Goalito El estómago, la piedra y la llama
Este proyecto artístico de investigación colectivo explora la ingestión humana de piedras Bezoar
El 13 de julio se ha inaugurado Goalito, la primera muestra de una serie dos exposiciones “espejo” que se llevan a cabo primero en el Centro Cultural de España en La Paz (CCELP) y después en el Museo Nacional de Arte (Litófagos). No habiendo visto todavía la segunda parte de este trabajo de larga data del colectivo bajo el artista alfonso borragán , me avanzo a recomendar la exposición del CCELP donde se ha instalado la parte enfocada en el poder de transformación de la piedra goa. La goa, como otras piedras gastrointestinales que se producen en los estómagos de las llamas en el altiplano boliviano, invita a expandirnos a través de su ingestión, abriendo la posibilidad de ser otras materias, creando otras realidades a través del estómago y la ficción que genera la capacidad mimética.
La instalación de esta parte de la investigación está compuesta por tres salas que están muy logradas. Bajo mi punto de vista, el uso dual del color amarillo y rosado recorre las tres salas como una metáfora de los ambientes del altiplano, donde el que lo habita percibe que más allá de los tonos tierra que tanto se han retratado en la pintura modernista, se perciben grandes vastedades de luz que encierran los tonos expuestos. Son la primera sorpresa de la exposición, porque de manera sutil también evocan los tintes de los textiles que producen las propias llamas, pero para el artista estos colores, como las obras expuestas, son procesos de mímesis y propuestas que potencian la ficción.
El amarillo se refiere al interior de la pieza Geo-D, en la que la cera de las velas de Urkupiña se mezcla con azufre y el rosa refiere al uso ya hecho en proyectos anteriores como Bucarolito en la que las conocidas como phytolights o “luces de siembra” artificial bañan el espacio como activando una germinación de todo lo que nos parece inerte. Lo que sin duda, por la manera en que se reproducen las luces sala por sala, establece espacios interiores que recuerdan que el propósito de esta exposición es el de entender el tránsito interior de las piedras a través los cuerpos de las llamas y los humanos.
Como un bálsamo curativo (un “contraveneno”), el color amarillo y rosa hacen palpable el camino de las piedras por el universo interior en el que se cojugan en un solo acto, el de comer: humano, animal y piedra.
Al igual que el diseño cromático, sorprende el diseño sonoro. El visitante puede recorrer las tres salas con las mímesis de los gritos de las llamas que, en diferentes niveles, hacen que el visitante se sienta miembro de un colectivo bajo otros paradigmas, la manada de llamas, además de entrar en una sala transparente con una instalación sonora.
Más allá del esfuerzo museográfico, la exposición presenta varios objetos: una pared de mordidas de alginato y creadas a través de la participación de voluntarios de la ciudad de La Paz; las propias piedras procedentes del estómago de las llamas que han tenido un tratamiento musical; representaciones de los estómagos o partes interiores que se reflejan en todo visitante a través de espejos y de vidrios; videos y la presentación de la película Hálito, que acompaña a esta investigación.
El proyecto consta de varias fases extendidas en el tiempo en las que se entrelazan investigación, procesos artísticos y colaboraciones de muchos tipos, algo frecuente en la práctica de borragán. Esta última fase se materializa en una exposición canalizada a través de su obra artística y es el resultado personal del proceso de investigación colectivo llevado a cabo entre los años 2022 y 2023 sobre las piedras Bezoar en el altiplano boliviano bajo el nombre El estómago, la piedra y la llama.
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Este proceso de investigación se ha desarrollado junto con Malena Rodríguez y el grupo interdisciplinar boliviano conformado por Gumercindo Acarapi, Gabriela Behoteguy, Isaac Chara, Marco Antonio Flores, Fernando Hurtado, Sixto Icuña y Luisa Quispe. Cada fase de ste proyecto consta de múltiples colaboraciones y agentes que hacen posible la obra. Para hacer existir esta exposición se suman las colaboraciones con Gumercindo Acarapi, Sol Aguilar, Roger Araoz, alfonso borragán, Eusebio Cáceres, Benigno Cahuana, Comunidad Inalmama Sagrada Coca, Ángela Cura, Carla Díaz, Israel Donaire, Helí García, Bernabé Huallcu, Basilia Icuña, Cristobal Icuña, Sixto Icuña, David Tobar, Jhonathan Loayza, Marco Loayza, Arsenio Mamani, Lale Puriskiri, Daniela Rico, Malena Rodríguez, Andrés Salamanca, Andrés Salgado, Alex Sanjinez, Ariel Soto, Omar Tito, Vicente Velazquez y Ungrio Villca. En esta segunda fase del proyecto, la exposición se propone como un vehículo de pensamiento y diálogo entre dos sedes, en una exposición espejo: Goalito en el Centro Cultural de España en La Paz (del 13 de julio al 9 de septiembre) y Litófagos en el Museo Nacional de Arte (del 10 de agosto al 10 de septiembre). Los espacios acogen los artefactos generados a partir de distintas acciones, los llamados por el artista ‘remanentes’ por ser los objetos resultantes de sus acciones y que, como trazos de ellas, se mantienen en un estado de permanente latencia, susceptibles de ser activados de nuevo.
Además, esta exposición representa la inauguración de la 4ª BienalSur en el cono sur, que parte de una cartografía de 18.370 kilómetros, que en su edición 2023 la llevará por más de 70 ciudades, de 28 países de los cinco continentes, con más de 170 acciones y exposiciones de unos 400 artistas del mundo. Esta exposición se encuentra en el KM 2.234 y “es una exploración sobre las poéticas relacionales y el significado simbólico y metabólico que supone la incorporación de estas piedras en el cuerpo humano”, aunque lo más notable sea que a través de esta ingesta, se borren los límites entre reinos vegetales y animales.
Texto: Marisabel Villagómez
Fotos: Centro cultural de españa en la paz