Mikail Akar: Explosión de colores, talento y miles de dólares con el ‘mini Picasso’
El joven pintor alemán tiene ocho años de edad y su obra se vende en hasta 15 mil dólares
Tiene ocho años y hasta ahora fue protagonista de 12 exposiciones en importantes galerías de arte. Sus colecciones son compradas en 15 mil dólares y recibió el apodo de “mini Picasso”. Imaginamos que ser comparado con el mayor referente del expresionismo, uno de los creadores del cubismo y artista que sigue cautivándonos medio siglo después de su muerte, es abrumador, pero Mikail Akar, niño alemán, no siente el peso del sobrenombre. Ve la pintura como un “pasatiempo” que lo lleva a diferentes partes del mundo. Eso sí, sin descuidar la escuela.
“Me encanta mezclar y combinar nuevos colores y también probar nuevas técnicas. Mis pinturas surgen de la nada, a veces simplemente empiezo a dibujar y pintar”, responde a ESCAPE Mikail Akar, quien ha donado cuadros a organizaciones benéficas de niños para que recauden miles de euros con su venta.
Uno pensaría que el niño tiene como objetivo principal ser el mejor pintor de arte abstracto, firmar miles de cuadros o ser reconocido en el mundo, pero su mente no se distrae con esas ambiciones. “¡Mi sueño es conocer a Cristiano Ronaldo!”, exclama Mikail, amante del fútbol y la lectura.
El torbellino que vive se inició el día que cumplió cuatro años. Sus padres le regalaron un pequeño lienzo y pinturas para los dedos, “simplemente porque no querían volver a comprar fichas de Lego o incluso más Playmobil”. Cuando su padre vio el cuadro por la noche pensó que su esposa le había ayudado a pintar. La mujer de 35 años dijo: “No fui yo”. Ambos quedaron asombrados por el potencial de su hijo.
Desde ese cumpleaños, los padres de Mikail —que antes no estaban interesados en el arte— dedican varias horas a conocer las diferentes técnicas de pintura y eligieron para su hijo una escuela con una formación más artística.
Mikail con el tiempo fue descubriendo sus musas; como el pintor alemán Gerhard Richter y los artistas estadounidenses Jean-Michael Basquiat y Jackson Pollock, aunque buscó su propio estilo: aplica pintura de colores explosivos en aerosol, brochas y algunas veces utiliza los guantes de boxeo de su padre para pintar sobre el lienzo.
Actualmente un cuadro pintado a mano y firmado por el niño artista de 90×110 cm cuesta aproximadamente 1.700 dólares. “Parte del dinero se destina a impuestos y el resto lo ahorramos para mi futuro y mi educación”, asegura Mikail.
Kerem Akar, el padre de Mikail, asumió la misión y compromiso de guiar el camino artístico de su hijo: “No soy estricto en absoluto con ninguno de mis tres hijos. No animo a Mikail en absoluto a pintar. Él pinta cuando quiere y cuando sus ideas y creatividad cobran vida”.
Sin presiones el joven artista, nacido en Colonia (Alemania), expone sus obras en importantes galerías de las principales ciudades alemanas; incluso tuvo una exposición en el Parlamento estatal de Renania del Norte, Westfalia, uno de los 16 estados federados de Alemania. También, presentó sus colecciones en Viena, Austria y en octubre estará en la ciudad de Nueva York. Y para 2022, tiene planes de exponer en París y Londres.
Y como integrante de la generación Alpha o nativos digitales —término acuñado por el investigador Mark McCrindle para describir a niños que han nacido a partir del año 2010 en adelante— tiene un canal de YouTube y una popular cuenta de Instagram donde muestra su proceso creativo y colaboraciones, una de ellas con el jugador de fútbol del Bayern de Múnich, Manuel Neuer, una obra de arte que fue presentada en Berlín.
“A Mikail también le encantaría presentar sus obras en Bolivia y en otras partes de Sudamérica”, asegura Kerem, quien debe hacer respetar los derechos del niño de ocho años; como la educación, descanso, juego y participación en actividades culturales y creativas que no afecten a Mikail.
“Si tenemos la sensación de que todo se está volviendo demasiado para Mikail, entonces nos tomamos un descanso o nos detenemos por completo con exposiciones, entrevistas, reportajes de televisión y documentales”, dice Kerem.
“Estamos agradecidos por todo el apoyo que rodea a Mikail, pero nos damos cuenta de que es solo un niño. Tenemos mucho cuidado con quién puede hablar y qué tipo de colaboraciones tiene”.
Porque al final, el “mini Picasso” todavía sigue siendo un niño.