En el jardín de Star Wars
Como parte de la antesala de una nueva entrega de la saga, sus fanáticos organizan una jornada dominical de otra galaxia.
Se asemeja mucho a Endor, el planeta de los ewoks. Si uno se hace a la idea, da la impresión de estar realmente en los campos donde se desarrolló una de las batallas que posibilitaron la victoria de la fuerza por sobre el lado oscuro, en El regreso del Jedi. Árboles, variedad de plantas y pasto dividido por sendas de tierra y empedrado forman el escenario perfecto para organizar hoy 13 de diciembre el Star Wars Fest, en el Jardín Botánico de La Paz.
Desde que se anunció el estreno del filme Star Wars VII, El despertar de la fuerza —que en el país se estrenará el 17 de diciembre—, los fanáticos en diversas partes del mundo se han movilizado para organizar homenajes, tributos, charlas y encuentros de la saga creada por George Lucas. En Bolivia ocurre el mismo fenómeno y la agenda de Samuel Estrugo, presidente de Star Wars Fan Club Bolivia, es un claro ejemplo, pues desde hace unas semanas ha estado ocupado con entrevistas en varios medios. Además, tiene que asistir a charlas y sesiones fotográficas de los medios impresos y también debe coordinar las actividades que se están preparando para recibir el estreno esperado. Su cariño por la saga nació a inicios de los 80, cuando vio una escena en la que C3PO y R2D2 caminan por el desierto de Tatooine, en el episodio IV, Una nueva esperanza. “La primera vez que la vi quedé fascinado. El fanatismo nació desde chiquito y fue creciendo”.
Lo anecdótico de su experiencia es que surgió por llegar —como él dice— a la “hora boliviana”. Por esos años, el colegio La Salle proyectaba las películas de moda todos los sábados por la mañana para los estudiantes, así es que uno de aquellos fines de semana la unidad educativa decidió emitir la primera película de La guerra de las galaxias. “Aquel día llegué tarde a la película por buen boliviano (risas). Lo primero que vi cuando entré a la sala eran R2D2 y C3PO en el desierto de Tatooine. Hasta salía el esqueleto de un animal gigante. Eso captó mi atención”, recuerda de sus 10 años, mientras saca algunos objetos que expondrá en el Star Wars Fest, entre los que cuentan a los dos androides de aquella inolvidable escena.
Junto con él está Luis García, vicepresidente del club, quien rememora que uno de sus primeros regalos fue un juguete de Star Wars. “Para 1980, cuando descubrí que no existía Papá Noel, me llegó un X-Wing”, una nave que —en el filme— fue construida para la Flota Imperial y que cambió a la Alianza Rebelde.
En su mano derecha, un reloj plateado que en medio de un fondo negro tiene la inscripción Star Wars confirma el fanatismo que siente por este mundo. En la otra mano sostiene su teléfono celular, que se diferencia de otros porque tiene una carcasa que recuerda a Darth Vader, el personaje antagónico y a la vez querido por los seguidores y no tan adeptos a estas películas.
Al igual que Luis y Samuel hay otros 500 socios del club que están en los afanes de recibir la séptima entrega de la saga que, según el analista de Wall Street Stifel Nicolaus, ha recaudado más de $us 2.200 millones en el orbe. Una de las tantas actividades organizadas por los fans se desarrollará hoy en el parque ubicado en la calle Lucas Jaimes, en la zona Miraflores, en un encuentro de admiradores de Star Wars propiciado por la Empresa Municipal de Áreas Verdes, Parques y Forestación (Emaverde).
“Queremos adherirnos porque sabemos que existen muchos seguidores en el país y el mundo”, afirma Julio Linares, gerente de Emaverde. El Jardín Botánico es un lugar ideal para recrear el planeta Endor, la tierra de los ewoks, aquellos seres pequeños cubiertos de pelo que ayudan a las fuerzas rebeldes a ganar una de las batallas decisivas de Star Wars.
Cactus, rosales, palmeras, orquídeas y 1.300 especies de plantas llenan la superficie del parque. “Queremos aprovechar que la gente que no ha venido a este ícono de la ciudad, ahora lo conozca y pasee por sus jardines”. Al encontrarse en un sector alejado del bullicio citadino, dentro del jardín frondoso se siente tranquilidad, acompañada por el aroma de la variada vegetación y obras de arte como la de la escultora Marina Núñez del Prado.
Este panorama se engalanará con la exposición y venta de juguetes, cómics y la representación de una guerra de sables que preparan miembros del Star Wars Fan Club Bolivia, además de charlas especializadas. Y mientras se oyen las explicaciones de la saga será ineludible recordar algunas de las composiciones musicales de las seis películas. Es por ello que durante esta jornada habrá una presentación del autodenominado Ensamble de Luke Skywalker.
Giovanno Salas, músico con casi 25 años de experiencia, no pudo escapar a la tentación, y desde una baranda señala la parte baja del Jardín Botánico, donde esta tarde tocará junto a otros artistas. El bajista del recordado grupo paceño Dies Irae estará acompañado por el tecladista Freddy Mendizábal, el guitarrista Wilson Rojas, el baterista Alexis Trepp y el músico Marco Narváez, además de la Coral de Luke Skywalker. “Vamos a darle la magnificencia de los temas al estilo rock y mantener los metales que tiene Star Wars”, asegura Giovanno. Los artistas interpretarán un repertorio basado en las principales canciones de las seis películas, como la Marcha Imperial (The Imperial Probe); Cantina Band, la música que interpreta un grupo de alienígenas en un bar de Mos Eisley y que era un sitio de esparcimiento para personajes fuera de la ley; Sala de trono (The Throne Room) y otras más.
Además, el Ensamble de Luke Skywalker prepara una sorpresa. “Si es que logramos llegar a tiempo lo vamos a tocar. Va a ser un bonus track para la gente”. Giovanno revela que han estado ensayando el tema principal de la séptima entrega del mundo Star Wars.
Y para completar la presentación, los artistas se maquillarán y vestirán ropa con capucha para personificar a los sith, la secta contraria a la orden de los jedi.
Este domingo será diferente en la hoyada paceña, pues Miraflores será tomado por una legión de siths, padawanes, jedis, clones y droides, juntos para disfrutar de música, colecciones y actuaciones de luchas con sables en un parque parecido al planeta de los ewoks y contagiado por la fiebre de Star Wars.