María José: la discapacidad múltiple no frena la creatividad María José: la discapacidad múltiple no frena la creatividad
María José Viscarra es una artista de 27 años de edad que retrata sus estados de ánimo a través de la acuarela y el acrílico
Su mano izquierda es la encargada de realizar los trazos sobre el lienzo; esa línea continua que pintó con naturalidad costó varias hojas y lágrimas. “Esta soy yo, con mi silla de ruedas y mi delantal de pintura. En ese momento estaba triste”, dice María José Viscarra al mostrar su primer autorretrato. La nueva artista tiene una paleta amplia de temas, aunque encontró una leve inclinación por reflejar su estado de ánimo a través de sus cuadros.
La acuarela y el acrílico son los materiales que más utiliza, y su mayor referente es Frida Kahlo; las obras de la artista mexicana la inspiran. Pintar le ayuda a olvidar el dolor de su cadera, que se intensificó hace dos meses por la subluxación o displasia congénita con principios de artrosis que tiene, pintar le ayuda a expresar las palabras que no puede mencionar y le permite seguir mirando hacia adelante: desea que sus pinturas lleguen más allá de La Paz.
Ser profesional en artes plásticas y visuales requiere disciplina y pasión, y en el caso de María José, de 27 años, también implicó subir tres pisos para llegar a sus clases de pintura durante cuatro años. Su madre, algunas veces con ayuda de un voluntario, levantaba la silla de ruedas grada por grada.
“Cuando entré a la universidad sentí miedo, todo era confuso, y no sabía pintar. Lo más difícil era ver cómo algunas personas me hacían a un lado”, comenta María José, pero como en sus cuadros y en la vida hay una diversidad de colores, algunos más oscuros y otros más claros. Un buen amigo como Miguel, unos profesores como Freddy Escobar, Martina Noriega, Paddy Viscarra, Fernando Montes y Mario Conde lograron aliviar el peso que sentía por dejar las brochas.
Ser una nueva artista exige también creatividad, alto nivel de destrezas, reflexión crítica y un lenguaje plástico que comunique. Todo eso aprendió en la Academia Nacional de Bellas Artes Hernando Siles, lo aprendió a través de su traductora, Claudia Agramont.
Interpretar las palabras de los profesores en Lengua de Señas necesitaba algo más que técnica. Claudia repitió las veces que fue necesario para que María José capture los detalles de las clases y la esencia de los artistas que iba descubriendo. Además del dominio de la Lengua de Señas, la complicidad entre madre e hija fue una fuerza que la impulsó para continuar estudiando.
María José, aparte del problema en su cadera, tiene discapacidad auditiva. Padece de hipoacusia bilateral severa. La artista es una de las 91.287 personas con discapacidad registradas a escala nacional en el Sistema de Información del Registro Único de Personas con Discapacidad (SIPRUNPCD) hasta 2020. La discapacidad física-motora constituye el 38%, la intelectual el 29%, la múltiple el 15%, la discapacidad auditiva el 10%, la mental el 4% y la sensorial el 4%.
Del total de personas registradas, 77.051 tienen el carnet de discapacidad, según el SIPRUNPCD. “Pies para qué los necesito, si tengo pinturas para viajar”, parafrasea María José a la reconocida Frida Kahlo, quien también pintó desde una silla de ruedas. A la frase de la joven boliviana también se incluye pinturas que expresan lo que las palabras no pueden.
Su cuadro favorito refleja a Claudia, su madre, con un rostro dividido a la mitad. En el lado izquierdo hay una mirada dulce en tonos claros y en el lado derecho hay una mirada estricta de color rojo. También son especiales otros dos cuadros de acuarela pintados hace un par de años; Libertad y Fuerza, así los bautizó.
La tenacidad de la familia Viscarra Agramont se percibe cuando habla de la operación que necesita la cadera de María José y que no puede realizarse en Bolivia, según les explicaron los médicos. Mientras los padres de la artista continúan investigando sobre la cirugía, la familia solo desea que el dolor sea disminuido.
“Voy a seguir adelante, voy a seguir pintando”, dice María José en la Semana Internacional de los Sordos, fecha que se conmemoró por primera vez en septiembre de 1958 en Italia y “desde entonces se ha convertido en un movimiento global que promueve y crea conciencia sobre las cuestiones que las personas sordas enfrentan en su vida cotidiana”.
María José es un ejemplo de perseverancia; donde la discapacidad múltiple se convierte en creatividad y trazos llenos de luchas diarias. Su arte puede viajar sin dificultades a los lugares que desea y sus cuadros hablan por ella.