Conan el Bárbaro: 40 años de la disciplina del acero
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Actor. Arnold Schwarzenegger protagonizó ‘Conan el Bárbaro’, filme estrenado el 14 de mayo de 1982
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El filme de John Milius, adaptación del cómic, fue pionero en el género de espadas y brujería, y catapultó al actor Arnold Schwarzenegger
Aquello que no nos mata, nos hace más fuertes”, es la frase de Friedrich Nietzsche que da inicio a Conan el Bárbaro, y que muestra cómo esta película está venciendo el paso del tiempo, pues el 14 de mayo cumplió 40 años de su estreno. Antes de la década de los 80 hubo otros intentos de llevar el cómic al cine, pero en su mayoría tropezaban con los derechos de autor. En 1975 el productor Edward R. Pressman mostró interés por hacer una película, por tal razón comenzó a negociar para hacerse de los derechos cinematográficos, pero con el paso del tiempo el deseo de llevar a Conan a la gran pantalla se fue enfriando.
El éxito repentino de Star Wars en 1977 llamó la atención de los estudios en Hollywood, que deseaban producir historias de aventuras heroicas en mundos sobrenaturales. Por esos años los jóvenes estadounidenses comenzaron a comprar reimpresiones de los cómics de Conan con el arte de Frank Frazetta y las adaptaciones de Marvel Comics. Esto llamó la atención de cineastas, pero como antes, quedó en planes de preproducción.
Paramount Pictures ofreció financiar el proyecto si había un guionista de renombre. Con esa propuesta Oliver Stone se unió al equipo de preproducción, se recurrió a Frank Frazetta como consultor visual, pero no se llegó a un acuerdo. Ron Cobb, quien diseño el set de Alien, fue contratado y solo realizó algunos dibujos antes de marcharse.
El guion terminado de Stone subió los costos de producción y ningún estudio quería producir el proyecto por su elevado presupuesto. Otro inconveniente fue encontrar un director adecuado. Se pensó en Joe Alves, Ridley Scott e incluso el mismo Oliver Stone. El director John Milius, quien años antes había mostrado interés para dirigir el filme, fue el que finalmente se quedó con el cargo y quien logró negociar con Dino De Laurentiis y Pressman. Universal Pictures se convirtió en distribuidor de la película.
Se estimó un presupuesto de 16 millones de dólares. A Milius se le pidió reescribir el guion de Stone, así que el primero añadió escenas basándose en las historias de Howard y las películas japonesas como Kwaidan de Masaki Kobayashi y Los siete samuráis de Akira Kurosawa.
Una vez que se consolidó la producción del filme comenzó la búsqueda de los actores que participarían. Desde un inicio Milius quería que un musculoso, aunque desconocido, austríaco, llamado Arnold Schwarzenegger, que en ese entonces ya era seis veces ganador del título Mr. Olympia (su séptimo título lo logró tras haber rodado la película), asuma el papel principal. Su hasta entonces carrera cinematográfica había sido breve, pero intensa. Su primer papel fue en Hércules en Nueva York (1969), donde aparecía en créditos como Arnold Strong; The Long Goodbye (1973), su segundo filme, en el que tuvo un papel secundario; y luego la actuación que le valió el Globo de Oro a la nueva estrella del año, Stay Hungry (1976). Esta última le trajo el visibilidad, aunque sería con Pumping Iron (1977) que lograría el reconocimiento de la industria de Hollywood.
En un comienzo Dino De Laurentis dudó sobre si Schwarzenegger podría con el papel principal, pero Milius fue un fuerte defensor de que Arnold se quedará con el mismo. Ante mucha insistencia, el director señaló que si se cambiaba de actor el rol debería caer en Dustin Hoffman. En ese momento De Laurentis tuvo que decidir si era mejor mantener al joven actor o quedarse sin película.
Si bien Schwarzenegger obtuvo el papel por ser del agrado del director, éste le pidió perder varios kilos de músculos, pues se quería mostrar a alguien atlético, con movimientos más gráciles. Arnold tuvo que practicar desde natación, hipismo, escalada y salidas diarias a trotar para cumplir con las exigencias de Milius.
El papel de Valeria, pareja sentimental de Conan, recayó en la poco conocida Sandahl Bergman, gracias al filme la actriz ganó el Globo de Oro a la actriz revelación. Un dato curioso fue que durante el rodaje no contó con un doble para las escenas de acción: ella aprendió a hacer sola todas escenas de riesgo. Tres años después participó en Red Sonja, filme con una temática similar a Conan, asumiendo el papel de villana.
Para interpretar a Subotai, compañero de aventuras de Conan, el director eligió a un viejo amigo de sus épocas de surfista y carente de experiencia artística, el hawaiano Gerry Lopez. Milius imaginó la imagen de Lopez como la del lugarteniente de Genghis Khan, el personaje con el que el director siempre estuvo obsesionado, aunque nunca pudo hacer con él la película que soñó.
Para contrarrestar la poca experiencia de sus actores principales, la producción contrato a Max Von Sydow, más conocido por su papel del emperador Ming en Flash Gordon, para interpretar al rey Osric, mientras que James Earl Jones, quien puso la voz de Darth Vader (Star Wars), encarnó a Thulsa Doom, el brujo que poblaba la imaginería de la era Hiboria.
El rodaje fue en Almería, Madrid, Segovia, Ávila y Cuenca, donde se dio trabajo a más de mil extras. Se cuenta que los extras españoles enfurecían a Milius porque tardaban mucho en morir. “Únicamente muéranse”, gritaba el director, que ofreció un bono para los extras que morían más pronto.
Cuando se rodó la primera escena, Schwarzenegger debía decir una frase atribuida a Gengis Khan y sucedió lo que muchos temían: las palabras que salieron de su boca fueron versos ininteligibles que no se parecían al inglés. El director tomó la decisión de despedir al profesor de dicción y contratar a uno nuevo con resultados más favorables, además de simplificar varios diálogos.
La elección de quién ejecutaría la banda sonora del filme también fue motivo de mucha discusión. Al rodar en Europa, la primera elección para darle el sentido histórico y épico al filme fue Ennio Morricone, pero Milius ya había escogido a Basil Poledouris, compositor griego, que con sus melodías aportó en el relato mítico del personaje. Los ritmos eslavos que usó, así como la música étnica que evoca a la Rusia clásica, además de los coros, transformaron las violentas batallas en danzas brillantes. Para eso Poledouris aplicó su conocimiento de la música folclórica antigua que permitió crear una atmósfera consistente de la Edad Media.
En 1984 se produjo una secuela, Conan el Destructor, que en su intento de ser más amigable para llegar a las audiencias más jóvenes perdió la magia narrativa que tenía la primera. Una tercera película no se pudo concretar por temas de derechos de autor y en 2011 la versión reboot, con Jason Momoa, fue un desastre y no contó con un lanzamiento global.
Un año después del fracaso de Momoa se pensó en una tercera película, secuela directa de la original de 1982, pero todo quedó en planes de preproducción. Actualmente se habla de que Netflix estaría interesada en sacar una serie.
Cuarenta años después de su estreno, Conan el Bárbaro se ganó el título de clásico por ser pionera en representar la historia de los grandes mitos y estilos del mundo antiguo, género que en el mundo cinematográfico desde entonces se conoce como sword and sorcery (espadas y brujería), donde la magia y los hechizos van de la mano de historias fantásticas protagonizadas por bravos guerreros de tierras lejanas. En definitiva, Conan es parte de la historia del cine por todo lo que implica y significa, pero principalmente por la vigencia que ha mantenido sin importar el paso de los años.