Cultura mollo: Iskanwaya y sus reliquias renacen
El sitio arqueológico apunta a convertirse en un atractivo turístico desde 2021, no solo en el país, sino en el mundo. Un lugar plagado de enigmas y de vestigios dignos de estudio
Aucapata significa “planicie en las alturas”. Iskanwaya, traducida del quechua al castellano, “dos casas, dos ecos a la deriva”. Sus nombres no son casuales, los vestigios de este centro arqueológico están cerca de las nubes, como suspendidos en el cielo.
Son reliquias de la cultura mollo. La Gobernación de La Paz realiza trabajos para preservarlas, para que ese lugar precolombino renazca, para el turismo y los académicos.
“En Iskanwaya trabaja la empresa Gallardo en componentes de conservación y ejecución. El gobierno departamental tiene invertidos unos Bs 7 millones. La compañía hace el mantenimiento y la reconstrucción de los muros. Nos tienen que entregar 95 estructuras restablecidas”, señala Deysi Rojas, directora de Culturas de la Gobernación. La anterior semana, el gobernador Félix Patzi visitó la zona para ver los avances y dijo que en las investigaciones se gastó Bs 1 millón. O sea, van Bs 8 millones en esta apuesta por la resurrección de este lugar.
Según investigaciones, Iskanwaya fue el centro urbano de la cultura mollo, que destacó por sus avances agrícolas y de ingeniería. Su legado está en el municipio de Aucapata, en la provincia Muñecas, a ocho horas en coche desde la ciudad de La Paz.
Al llegar, resaltan sus construcciones de piedras, muchas parecen colgarse de las empinadas montañas. Un espacio mágico que siembra esperanzas en Patzi. “De aquí a uno o dos años será el más visitado, no solo de La Paz, sino de Bolivia y el mundo”.
Los trabajos que se implementan tienen cinco componentes: la investigación arqueológica; la conservación y la restauración; el desarrollo turístico; la gestión y la administración; y la sensibilización multisectorial. Los últimos tres se desarrollarán al siguiente año. “Este sitio es parte de la riqueza cultural en el departamento, aún guarda muchos misterios y tesoros. La empresa sigue excavando y ha realizado la prospección y el mantenimiento del complejo arqueológico, en el cual han encontrado cerámicas semiestructuradas y completas”, agrega la directora Rojas.
Este emprendimiento comenzó en 2018 y concluirá en agosto próximo, cuando se espera realizar una entrega de las piezas recuperadas a la Dirección de Culturas.
“Tenemos que remitir todo esto al Museo Comunitario de Aucapata, que cuenta con más de 4.000 piezas arqueológicas. Y hacer cumplir normas y reglamentos, como la Ley 530 de Patrimonio Cultural Boliviano y la Constitución, ya que este patrimonio pertenece a los bolivianos”.
Las piezas halladas fueron estudiadas en laboratorios de punta, como el de la Universidad de Oxford en el Reino Unido.
Entre las reliquias están las construcciones, las cerámicas, instrumentos líticos como batanes, morteros, mazos de moler, tapas de almacenes. Incluso restos óseos, pero en mal estado por la humedad de la región. Según datos de la Gobernación, hasta ahora son 76 cajas inventariadas con objetos de piedra que fueron recolectados y entregados por Patzi al Alcalde de Aucapata, para que pasen al repositorio.
UNA CULTURA BASTANTE AVANZADA
Los mollo fueron una cultura muy avanzada. Estudios indican que usaron la forma trapezoidal como diseño arquitectónico de Iskanwaya, donde las terrazas, estructuras, puertas y ventanas tienen esta forma. “No se conoce la significación del trapezoide para los mollo, pero se especula que tiene raíces astronómicas, específicamente relacionada con la constelación de la Cruz del Sur, que es perfectamente visible desde Iskanwaya. Cuando se unen las cuatro estrellas de la Cruz del Sur con cuatro líneas imaginarias se forma una excelente figura trapezoidal”, escribe el médico Ivar Méndez, quien se dedicó a investigar los secretos precolombinos en estos parajes.
El arqueólogo Dagner Salvatierra, del proyecto de la Gobernación, da una explicación cronológica. “Los mollo están en un periodo intermedio tardío, que abarca desde la desintegración de lo que fue Tiwanaku, pasando por aspectos e interacciones con el periodo Inca. Es decir que entre el 1150 y el 1470 antes de Cristo”. Remarca que las investigaciones en Iskanwaya datan de los años 50. “Este complejo arqueológico presenta sectores habitacionales, ceremoniales, canales, muros de contención y terrazas agrícolas. La mayor cantidad de trabajos que se han realizado en ese sector provienen de contextos funerarios”.
La Gobernación cuenta con investigaciones de la empresa Arqlinne que determinan dinámicas culturales distintas de quienes habitaban estos sitios. “Iskanwaya se asienta en la ladera norte del río Llika y con una distribución de 95 estructuras que aún están en pie”. Para los años 50 y 60, el reconocido arqueólogo Carlos Ponce Sanginés (el museo local lleva su nombre) dividió el sector en las áreas A, B y C. “Dicha sectorización se mantiene como línea de referencia para estos trabajos. Las averiguaciones continúan y se entregó el componente de investigación arqueológica.
Estamos hablando de unas 12 hectáreas aproximadamente”, remarca Salvatierra. Un tema que hace notar Méndez es que el desarrollo de la técnica hidráulica para el riego de sus terrazas de cultivo y el abastecimiento de sus ciudades logró niveles superiores de ingeniería con la edificación de reservorios y canales de riego en las casi verticales y profundas laderas de las quebradas cordilleranas.
“El dominio de los pisos ecológicos para una producción agrícola de asombrosa variedad y abundancia no igualada hasta la fecha, fue la plataforma económica que sostuvo la cultura mollo por más de 700 años. Altos niveles de organización social se evidencian en la abundante producción de cerámica de la más alta calidad artística y la construcción de complejas ciudades de piedra”.
Las construcciones mollo aún guardan misterios. Lo que se conoce es que el material de los conjuntos arquitectónicos es de piedra pizarra o laja mezclada con fenoandesita, utilizando como mortero de construcción arcillas impermeables. “La calidad de las paredes es excepcional tanto por sus dimensiones como por su bella superficie, que armoniza perfectamente con la ladera de la quebrada”, escribe.
Hay muchos enigmas que desentrañar en Iskanwaya y Patzi apuesta que eso será una carnada para académicos de Bolivia y el mundo. Mientras tanto, los pobladores de Aucapata sueñan con un mejor futuro con la industria sin chimeneas, con un pasado que emerge a 4.800 metros sobre el nivel del mar.