Luigi Jordán, la guitarra en todas sus formas
Imagen: Adrián Rodríguez
El guitarrista Luigi Jordán
Imagen: Adrián Rodríguez
‘Reencuentro’ es el nombre del primer disco solista que presentará el guitarrista paceño radicado en Alemania
ENTREVISTA
Luigi Jordán, la guitarra en todas sus formas. El eximio guitarrista radicado en Alemania se alista para presentar Reencuentro, su disco debut ante el público nacional. Tras haber formado parte del cuarteto de Fuego de Piraí Vaca, Luigi Jordán ha pasado los últimos años en tierras germánicas, primero cursando su maestría en guitarra y luego preparando este nuevo viaje musical.
La cita es el viernes 16 de diciembre en el Teatro Nuna (Calle 21 de Calacoto, parada del PumaKatari) a las 20.00. En Santa Cruz estará en el Centro de la Cultura Plurinacional el miércoles 14 a las 20.30. Será un descubrimiento de las seis cuerdas a partir de la maestría y curiosidad sin límites de Luigi.
—¿Qué novedades tienes desde tu última visita?
—Empecemos por el factor más importante. Ahora voy a ir a Bolivia a presentar el disco que había prometido en 2020. Ahí había dado a conocer que estaba grabando el álbum, que en realidad ya había grabado en parte. Lo había hecho todo el año pasado y no me había dado tiempo para sacarlo antes de ir a Bolivia, pero es lo que he estado preparando todo 2021 y parte de este año: la salida del disco, que va acompañado con un video que ha salido hace poco. Ha sido una etapa súper fuerte, porque en general siempre que he tenido experiencias sacando discos, pues era en banda, y ahí, claro, el trabajo y el esfuerzo se dividen. Pero haciendo ahora la gira solo y haciendo todo el proceso solo, ha sido todo extremadamente lento. Hubo cosas que han fallado, obviamente, y cuando falla es tu culpa y no tienes contra quién más quejarte.
—¿Cómo fue el proceso de grabación?
—Este es un proyecto que he tenido en mente hace muchos años por el hecho de que lo que teníamos era súper variado; yo siempre toco guitarra clásica, toco guitarra eléctrica y últimamente he estado un poco zambulléndome en el mundo del jazz. Eso ha movido todos mis elementos de base, es como que ha despertado una infinidad de nuevos intereses, musicales sobre todo. Yo no quería ir a grabar un disco que tenga música barroca y clásica del compositor tal y chau París. Lo que yo quería era hacer un reencuentro de todas mis raíces, de todas mis bases, o por lo menos un intento de sacar a la luz todo lo que ha sido mi travesía musical a lo largo de estos años, y la única forma de hacerlo es mostrando en un mismo proyecto la cantidad de cosas que uno puede hacer en la guitarra clásica. Y es ahí donde ha nacido un proyecto de arreglar algo barroco, pues en general la música barroca no tiene nada original para guitarra clásica, así que todos son arreglos porque no existía el instrumento en época. Entonces elegí alguna de las sonatas chiquitanas bolivianas reducidas para guitarra clásica; lo bueno es que es original para cuerdas y continúo.
Lea también: El guitarrista boliviano Luigi Jordán consiguió la maestría con la máxima calificación en Alemania
Luigi Jordán
—Esa reducción la hiciste tú, por supuesto.
—Exacto. También toqué una obra llamada Ofelia, del compositor Phillip Houghton. Y por otro lado quería mostrar el background que tengo tocando con bandas, pero no quería traer una guitarra eléctrica al disco porque no es lo que he estado haciendo en los últimos años. Lo que hice fue hacer un arreglo ya establecido de una obra de Roland Dyens, la Libra Sonatine. He recompuesto la obra agregándole bajo y batería, lo cual ha tomado mucho tiempo para escribir y arreglar, y de ensayos con los muchachos, porque como no hay una base de esto, había que sacarlo de la nada para la grabación. Había que ensayarlo sin tener una muestra más clara que el midi o las partituras que había escrito. Fue un proceso lento y tortuoso, sobre todo por el COVID, porque no se podía ensayar, estaban prohibidas las reuniones, no podíamos tocar en vivo. Eso hizo que el proyecto que tenía ya armado avance muchísimo más lento de lo previsto.
—¿Cuántas canciones se interpretarán en formato trío?
—En realidad, la Libra Sonatine son tres piezas y estoy agregando Seattle de Avishai Cohen como yapita, que nació de los ensayos y yo hice un arreglo para guitarra sola. Algún rato, ya calentando en un ensayo, en una jam session, salió ese tema también y decidí ponerlo en el disco.
—Es bastante variado este disco…
—Es un trancapecho con crema chantilly, loco. Pero al final, todo lo he grabado con la misma guitarra, no hubo nada que haya grabado con otras. Justamente es lo que tenía en mente, o sea, cuántas cosas y qué diferentes cosas se pueden hacer con una misma guitarra. Esta es una guitarra muy especial: He tenido que hacérmela para poder embarcar en un proyecto como el del trío, porque ninguna guitarra clásica tocada con micrófono puede aguantar el golpe del baterista. Tengo un amigo acá que se llama Wálter Montero, de Sucre. Nos hemos conocido hace un par de años en La Paz y nos volvimos a contactar en Alemania porque él vive aquí hace varios años. Trabaja para una marca de guitarras para la cual ha hecho también videos. Los últimos que he hecho son para la marca Duke, de Reinhardt Guitars de Alemania, y él trabaja ahí. Entonces le encomendé una guitarra que pueda aguantar un proyecto como el del trío y me hizo una guitarra fabulosa, con la cual he podido hacer este último proyecto.
—¿Qué características tiene?
—Tiene tres tipos de micrófonos ya incorporados dentro de la guitarra, cosa que no necesito un micrófono externo para que la guitarra suene, pero sin dejar de perder el elemento acústico de la guitarra. Su sonoridad todavía es de guitarra clásica, no como esas Godin, que son hermosas pero suenan a una guitarra de nylon amplificada. Se ve como una guitarra clásica, suena como una guitarra clásica, pero tiene dos entradas Jack para que te hagas una idea. No solo una sino dos, y aparte de eso, utilizo un micrófono más en vivo para que no deje de perder el toque de clásica.
—¿A qué te refieres con que ahora hay más elementos?
—Estoy empezando a usar pedales, por ejemplo, algo que es poco común en la guitarra clásica. Y estoy empezando a hacer mis propios arreglos dentro del repertorio que ya tengo, y no solamente mis propios arreglos, sino composiciones originales para guitarra. Ahora, por ejemplo, dentro del repertorio que estoy trayendo hay una composición de Cergio Prudencio, de mi tío, especialmente hecha para guitarra y voz. Cergio la ha terminado de escribir este año y la vamos a estrenar con Fiona Stritt, que es mi cantante oficial y mi futura esposa.
—¿Tienes pensado el segundo disco con composiciones tuyas?
—Más que composiciones son arreglos míos. Composiciones mías ya están en proceso, pero no las he acabado porque justamente la mayor parte de mis composiciones van para el trío y eso es algo que por el momento no he terminado de definir. Todavía no he solucionado el tema de qué hacer cuando haga conciertos, el trío es algo que no encaja todavía en la forma en que está cambiando mi vida. Los muchachos que me acompañan han cambiado, pero así cambie de músicos aquí en Darmstadt, lo más probable es que yo el próximo año me mude a Stuttgart, entonces todavía no lo he solucionado.
—¿A qué se debe esta relocalización?
—He cambiado de trabajo este año y eso me ha mantenido fuera de los escenarios estos últimos meses. De hecho, por reacomodarme a esa nueva situación, he concursado para una posición en una de las escuelas más grandes de Alemania, la escuela de música de Stuttgart, que tiene casi 10.000 estudiantes, y es una escuela súper grande y prestigiosa.
—¿Vas a dar clases ahí?
—Sí, he empezado a dar clases en agosto. He ganado la plaza en febrero, pero todavía no me habían dado la visa de trabajo; es una macana que tarda meses. Recién me la dieron en junio y comencé a trabajar en agosto. Se llama Stuttgarter Musikhschule, es una de las escuelas de música más grandes de Alemania, creo que la tercera o la segunda más grande. He empezado a trabajar ahí con un contrato fijo, es un contrato con el Estado, es como un ítem, y eso es algo bastante prestigioso para mí, porque me permite tener una estabilidad laboral y así mismo tener tiempo para seguir haciendo conciertos y seguir haciendo lo que he venido a hacer aquí a Alemania. Es una gran cosa haber ganado esta posición.
—¿Qué es lo que vas a traer al Nuna? ¿Qué puede esperar el público?
—Presentaré piezas originales para guitarra arregladas de una forma diferente, también obras nuevas, inéditas del compositor boliviano Cergio Prudencio; obras para guitarra y canto, y el estreno de mi disco, que además podrá adquirirse en el Nuna esa noche.
—¿Vas a tener invitados aparte de la voz de Fiona? La otra vez contaste con Luis Daniel Iturralde en percusiones, por ejemplo.
—No, esta vez Fiona será la única invitada, porque la última vez fue súper complicado hacer ensayos con otra gente, y no me di cuenta de que el repertorio que llevo yo lo estoy tocando ya en algunos casos varios meses, en otros casos incluso años, pero darle a alguien un repertorio así tan fresco es súper difícil y ha sido una experiencia medio estresante. Entonces prefiero ir con lo que tengo, con lo que está seguro, para que todos disfrutemos.