidos. Los kilómetros son eternos en busca de un lugar apto, más aún para esta especie que no puede volar.
El biólogo Enrique Richard realizó una investigación en la que indica que la Keñola se alimenta buceando de peces de la cuenca del lago binacional, como los ispis, y su dieta incluye a gasterópodos y ranas. Entre marzo de 2010 y febrero de
2013, el investigador realizó 17 viajes y re- corrió la costa del lago Huiñaymarka — la parte sur del Titicaca— relevando e identificando el estado de las poblaciones de esta especie y su ubicación GPS, así como los factores de impacto tanto ambientales como sociales que la afectan.
Fidelidad territorial
“Se censaron un total de 207 individuos de Keñola vivos, de los cuales el 77% (160) eran adultos. En el mismo periodo se censaron 62 individuos muertos, todos adul- tos (4% de la mejor perspectiva de población global)”, escribió el biólogo.
Además, señaló que la especie muestra una gran fidelidad territorial. “La presencia de nidos y/o pichones fue detectada todo el año, aunque en lugares diferentes. Los pichones son cargados por sus padres sobre sus espaldas hasta que tienen edad de nadar por sí solos”. A lo largo del año viven en pareja y/o grupos familiares de tres o más (…)”, describió Richard.
Un aspecto llamativo es que la adultez de esta ave llega al año de vida. “Pero los pichones aún cuando adquieren edad para buscar sus alimentos continúan so- licitando alimento a los adultos”.
El estudiante de Biología Rafael Gabriel Mounzón Narváez, quien trabaja en proyectos de conservación, indicó que “esta ave es ‘casi’ endémica porque se la comparte con otro país que es Perú, por el Titicaca. Vive en el lago más alto del mundo y su homólogo endémico es de Argentina y está en extinción en la Patagonia”.
Según el Libro Rojo de Vertebrados Silvestres de Bolivia, este animal está en la categoría nacional 2008: En Peligro de extinción. ¿Cuáles son las causas?
Sus enemigos letales
Este navegador del Titicaca, de plumaje pardo, en su mayoría es acechado, además de la contaminación y la destrucción de totorales, por la pesca que le tiende trampas mortales con sus redes en las aguas y la introducción de especies foráneas.
“Nadie las caza por su plumaje, pero cuán grave es el impacto del humano en un ave u otro animal. Es resaltante por- que muchas de las especies endémicas sufren caza y las quieren hacer mascotas, en este caso somos nosotros quienes reducimos a la especie”, señaló Mounzón.
Por su parte, Alberto Espinoza, miembro del Club Ornitológico de La Paz, precisó que “en este caso, con el Titicaca nos encontramos con un acuífero que es importante para todo el altiplano, pero tiene problemas muy graves de contaminación. Las aguas servidas de El Alto van a parar allí, además de todos los lugares que están a su alrededor como Puno, Yunguyo o Copacabana. Esto ha hecho que la calidad del hábitat se reduzca”.
También citó la introducción de especies foráneas como la trucha y el pejerrey, que son peces que vienen del norte de Eu- ropa y de Argentina, respectivamente. “Es- tas dos especies son devastadoras y nunca hay que introducir una especie semiinvasora porque arrasan todo lo que está a su alrededor. Son muy destructivas”.
Esto quiere decir que estas invasoras devoran a los peces endémicos, lo cual deja sin alimento a la Keñola, la cual morirá de hambre durante sus largos viajes en busca del nido ideal. Se rompe la armonía natural.
En su investigación Richard afirmó que “la especie fue más frecuentemente vista en parejas y grupos familiares (86%) que aislada. La presencia es indistinta en área de totora y sin totora. Así como en áreas contaminadas”. ¿Qué sucede cuándo no les queda otra que desenvolverse en sitios contaminados?
La respuesta es que resultan afectadas hasta morir. “Otras de las especies que hurgan la basura y por tanto incorporan los contaminantes a las redes tróficas. Mortandad masiva de moluscos gasterópodos y bivalvos en una gran extensión de playa (una franja de aproximadamente 2 x 300 m). Estos moluscos constituyen parte de la dieta de Rollandia microptera”, detalló.
La lucha por la supervivencia de esta especie es parte de los trabajos desarrollados por biólogos. “Hay un proyecto que se hace en comunión con Perú. El Gobierno de Bolivia no hace mucho o casi nada. En Bolivia los estudios los hacen investigadores de manera libre”, explicó Mounzón.
Richard en su trabajo plasmó una serie de sugerencias como que “es necesario trabajar desde el Estado con las comunidades en alternativas sostenibles a las actuales (economías contaminadoras y ganadería subvencionada por el lago) y desarrollar políticas descolonizadoras que valoren las especies locales”, como la Keñola.