‘Illasawiri’ Textiles tejidos con luz
En la sala circular del MNBA de Santiago se encuentra ‘Crisálida’, una instalación interactiva inmersiva creada por aruma. Foto. MUSEO NACIONAL
La artista boliviana aruma presenta una muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes en Santiago de Chile.
El trabajo de aruma (así, sin mayúscula) figura entre los más destacados dentro del arte nacional en la actualidad. La exploración sobre el textil, sus orígenes, sentidos y vertientes la ha desarrollado desde los lenguajes contemporáneos, terminando por enlazar la tecnología y la tradición, tejiendo —metafórica y literalmente— hilos de lana y fibra óptica. Estos años de obra sólida y constante se puede ver ahora en Santiago de Chile: el Museo Nacional de Bellas Artes exhibe desde el 14 de octubre su más reciente exposición: Illasawiri. Tejidos de energía resplandeciente.
La muestra reúne un gran conjunto de obras de aruma (quien inició su carrera como Sandra de Berduccy antes de asumir el nombre artístico). Su proyecto de investigación y creación artística, iniciado en 2014 en los valles interandinos bolivianos, aborda la indagación y experimentación con las técnicas tradicionales de los textiles de los Andes y sus entrecruces con las tecnologías contemporáneas, como la electrónica y programación.
“Es así que el proyecto artístico, reconocido y estudiado internacionalmente, conjuga obras de telar tradicional con circuitos, hilos conductivos, fibra óptica y LED, creando piezas textiles interactivas y de gran belleza, estableciendo diálogos con el arte digital, arte sonoro y performance”, explica la curadora de la exposición Valentina Montero en un texto escrito para el museo.
La exposición que se presenta en Chile reúne una selección de piezas fruto de 20 años de trabajo, señala Montero en una entrevista en el portal del Museo Interactivo Mirador (mim.cl). “Como curadora especializada en artes mediales me interesó su trabajo pues nos permite observar las prácticas textiles andinas desde un enfoque más rico, en el que convergen ciencia, arte y tecnología. Es decir, el tejido andino implica una serie de aspectos materiales, técnicos, conceptuales, lingüísticos y estéticos que hacen de él un ensamblaje sociotécnico y simbólico altamente complejo. Aruma se identifica con la tejedora que desde siempre ha estado interesada en experimentar. Así como hace un siglo, probablemente, alguna tejedora se atrevió a utilizar otras flores u hojas para generar nuevos tintes, aruma ha incorporado en su práctica textil elementos no usuales como hilos conductivos, cobre, fibra óptica y ha experimentado con reacciones electroquímicas para producir nuevos colores”.
A partir de las investigaciones y la práctica del tejido, aruma ha logrado comprender la complejidad del telar tradicional estableciendo equivalencias con los sistemas complejos propios de la informática, señala una nota de prensa del repositorio. A la luz de las tradiciones indígenas, la artista aborda la noción de código y algoritmo, y ha experimentado con el tejido desde su materialidad poniendo atención a las reacciones eléctricas y químicas de sus procesos.
El recorrido del viaje
Aruma emprende su trabajo dentro de la tradición de las tejedoras andinas, rechazando expresiones como “rescate” o “recuperación” de conocimientos. Sostiene que el tejido es una práctica viva, vigente, a la que ella, a lo largo de su investigación y práctica, aporta desde la reflexión, la experimentación y la creación, formando parte de una comunidad que comparte el interés por la exploración de materiales.
La exposición presenta más de 35 piezas, muchas de ellas creadas especialmente para esta ocasión, distribuidas en cuatro secciones. Un primer conjunto de obras, agrupadas bajo el título Emisiones de la máquina de pensamiento permiten apreciar cómo las nociones tradicionales de software y hardware parecen indisociables del proceso de tejido andino.
El siguiente conjunto, Tejidos que funcionan como las estrellas ofrece una serie de piezas textiles inspiradas en las formas de contemplación del firmamento de los pueblos andinos. Los tejidos reaccionan lumínicamente cuando el ambiente se oscurece, como las estrellas.
En la sala circular el público puede apreciar Crisálida, una instalación interactiva inmersiva realizada con una de las más antiguas técnica textiles, cuya urdimbre en esta ocasión ha sido realizada con fibra óptica y yute. Al ingresar a la crisálida los visitantes podrán visualizar sus latidos del corazón, transformados en pulsos lumínicos. La siguiente sección es Tejidos que dependen de la noche”, que reúne una serie de piezas que aruma realizó en el bosque nativo de Payacollo entre 2014 y 2020. Se trata de una serie de textiles interactivos realizados con fibra óptica y LED que intentan graficar cómo fluye la energía por las fibras de textil. Esta sala, además, muestra sus últimas indagaciones, una serie de experimentos electroquímicos en los que buscó “criar cristales” sobre fibra óptica tejida para generar nuevas estructuras sólidas lumínicas.
Finalmente, el artista y músico uruguayo Brian Mackern se encargó de la música y realizó una sonificación de datos y pieza sonora generativa especial para esta muestra de la creadora boliviana. “Su investigación artística es una invitación a revalorizar la producción de nuestras ancestras indígenas y que se mantienen en muchos lugares, de manera híbrida, pero viva. Su obra nos invita a especular sobre un futuro que no esté condicionado por un solo camino, el impuesto hegemónicamente por la modernidad occidental, sin las ilusorias separaciones entre arte, ciencia y tecnología que nos han impuesto”, señala Montero a MIM.
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Texto: Miguel Vargas Fotos: Museo nacional de bellas artes de Santiago de Chile