Robocop, 35 años del superpolicía
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El actor estadounidense Peter Weller tuvo ciertas dificultades para utilizar el traje de la cinta Robocop de 1987
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El filme de 1987 del director Paul Verhoeven fue un éxito de taquilla que cambió la forma de abordar el cine de acción hasta esa época
CINE
El cine de los años 80 rebosaba entretenimiento: sobresalían los géneros de aventura, ciencia ficción y terror, pero con una mirada juvenil, según el crítico de cine Diego Brodersenm. Es así que RoboCop, un clásico estrenado hace 35 años, sigue tan vigente por su historia y la parodia que trató de hacer. La trama fue concebida en 1982 por Edward Neumeier mientras trabajaba en el equipo de Blade Runner. Tiempo después la idea se desarrolló aún más con el apoyo de Michael Miner. Neumeier insistió en darle vida a su idea y para 1985, su guion fue adquirido por el productor Jon Davison en nombre de Orion Pictures.
Desde un comienzo la producción apuntó como primera opción para la dirección a Paul Verhoeven, pero este descartó el guion dos veces porque no entendió su contenido satírico hasta que su esposa leyó el guion y le pidió darle una oportunidad porque no había visto el alma de la historia, que trataba sobre alguien que perdió su identidad. El director volvió a revisar el escrito y fue la escena en la que RoboCop regresa a la casa abandonada de Murphy y experimenta recuerdos persistentes de su vida anterior lo que le llamó la atención y aceptó el proyecto.
La elección del actor para el papel principal demoró entre seis y ocho meses. Se consideraron nombres como Arnold Schwarzenegger, Michael Ironside, Rutger Hauer, Tom Berenger, Armand Assante, Keith Carradine y James Remar. Al final se decidió por Schwarzengger, la estrella del reciente éxito The Terminator (1984), pero éste no quería el rol porque no se vería su rostro, a lo que se sumó que por su gran musculatura no le quedaba el traje.
En la selección surgió el nombre de Peter Weller quien había expresado su interés, por tal razón se puso el traje y por cerca de dos horas realizó las primeras pruebas; además era el que quería cobrar menos. La producción tuvo que decidir rápido, pues a Weller se le había ofrecido el papel de coestrella en King Kong Lives.
Aparte de Weller, se completó el elenco con Nancy Allen, Daniel O’Herlihy, Ronny Cox, Kurtwood Smith y Miguel Ferrer. El resto del reparto fue conformado por Paul McCrane, Ray Wise, Jesse D. Goins, Calvin Jung, Robert DoQui, Michael Gregory, Felton Perry, Kevin Page y Lee de Broux. Las figuras de Mario Machado y Leeza Gibbons, S. D. Nemeth aparecen como presentadores televisivos. Por su parte, Angie Bollings y Jason Levine hacen las veces de la esposa e hijo de Alex Murphy, nombre de RoboCop previo a su conversión en cyborg. De relleno, el propio director, Paul Verhoeven, hizo un cameo como cliente de un club nocturno que baila, el productor Jon Davison brinda la voz de ED-209 y el director John Landis aparece en un anuncio dentro de la película.
La filmación
El rodaje comenzó el 6 de agosto de 1986, con un presupuesto de 11 millones de dólares inicialmente. Casi toda la filmación se realizó en Dallas, con grabaciones adicionales en Pittsburgh (Pensilvania) y Las Colinas. Esto se realizó porque Verhoeven quería un lugar de rodaje moderno que pareciera un futuro cercano, la ciudad de Detroit (donde se supone que se desarrolla la historia), fue descartada por la forma de sus edificios.
El disfraz de RoboCop estuvo listo justo al comenzar el rodaje, fue muy incómodo para el actor, quien tuvo que aprender a sobrellevarlo sobre la marcha. El visor del casco molestaba a Weller, lo que originó peleas con el director hasta el punto que Verhoeven pidió su reemplazo con Lance Henriksen, el detalle fue que el nuevo actor no podía usar el traje. Finalmente, la producción intercedió para hacer las paces entre actor y director.
Los efectos especiales estuvieron a cargo de Rob Bottin, Phil Tippett, Stephan Dupuis, Bart Mixon y Craig Davies, entre otros. A pedido de Verhoeven muchos de estos se hicieron de forma violenta, porque el director pensaba que era más atractivo. En un determinado momento, el director comparó la brutalidad de la muerte de Murphy con la crucifixión de Jesús, la brutalidad de la escena permitió generar simpatía por Murphy, pues la audiencia no llegó a conocerlo bien de antemano.
Los efectos especiales
Para dar la sensación de sufrimiento y agonía de Murphy, al ser desmembrado, se moldearon brazos protésicos en alginato y se llenaron con tubos que podían bombear sangre artificial y aire comprimido. De igual manera, se fabricó la mano izquierda para que pudiera explotar de manera predecible; para el disparo en la cabeza se empleó una réplica de la parte superior del actor.
Para hacer muy real al ED-209, robot rival del héroe, se diseñó un modelo en escala real. El modelo de fibra de vidrio totalmente articulado, con una altura de 2,1 metros y un peso de 140 a 230 kg, tardó cuatro meses en construirse y costó 25.000 dólares.
Para la escena final, donde el villano empresario Dick Jones cae desde el edificio de la OCP, se usó una marioneta animada por Rocco Gioffre, y por el limitado tiempo de desarrollo, ésta era de goma espuma con un esqueleto de aluminio, en lugar de una versión articulada de mayor calidad.
A lo largo del rodaje continuaron presentándose dificultades que subieron el presupuesto hasta llegar a superar los 13 millones de dólares. Una vez concluida la producción se comenzó con la comercialización de la película que presentó algunas dificultades debido a su nombre. Cuando fue estrenada en julio de 1987 se convirtió en un éxito financiero de forma inesperada tras ganar 53,4 millones de dólares. El filme fue elogiado como una película de acción satírica e inteligente con mensajes filosóficos profundos, pero en conflicto por la violencia extrema mostrada. Por otro lado, el largometraje recibió nominaciones a varios lauros, logrando un Óscar y numerosos premios Saturn.
El legado del filme
RoboCop fue concebida desde un comienzo como una parodia, una exageración y una proyección de las tendencias políticas existentes en Estados Unidos a finales de los 80.
Uno de los temas centrales tratados fue el poder de las corporaciones, presentadas como corruptas y codiciosas, que tienen el objetivo de privatizar los servicios públicos y rehabilitar varias zonas urbanas para que puedan vivir solo las personas de un nivel económico alto. Para el periodista y guionista Drew Taylor, RoboCop es un retrato del capitalismo desenfrenado de la política de la era Reagan “brutalmente realizada”, mientras las corporaciones llevan a cabo una guerra literal y la Policía se convierte en una entidad con fines de lucro. Sin embargo, en el filme se culpa a las drogas y al crimen del avance de la tecnología y la privatización de servicios públicos como los hospitales, las prisiones y la Policía.
Michael Robertson, periodista de investigación, describió las rupturas mediáticas a lo largo de la cinta como críticas directas a las políticas neoliberales de Reagan.
La década de 1980 fue un periodo en el que los héroes del cine eran todos buenos, como se ve en Raiders of the Lost Ark (1981) y Back to the Future (1985), que promovieron la vida suburbana, el materialismo y los villanos inquebrantables, donde se podía ser más feminista y humano, según Hadley Freeman en su libro The Time of My Life. Con RoboCop hay un giro, no todos son buenos y el capitalismo tampoco lo es, pues no se limita a conseguir un monopolio de empresas, quieren toda la ciudad. Peter Weller describió a la película como una evolución donde el héroe ya no es el tipo musculoso y heterosexual, sino un oficial mutilado que busca venganza de la forma más brutal que la tecnología le permite. Si bien el superpolicía no presenta las características de perfección física (cuerpos fuertes y masculinos), elimina criminales aprovechando la armadura y golpeando su entrepierna, como demostrando que está por encima de la masculinidad muy pronunciada en esos años.
El filme trata también sobre la humanidad y la muerte. Lo primero que se trata de mostrar es cómo Murphy trabaja para una corporación que insiste en que posee individuos basados en exenciones y que puede hacer con sus restos lo que desee; pese a ello, el cumple con las órdenes de sus jefes hasta el final de la película. A pesar del aspecto inhumano, RoboCop tiene un alma y experimenta los miedos de cualquier humano y es esto lo que lo convierte en más que una máquina. Para el filósofo y psicoanalista Slavoj Žižek, Murphy es un hombre entre el deceso, pues según todas las mediciones está muerto, pero que simultáneamente ha sido reanimado con piezas mecánicas. Además, expone que a medida que recupera su humanidad, pasa de su estado de impulso programado a su disposición anterior. A esto el psicoanalista denomina “regreso de los muertos vivientes”: Una fantasía fundamental de las masas, el deseo de evitar la muerte y vengarse de los vivos.
La mitología cristiana sobre la muerte y resurrección está presente en la historia, pues la muerte de Murphy se relaciona con la muerte de Jesús y su posterior resurrección. Para Verhoeven es un “Jesús estadounidense que camina sobre el agua en la acería y empuña una pistola”.
La banda sonora
Otro elemento fundamental es la música de la película, y es que no se puede entender el éxito de la misma sin sentirse atraído por la melodía compuesta por Basil Poledouris, autor de la música de Conan el Bárbaro o Starship Troopers. En el tema central, Poledouris refleja de forma precisa y concisa las características del protagonista en su vertiente más heroica: la contundente percusión marca y acompaña el caminar lento y seguro de RoboCop cuando enfrenta al crimen. De forma general, se puede apreciar cómo Poledouris da al filme, lo que necesita, musicalmente, en cada momento, algo que cada vez es menos notorio en Hollywood actual, debido al reducido margen de tiempo con el que cuentan los compositores y los cambios de montaje de última hora.
Han pasado 35 años desde la primera película y el éxito de RoboCop creó una franquicia que comprende las secuelas RoboCop 2 (1990) y RoboCop 3 (1993), tres series animadas para niños, múltiples programas de televisión de acción en vivo, 18 videojuegos, 19 historietas, 20 juguetes, ropa y otros productos. En 2014 se intentó comenzar un reinicio con el mismo nombre que pasó sin pena ni gloria. Desde 2020 se desarrolla una secuela directa de la película original, titulada provisionalmente RoboCop Returns y que ignora otras entradas de la serie.
En resumen, se puede afirmar, sin miedo a equivocarse, que RoboCop es una de esas joyas de los 80 muy reivindicable. No solo por su exagerado uso de la violencia, por su tono satírico, por las escenas de acción o por la credibilidad a la hora de abordar el conflicto personal del protagonista. Fundamentalmente, porque es una película que ha sabido cómo sobrellevar los años y poder ser vista hoy, algo que no se puede decir de muchas producciones de Hollywood en la actualidad.