Monday 20 May 2024 | Actualizado a 11:14 AM

La Paraba Frente Roja ¡Las queremos libres!

Los fotógrafos Daniel Alarcón y David Grunbaum publicaron el libro ‘Cautivos’.

/ 23 de abril de 2023 / 06:12

La Asociación Civil Armonía impulsa una campaña de sensibilización para proteger a esta especie que está en peligro de extinción.

Paraba o guacamayos

Las acciones de la especie humana están destruyendo nuestro único hogar, el planeta Tierra. Cuidar a la Madre Tierra y a la naturaleza es un deber de toda la humanidad. “El cambio climático, los cambios provocados por el ser humano en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden acelerar el ritmo de destrucción del planeta”, afirmó la Organización de las Naciones Unidas en su mensaje del 22 de abril, que se conmemoró el Día Mundial de la Tierra.

Alrededor de un millón de especies en el mundo son amenazadas y se encuentran en peligro de extinción. La naturaleza y la fauna silvestre son esenciales para la salud de los ecosistemas. Los animales silvestres son presas de múltiples amenazas que representa la actividad humana en los entornos donde habitan. Muchas especies son víctimas de la caza furtiva, el tráfico y el comercio ilegal que los asecha constantemente.

La paraba Frente Roja, en peligro

Las aves silvestres, como las parabas o guacamayos, como se las conoce en otras partes del mundo, son víctimas del tráfico y comercio ilegal. Su belleza e inteligencia las hace vulnerables ante la codicia de personas que, por falta de información y conciencia, quieren tomar posesión sobre ellas, cual mascotas; tenerlas como un elemento decorativo en los patios o jardines de sus casas, o entre rejas, cautivas por el resto de sus vidas. Esta práctica aún continúa en nuestro medio local, como un elemento cultural que es necesario reflexionar, para evitar la extinción y el sufrimiento de aves silvestres en Bolivia. Por esto se debe generar cambios de comportamiento con el propósito de salvar la vida de especies que están en peligro crítico de extinción, como es el caso de la paraba Frente Roja.

¡Las queremos libres! Ese es el nombre de la campaña de sensibilización, comunicación y educación ambiental que impulsa la Asociación Civil Armonía, especializada en conservación de aves en Bolivia, con el apoyo y compromiso de instituciones culturales aliadas como el Centro Cultural de España en La Paz (Camacho 1484), donde la noche del viernes 21 de abril fue anunciada públicamente. Asistieron a este acto el embajador de España, Javier Gassó, en calidad de anfitrión y el embajador de Gran Bretaña, Jeff Glekin, como invitado especial, porque el “Programa de Conservación de la Paraba Frente Roja” cuenta con el apoyo de Illegal Wildlife Trade y UKaid. También estuvieron presentes autoridades nacionales; el director de Armonía, Rodrigo Soria, y directivos de esta institución, los autores del libro Cautivos y público en general.

Dicha campaña, que cuenta también con el apoyo de la Fundación Patiño, se caracteriza por la presencia de expresiones artísticas como la fotografía y la danza, que se han puesto al servicio de esta causa que busca conmover y llamar a la acción, sobre el valor que tiene la vida silvestre. ¿Qué seríamos sin la belleza que nos otorga la naturaleza, los animales, los árboles, la vegetación, el paisaje?

Armonía, junto a los centros culturales aliados, impulsará una serie de actividades educativas e informativas dirigidas a diferentes públicos, que se llevarán a cabo en el transcurso de este año, a partir de abril.

En la ciudad de La Paz habrá charlas, conversatorios, exposiciones de fotografías e intervenciones artísticas, con la pieza en danza creada por el coreógrafo Francisco Centeno Rodríguez, en diferentes espacios culturales y ferias de circulación masiva de público, que se repetirán en las ciudades de Cochabamba, Santa Cruz y Sucre; así como, en los ámbitos rurales del departamento de Potosí.

En el acto de lanzamiento de la campaña se presentó también el “Plan de Acción para la Paraba Frente Roja” (Ara rubrogenys) 2022-2032. Este plan de acción es fundamental para impulsar a en todo el país la conservación de esta especie, puesto que se constituye en una herramienta clave para prevenir la extinción.

El arte es capaz de conmover

La campaña incluye una muestra fotográfica, de un alto nivel artístico y de una conmovedora sensibilidad, que expresan en su libro Cautivos, los fotógrafos naturalistas Daniel Alarcón (España) y David Grunbaum (Bolivia), quienes, con el auspicio de Armonía, han publicado un trabajo que registra imágenes de aves que han sido rescatadas del tráfico ilícito y, si bien su belleza es parte de su naturaleza, el hecho de saber que muchas de ellas no logran sobrevivir en estado de cautiverio es lo que debe llevarnos a contribuir a que las personas no quieran tenerlas como mascotas.

 “Nuestra intención es propiciar un cambio de paradigma en la mentalidad de una población acostumbrada a comprarlos por canales ilícitos para enjaularlos en sus casas de por vida”, expresan los artistas, cuyo trabajo mereció el prólogo del actor y activista medioambiental estadounidense Leonardo DiCaprio, quien inscribe en la apertura del libro para darle una dimensión internacional, porque este problema es de alcance mundial:

“Cada año, miles de loros silvestres son capturados y comercializados ilegalmente en toda América Latina para el comercio de mascotas, provocando un descenso vertiginoso de sus poblaciones silvestres. En un nuevo proyecto Daniel Alarcón y David Grunbaum capturan imágenes impactantes de loros y guacamayos que han sido rescatados del tráfico de mascotas y de la caza furtiva. Esperamos que sus imágenes inspiren acciones de conservación de especies que ya están amenazadas a nivel mundial. Leonardo DiCaprio, Mensajero de la Paz de las Naciones Unidas para el Cambio Climático”.

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La danza también forma parte de esta campaña a través de una pieza de 10 minutos de duración, aproximadamente, creada por el coreógrafo costarricense Francisco Centeno Rodríguez y ejecutada por la bailarina boliviana Romina Ríos (que interpreta a la paraba Frente Roja), con música de Kronos Quartet. Con esta pieza, que recorrerá varios espacios culturales, con al menos 12 presentaciones en la ciudad de La Paz en el transcurso de mayo a agosto, se busca también llegar y sensibilizar a las personas.

“Crear este solo ha sido una experiencia para expresar la armonía entre el cuerpo y la libertad. Este pichón de ave que representa la bailarina, busca motivar a las personas para que, con pensamiento inteligente, no busquen tener a la paraba ni a cualquier otra ave en cautiverio. La mayor expresión del ser humano y de la propia naturaleza es la libertad”, expresó el coreógrafo, para quien la danza es un texto directo para hablar de la libertad.

Educación para la conservación

Tjalle Boorsma es especialista en conservación de bosques, naturaleza y ecología terrestre, con estudios en la Universidad de Wageningen de los Países Bajos. Trabaja en Asociación Armonía desde hace ocho años, dirigiendo los programas de Conservación. “En los años 70 y 80 había un interés muy fuerte por estas aves en países como Estados Unidos, así como en Europa (ahora es más gente de países asiáticos  la que quiere tener loros como mascotas). En esa época había un tráfico muy fuerte y no había control internacional en el tema de comercio de animales silvestres. El mercado internacional ha parado en gran parte debido a que existen mayores controles”, explicó Boorsma y añadió que esta situación ha llevado a esta actividad ilícita a la clandestinidad, por lo que saber con exactitud qué cantidad de animales silvestres son movidos por este comercio es un tema complejo. 

En Bolivia, el problema es mucho más local. “En todo el mundo a las personas les gusta tener loros, no solo en Bolivia. Hay mucha falta de conciencia y de conocimiento sobre los roles que tienen los animales en el ecosistema. Todas las especies tienen su rol. Cuando una especie ya no esté en el ecosistema, recién vamos a entender qué rol específico tenía, pero para ese momento será demasiado tarde, porque no habrá cómo solucionar este vacío en el ecosistema. Y no estamos hablando solo de loros, como animales más llamativos, hay otras especies como los pajaritos más pequeños que son muy apreciados por sus cantos y corren el mismo destino”.

En Brasil, el tráfico es preocupante. Los datos de este comercio ilegal lo confirman; un reciente informe de la red Globo afirma que alrededor de 35 millones de animales son traficados en Brasil cada año, siendo las aves las más codiciadas.

“Mientras que, en Bolivia, en el caso específico de la paraba Frente Roja o la paraba Barba Azul no es tanto el mercado internacional sino que el tema de tráfico se da para obtener alguna ganancia por la venta de un loro. Ahí es que los matan, y a los que no los matan los cazan y los venden en el mercado local a familiares, algunos llegan a la ciudad”, describió Boorsma, quien además explicó que uno de los principales problemas, en el caso específico de la paraba Frente Roja, es el conflicto con los agricultores. Además está la demanda de la gente que las quiere como mascotas, por ser animales muy bellos, sociables e inteligentes.

Y aunque el tráfico, transporte y exportación de animales silvestres está prohibido en Bolivia, el hábitat de la paraba Frente Roja está siendo deteriorado por la tala indiscriminada de árboles nativos y el sobrepastoreo de cabras. El problema de fondo es la ausencia de información y la falta de conocimiento del equilibrio necesario que debe existir entre la actividad humana y la naturaleza.

“La falta de conocimiento de las personas que tienen una paraba en cautiverio, por ejemplo, es que no están conscientes de la biología de estas especies. No estamos hablando ya de su rol en el ecosistema o de si es endémica de un lugar. Un ejemplo es el caso de la paraba Barba Azul (la otra especie endémica de Bolivia que habita los bosques ribereños y palmares del departamento del Beni), que diariamente vuela entre 10 y 25 kilómetros por día; si está en una jaula y no puede volar esas distancias se le está causando mucho daño. Se le ha colocado un GPS, por ejemplo, en su momento de migración, y se tiene datos de que vuela entre 80 y 100 kilómetros. Es una falta de conocimiento de la biodiversidad con la que convivimos”, agregó el especialista de Armonía.

Turismo y conservación

La Asociación Civil Armonía es una organización sin fines de lucro que trabaja más de 20 años en la conservación de aves de Bolivia y sus hábitats, mediante el fortalecimiento de las comunidades locales. Tiene 14 programas de conservación y desarrollo sostenible en todo el país.

Entre estos está la “Reserva Comunitaria Paraba Frente Roja”, una iniciativa de turismo comunitario para salvar a esta especie que impulsa Armonía, en coordinación con las comunidades de las zonas que habitan la región sur de Cochabamba. Se trata de un territorio con paisajes desérticos que se caracteriza por el hábitat seco y soleado de los valles andinos. Ubicada a pocos kilómetros de Perereta, por la carretera entre Saipina y Aiquile, cubre 50 hectáreas, con senderos y vistas panorámicas de los acantilados. 

En la zona se encuentran pinturas rupestres y vestigios de la cultura Omereque, como la fortaleza Tunas Mok’o. Armonía ha encontrado en esta iniciativa de eco y aviturismo un modo en que las comunidades puedan generar ingresos, cuidar su hábitat y preservar no solo a la paraba Frente Roja, sino también a otras especies como la cotorra de los acantilados y el tordo boliviano, que solo se encuentran en Bolivia y que habitan en esa zona.

“Llegan turistas que pagan 150 dólares para fotografiar a las parabas en estado libre, de esta forma las comunidades tienen un ingreso económico muy distinto por conservar a la paraba Frente Roja.  Trabajamos con tres comunidades de Perereta, San Carlos y Amaya, que junto a Armonía estamos haciendo actividades. Nosotros estamos ahí para apoyar y está funcionando muy bien. Los ingresos económicos se dividen en cuatro: entre las tres comunidades y un cuarto es destinado para el mantenimiento de la Reserva. Nosotros participamos del comité de esta reserva para asegurar que se hace un buen mantenimiento de los senderos y ayudar en la promoción”, dijo Tjalle Boorsma. 

El informe anual de Armonía referido al tema del aviturismo afirma que esta actividad se habría reactivado el año pasado, después de haber sufrido una baja significativa a consecuencia de la pandemia por COVID-19. “La buena noticia es que en 2022 recibió el mayor número de visitantes de su historia (94 turistas), lo que representó para las tres comunidades locales un ingreso de alrededor de 15.315 dólares, de los cuales una cuarta parte se reinvierte en el mantenimiento del albergue y la promoción, dice el informe anual de la gestión 2022.

Texto: Tania Delgadillo Rivera

Fotos: Daniel Alarcón y David Grunbaum

EL REGRESO Los trazos de José Ballivián

El artista paceño presenta una selección de dibujos en Kiosko Galería de Santa Cruz

Los trazos de José Ballivián

/ 19 de mayo de 2024 / 06:58

—¿Qué hará Quilco en la vida?” —él respondió resuelto: — ¡Nada!

Y tornó el camino de regreso, entregándose a los brazos abiertos de su solar nativo. Surcó con pies recios el lomo de mar endurecido de la pampa, se peinó la cabellera con el viento y aplacó su sed en el arroyo tímido. Se santiguó con la cruz de los cuatro puntos cardinales y se santificó con el aire de las cordilleras. Se envolvió de pampa y se puso frente al horizonte, camino de su hogar. Entonces el asno le mostró su fatiga y la majada le contó los secretos de la pastora.

Y cuando Quilco se hubo reintegrado a sus campos, puso las manos en los hombros de su padre y le habló en aymara:

—Tatay me he regresado…

Fragmento final del cuento ‘Quilco en la raya del horizonte’ de Adolfo Cáceres Romero

La reflexión sobre lo mestizo implica una definición de raza, una combinación que se ha producido en Bolivia antes de la llegada española y que tuvo un impacto político por los privilegios que gozaban los españoles y sus hijos durante la así llamada colonización.

Las reivindicaciones raciales, de alguna forma fracasadas durante la revolución de 1952 en Bolivia y los grandes esfuerzos políticos de este siglo por darle presencia a algunos grupos hasta entonces marginados, generaron propuestas estéticas que no solamente repiensan la idea de igualdad ante la ley, sino que también reivindican sus expresiones estéticas y, en algunos casos, como los de Adriana Bravo, Iván Cáceres y José Ballivián, entre otros, estiran esta reflexión hasta lugares que si bien transgreden los márgenes de lo políticamente correcto, son una inevitable muestra de la expresión cultural de una Bolivia actual, responsable por una condición social en la que los flujos comunicativos ponen en permanente diálogo lo local, popular y andino con los dejos producto de la imparable invasión global. 

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Esta muestra titulada El Regreso, inspirada en el cuento Quilco en la Raya del Horizonte de Adolfo Cáceres Romero, sugiere un retorno a una práctica tradicional y a una representación normativa como lo es el dibujo de José Ballivián, pero que se distingue y se diferencia por las temáticas que presenta y en las que se pone en tensión combinaciones culturales poco ortodoxas y en muchos casos políticamente incorrectas.

José Ballivián reflexiona sobre las múltiples capas que conforman la identidad nacional.

La selección de dibujos de distintas épocas conjuga un cuerpo de obra que se enfoca en lo así definido como mestizo, pero que simplemente implica la visibilización de ciertos grupos que consiguieron combinar con éxito visiones transversales sobre lo boliviano.

*El artista José Ballivián expone una selección de dibujos del 2013 – 2024 en la exposición ‘El regreso’ en Casa Melchor Pinto (con la colaboración de Kiosko Galería) de Santa Cruz. La muestra permanecerá abierta del 26 de abril al 2 de junio.

PERFIL

José Ballivián nació en La Paz, Bolivia. El artista visual estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes Hernando Siles. Ha expuesto en muestras individuales y colectivas, como la 57a Bienal de Venecia en Viva Arte Viva, en el Pabellón de Bolivia (Venecia, Italia); Bienal Sur (Buenos Aires, Argentina), Bienal Conart (Cochabamba, Bolivia), Bienal Siart (La Paz, Bolivia), Museo de Arte Contemporáneo MAR (Buenos Aires, Argentina), Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino + Macro (Rosario, Argentina), Museo de Bellas Artes (Salta, Argentina), Museo Emilio Caraffa (Córdoba, Argentina) y el Museo Provincial de Bellas Artes Timoteo Navarro (Tucumán, Argentina), entre muchos otros.

Texto: Douglas Rodrigo Rada

Fotos: José Ballivián

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Máncora Restaurant & Bar: Los sabores del Perú, en Sopocachi

restaurante y bar Máncora

Por Fernando Cervantes

/ 19 de mayo de 2024 / 06:47

Crónicas gastronómicas

Máncora es el nombre de una de las playas más bonitas del norte del Perú, caracterizada además por tener un agradable clima cálido los 365 días del año. Antiguo pueblo pesquero, tuvo entre sus visitantes nada menos que al laureado escritor norteamericano Ernest Hemingway, quien anduvo por esos lares allá por el año 1956.

En la ciudad de La Paz, Máncora es el nombre de un nuevo restaurante situado en el barrio de Sopocachi, en el tercer piso de una antigua casona que cuenta con una calurosa terraza en la cual se puede disfrutar de una extensa carta que incluye variedad de ceviches, aperitivos, arroz con mariscos, chaufas y también platos para compartir, como piques o milanesas de la casa. Las especialidades peruanas —como el chupe de camarones, el lomo saltado o la jalea de mariscos— también dicen presente en este menú, pero evidentemente el protagonismo lo tiene ampliamente ganado su barco marino, que trae a bordo platos como el arroz dulce con camarones, jalea de mariscos, ceviche de trucha, ceviche de mariscos, cóctel de camarones, arroz chaufa de pollo, chaufa de mariscos, chaufa de carne, ceviche de camarones, salsas y canchita con chifles. El barco para seis personas está 350 bolivianos y para cuatro personas, a 250.

Algo interesante de mencionar es el amplio horario en el cual este restaurante abre sus puertas, pues se puede visitardesde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche los días de semana y el fin de semana la cocina está abierta hasta las 4 de la mañana.

Máncora Restaurant & Bar

  • Dirección: Av. Sánchez Lima # 2201, 3er nivel. Sopocachi.
  • Reservas: 72009685       
  • Rango de precios: Bs. 24 (empanadas de choclo y queso) a Bs 350 (Barco marino para seis personas)    
  • Producto estrella: Barco Marino. 
  • Horario de atención: Lunes, martes, miércoles y domingos, de 10.00 a 22.00. Jueves, viernes y sábado de 10.00 a 4.00 del día siguiente.

Peter Pablo es el propietario

restaurante y bar Máncora

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Contáctenos:

Fernando  recomienda, Fernandorecomienda @fernandorecomienda,  Correo: [email protected]

Texto y fotos: Fernando Cervantes

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Nación Menotti: Un espectáculo para pensar

El 5 de mayo falleció el entrenador argentino César Luis Menotti, Julio Peñaloza recupera un texto que hizo sobre la visión de este estratega

Por Julio Peñaloza Bretel

/ 19 de mayo de 2024 / 06:45

Pep Guardiola se convirtió en la confirmación de todo cuanto César Luis Menotti pregonaba desde los años 70 sobre el juego a partir de una militancia, de una visión del mundo. Definió que el catalán era el Che Guevara del fútbol. Fue en 2014 que el más talentoso pedagogo de la palabra futbolera en castellano pronunció las últimas palabras, tajantes e irrebatibles: Jugar bien puede ser una cosa para unos y muy distinta para otros. De lo que ya no hay duda es de en qué consiste jugar lindo. La inteligencia, la claridad conceptual y el buen decir fueron características de este que nos enseñó a amar el fútbol como manera rotunda y lúdica de amar la vida. Extrañaremos tanto al Flaco, con la certidumbre de que siempre estará entre nosotros. A continuación el texto (originalmente publicado en 2014 y ahora con algunas actualizaciones) que homenajea a ese flaco, fumador empedernido que partió a los 85 años, víctima de una anemia severa:

Cómo le pega Leonardo Pisculichi de media distancia. Para disparar al arco o para enviar centros perfectos a sus compañeros mejor habilitados.  Cómo le pega  Neymar Jr. que le hizo el segundo al PSG con la clase de los que saben, desde fuera del área y con el ligero efecto que hace del remate, pelota inatajable. Cómo le pega Marcelo Martins que anotó uno de bolea en su cierre de temporada para ser nombrado el mejor extranjero del Brasilerao. Pisculichi estaba de regreso de Qatar con 30 años y el ojo clínico de Marcelo Gallardo sirvió para que un jugador en retirada se convirtiera en la manija de River Plate para conquistar la Copa Sudamericana. Pasar bien y recibir bien son fundamentos ineludibles con los que debe contar un buen futbolista, pero pegarle con precisión y puntería pueden encausar triunfos como el obtenido por los de la banda roja frente a Atlético Nacional de Colombia, o el Barcelona dando vuelta un marcador en partido de Champions, o el Cruzeiro cerrando la temporada con un año fabuloso para el más importante jugador boliviano fuera del país.

El entrenador argentino César Menotti con Pep Guardiola
El entrenador argentino César Menotti con Pep Guardiola

Siempre convencido de que el buen trato de la pelota es el que marca las diferencias de calidad entre unos y otros —para pasarla, para gambetear, para pegarle de lejos—, me reencontré con los orígenes que me convencieron de que el fútbol es un espectáculo para pensar. Esos orígenes están exclusivamente vinculados a mis ávidas lecturas de El Gráfico en 1978 cuando César Luis Menotti, además de ser el seleccionador argentino, fue el locuaz narrador de una aventura entremezclada por jugadores bonaerenses con otros de provincia, que terminaría con la obtención del primer título mundial para la albiceleste.

Pues bien, el número de El Gráfico del último mes de 2014 se presenta con un primer plano del Menotti actual (76 años), canoso, surcado en su rostro por el transcurso del tiempo, quien ofrece respuestas a 120 preguntas y cero cigarrillos luego de haber sido fumador empedernido, que lo confirman como al entrenador que nos enseñó que el fútbol es jugar bien, pero que para ello, aparece como casi imprescindible contar con el maravilloso instrumento de la palabra para vehicular una manera de comprender y explicar el juego, y para eventualmente rebatir tantos falsos debates acerca de la asociación que se hace entre buen fútbol y resultado.

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A Menotti le debemos infinitas reflexiones, incontables ejemplos, ácidas comparaciones y rivalidades que vale la pena sostener, en el convencimiento de que siempre será un buen ejercicio intelectual combatir a los detractores del discurso creativo, los portavoces y hacedores de la practicidad, del camino vertical y simplificado, de la espera antes que de la búsqueda, del ponerse a buen resguardo antes que arriesgar, de los cultores de la falta táctica para anular la inventiva del otro, en la medida en que se carece de prosa o poesía propias. Y es justamente en estas coordenadas que el fútbol seguirá invariablemente siendo juego antes que  botín político, —a pesar de haberse convertido en un negocio descomunal— ese que el propio Flaco calificó alguna vez: “Amo el fútbol, pero su entorno me pudre”.

Menotti fue mi maestro por entregas semanales de la legendaria revista argentina. Me enseñó a mirar el juego apreciando la sensibilidad de los artistas que terminan dominando la pelota con todos sus misterios de trayectorias o inexplicables desapariciones, y es a partir de él que pude entender mejor lo que hizo Brasil del 70, Holanda del 74 y el Barcelona de la prodigiosa década de la santísima trinidad, Messi, Xavi e Iniesta. Justamente en esta conversación con el periodista Diego Borinsky encontramos, como si se tratara del hallazgo que nos faltaba para completar el rompecabezas de nuestras convicciones, el siguiente criterio sobre lo hecho por Josep Guardiola en La Masía y el Camp Nou: “Lo de Guardiola fue un huracán devastador, arrasó con toda la trampa y la mentira, los aniquiló de tal manera que ahora hasta los italianos quieren tener la pelota y jugar. El único que cada día juega peor es Brasil.” Y como para hacer más ilustrada tan rotunda afirmación, completemos el panorama con esta otra: “Fueron asesinados por Guardiola. Felizmente asesinados, los decapitó, les cortó la cabeza, las patas, se acabó, no se puede hablar más, porque ahora Guardiola va a Alemania y mete 7 goles, o como el otro día, que su equipo hizo 35 toques y la empujaron adentro del arco. Se acabó. Esto no quiere decir que no se pueda ganar de la  otra manera, eh, pero eso que ello pregonaron de que no se puede ganar jugando lindo, eso que hay que ganar y punto, se acabó. Ahí tenés a Guardiola: juega lindo, te ganó 16 títulos, les rompió el culo a todos, inventó a un montón de jugadores. A Piqué lo trajo por dos mangos de Zaragoza, Puyol decían que era un burro que no podía jugar y la rompió. Iniesta era suplente. Se acabó. Los decapitó.”

Diego Armando Maradona

¿Qué más? Para fines de comprensión del contexto boliviano es bueno recordar algunas frases convertidas en eslogans, proferida por algunos jugadores de nuestra liga: “No importa si jugamos mal, lo importante es que ganamos” o “hay que ganar como sea”. Listo. Son esos mismos jugadores los que culpan al sol, la luna, las estrellas, la lluvia, el estado del campo, los árbitros y cuantas excusan encuentren en el camino para justificar su mediocridad o las limitaciones inocultables de sus desempeños. He aquí entonces la explicación de por qué inicio este texto refiriendo las virtudes de tres futbolistas —Pisculichi, Neymar Jr, Martins— que demuestran lo que son con la pelota y no por lo que no pudieron conseguir en la vida. He aquí la explicación de por qué en Bolivia no hablamos de fútbol como nos lo propone Menotti, porque puede resultar incómodo el desmontaje de escuálidas propuestas tácticas basadas en la espera y en el contraataque tal como consiguió en gran medida The Strongest su tricampeonato: Jugando a lo Tigre, con valentía, tantas veces feo y casi siempre pensando primero en el cero en arco propio. Así de pobre es nuestro “profesionalismo”, en el que se debate sobre la filosofía de la papa frita y casi nada sobre cómo tratan la pelota nuestros equipos.

Han transcurrido 46 años desde que Argentina ganara en el Monumental de Buenos Aires su primera Copa del Mundo, y la marca rosarina de Menotti sigue indeleble, así como las de paisanos suyos, igual de valiosos por su inteligencia y claridad conceptual para comprender el juego como Marcelo Bielsa, Jorge Valdano, Lionel Messi, o Norberto Fontanarrosa. Así, con personajes de tan grande credibilidad, el fútbol, continúa siendo una extraordinaria aventura a descubrir y conquistar todos los días en el verde césped.

Texto: Julio Peñaloza Bretel

Fotos: Internet

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‘Experiencia Ítaca’: la travesía interior multisensorial

La espera estéril se torna fértil a través de la profunda reflexión de la protagonista

La actriz Cristina Wayar y la directora general de la obra, Roswitha Grisi-Huber.

Por Mitsuko Shimose

/ 19 de mayo de 2024 / 06:41

El hecho de haber sentido, conocido o presenciado algo tiene que ver con la vivencia, una de las acepciones de la palabra “experiencia”. Esta vivencia es transmitida a través del viaje interior en Experiencia Ítaca, propuesta teatral del grupo La valija de Penélope, que obtuvo el apoyo del Fondo Concursable Municipal de las Culturas y las Artes (Focuart 2023), estrenada ese mismo año y que regresó hace poco  a las tablas del Centro Cultural de España en La Paz y la Casa Grito. Esta obra, dirigida por Roswitha Grisi-Huber, es la puesta en escena del poemario Ítaca, de Blanca Wiethüchter (1947-2004), cuya reedición fue gestionada también el año pasado por el grupo teatral después de que la edición del año 2000 se hubiese agotado.

Experiencia Ítaca busca no solo mostrar la vivencia de Penélope (Cristina Wayar) durante la angustia de su espera —una angustia de amor que, para el teórico literario y ensayista francés Roland Barthes, en su libro Fragmentos de un discurso amoroso (2014), “es el temor de un duelo que ya se ha verificado, desde el origen del amor”—, sino también hacer vivenciar al público dicha angustia —y su resolución— a través de recursos multisensoriales.

Lo primero que se ve al ingresar al teatro es, naturalmente, la escenografía. Más allá de los elementos en la escena, lo que más resalta son los diversos colores, sobre todo en los vestidos guardados en el closet de la protagonista, los mismos que viste para pintar aquella espera grisácea. Bien lo señala Barthes que existe una “escenografía de la espera”, donde se provocan “todos los efectos de un pequeño duelo”, el cual es rehuido por  ella mediante el uso de prendas en toda la paleta de colores, convirtiéndose así el (des)vestirse en un acto subversivo.

En la puesta en escena se siente, además, el aroma del humo de la vela que la actriz apaga luego de prenderla, cuya luz denota esperanza, y desesperanza cuando ella extingue la llama con su aliento. Era al encender la vela que su angustia se incrementaba, lo que no quiere decir que al apagarla el desasosiego desapareciera. “La angustia de la espera no es continuamente violenta; tiene sus momentos apagados”, apunta al respecto Barthes.

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El sentido del gusto se hace presente a través del vino que bebe Penélope (nombre griego que significa “la que teje”), algunas veces imaginando la celebración de cuando esa ausencia se disolviera, u otras, en actitud de cavilación, la cual la lleva del tejer y destejer al escribir y reescribir. “Es la Mujer quien da forma a la ausencia, quien elabora su ficción, puesto que tiene el tiempo para ello; teje y canta; las Hilanderas, los Cantos de tejedoras dicen a la vez la inmovilidad (por el ronroneo del Torno de hilar) y la ausencia (a lo lejos, ritmos de viaje, marejadas, cabalgatas)”, se lee en  los Fragmentos.

La sonoridad —cuyo diseño está a cargo de Canela Palacios— también se percibe claramente en la puesta en escena a través de llaves, sogas tensionadas, arena en un círculo de papel mantequilla, entre otros, cuyas resonancias simbolizan collares, el paso del tiempo y las olas del mar. Del mismo modo se escucha el canto de Penélope, que al igual que el de las sirenas, es el que realiza el conjuro que invoca su nombre en el acto de aguardar. Ya decía Barthes que “la espera es un encantamiento”. Según este teórico francés, “la ausencia amorosa va solamente en un sentido y no puede suponerse sino a partir de quien se queda —y no de quien parte—. Históricamente, el discurso de la ausencia lo pronuncia la Mujer: la Mujer es sedentaria, el Hombre es cazador, viajero; la Mujer es fiel (espera), el Hombre es rondador (navega, rúa)”; pero debido al conjuro, el estado de espera se subvierte.

Unida a la percepción del oído, está la del tacto, pues todo lo que toca la protagonista tiene un sonido específico acompañado de particulares texturas, como el tejido y el telar o, se manifiesta desde el re-descubrimiento de su propio cuerpo, algo que le brinda conciencia de sí misma a través de su corporeidad. Para Barthes, es necesario sacrificar ese Imaginario del otro, para acceder al “amor verdadero”, ese que logra sacarla de su espera sin (des)esperar y que la envuelve en su propio abrazo.

De ese modo, en Experiencia Ítaca, la espera estéril se torna fértil a través de la profunda reflexión en la que la actriz se sumerge durante su viaje interior multisensorial. Esta introspección la lleva a tejer/escribir su propia historia, conduciéndola al tan anhelado encuentro, que ya no es con el otro, sino consigo misma, re-unión que se da en el mar de su isla natal de la cual se reapropia borrando la sensación de anulación que genera la espera, puerto al que llega en el buque de su propio nombre: Penélope, y que termina diluyéndose para convertirse una con el océano: Ítaca florece.

Texto y Foto: Mitsuko Shimose

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Nocturno de Tiwanaku

El sitio arqueológico de Tiwanaku abrió sus puertas —de 19.00 a 22.00— para la Larga Noche de los Museos. Una experiencia diferente.

/ 19 de mayo de 2024 / 06:30

Son las siete de la noche y hace (mucho) frío. Un centenar de personas esperan a que las puertas de acceso al sitio arqueológico de Tiwanaku se abran. Llegan los primeros guías y piden paciencia. Es la quinta vez que la Puerta del Sol, los monolitos, el templete subterráneo y las pirámides de la cultura tiwanacota van a ser apreciados de una manera diferente: de noche. Bajo la oscuridad y bajo las estrellas de mayo (mes de la Chakana), Tiwanaku —la vieja capital— revela sus misterios ancestrales.

La pirámide de Akapana es la primera parada del recorrido nocturno. La Chakana —la Cruz del Sur— se ve con todo su esplendor bajo un cielo despejado. El templo está estratégicamente pensado para disfrutar de las deidades astrales en forma de constelación cuadrada y escalonada. La cultura tiwanacota perduró durante más de 25 siglos y siempre supo dónde estaba el sur, gracias a la chakana.

Se ven colores azulados y blancos, rojos, naranjas. Todas las estrellas son más grandes y luminosas que el sol. Los tiwanacotas y otras culturas ancentrales estaban íntimamente conectados con el cosmos, con el cielo. En esta noche de Tiwanaku, lejos de las luces de la ciudad, esa relación —olvidada con la llegada de la era de la industrialización— renace de repente. Es un viaje en el tiempo.

En la visita nocturna a Tiwanaku se pueden apreciar piezas emblemáticas.
En la visita nocturna a Tiwanaku se pueden apreciar piezas emblemáticas.

El “puente/escalera” (eso significa chakana en quechua) está frente a los ojos de los que llegaron. La conexión entre el mundo terrenal y el mundo de los dioses se dibuja en el firmamento despejado. Son los cuatros “suyos”. Un guaraní que visita Tiwanaku por primera vez dice en voz alta en el primer grupo de visitantes: “no veo una cruz, lo que veo yo es al ñandú”. Tiene razón (también): la constelación lleva la forma de una avestruz. Cada uno ve lo que quiere.

La segunda estación es el monolito Ponce. Es la estela ocho. Estamos dentro del Templo de Kalasasaya, el templo de las piedras paradas. Tiene tres metros y es de una sola pieza, de piedra andesita. Tiene lágrimas con forma de pez, hombres alados, águilas, plumas, cóndores. De noche impresiona más, de noche parece saber cómo y porqué desapareció la cultura tiwanacota, esa que se extendió desde las costas del actual Chile hasta el altiplano, desde el Perú hasta la Argentina actual. ¿Qué pensaría la noche que lo “descubrió” Carlos Ponce Sanginés? Dime cuál es tu verdadero nombre, ahora que está oscuro y nadie nos escucha. Cerca está el monolito Fraile, pieza de arenisca veteada. Tiene peces. Es un dios del agua, cuando el lago Titicaca llegaba hasta estas orillas. En una mano un “keru” (vaso) y en la otra un báculo. Viste faja. Fue enterrado con honores. No sabemos cuándo resucitará.

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Unos metros más adelante, al extremo oeste, los turistas se sacan fotos con la Puerta del Sol. Está iluminada y la gente aprovecha para sacarse “selfies”. Dicen que antes adorábamos a la luna y luego la cambiamos por el sol. Este recorrido nocturno es una ofrenda a la diosa luna, esa que ilumina nuestras noches de insomnio. Espero que Huiracocha, el Señor de los Báculos, no se moleste.

Los visitantes observan y toman fotografías a las estelas de Tiwanaku.

Caminamos en la oscuridad, hay que mirar al suelo para no tropezar. Algunos alumbran el piso con la luz de los celulares. Cuando bajamos hacia el Templo de Kalasasaya, hay que agarrarse de las piedras de las escaleras, de las paredes balconeras. La temperatura, a campo abierto, roza los cero grados. Cuando llegamos a la escalinata de piedra, todos se paran para sacar fotos. Cuando bajamos al templete subterráneo, al mundo de abajo, las 175 cabezas clavas de roca caliza dan más miedo que de día. Están a punto de contarnos la verdad en esta noche de misterio. La guía habla de mensajes extraterrestres que se escuchan en las noches más frías, como la de hoy.

En el centro del templete estaba el monolito Bennet, la estela Pachamama. Hoy está a resguardo en el Museo Lítico, bajo techo. Ha sufrido demasiado desde que fuera llevada a la fuerza y sin permiso de la comunidad a la ciudad de La Paz en 1932. Primero estuvo en el Prado y luego junto al estadio Hernando Siles en Miraflores. Cada vez que lo movieron/molestaron sin pedir permiso/ofrenda ocurrieron desastres, especialmente inundaciones, como aquellas del 2002 cuando fue trasladado de vuelta por última vez. Su “descubridor”, el gringo Bennett, murió ahogado en una playa de su país, Estados Unidos. Con los dioses no se juega y menos si son gigantes. En su lugar, hoy está el Monolito Barbado, es la estela 15 o “Kontiki”. La guía apura a los visitantes: “vayan saliendo, tienen que entrar el resto de los grupos”.

De regreso al Museo Lítico, nos chocamos con otros grupos. En la entrada del museo, los chicos del grupo de teatro de la UPEA, la Universidad de El Alto, escenifican pasajes y leyendas. El paseo por las salas cerámicas y líticas es gratuito cuando Tiwanaku se muestra de noche.

La estela Pachamama luce imperial, sobrecoge por su tamaño. Me gustaría que estuviese de nuevo en su lugar junto al resto de las estelas, junto a sus hermanos, como reina de la noche. Son las 10 y los últimos minibuses devuelven a los citadinos a las luces de la ciudad. El sortilegio ha terminado. Los gigantes duermen tranquilos. Hasta el próximo nocturno de Tiwanaku.

Texto y Fotos: Ricardo Bajo Herreras

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