Introducción: Bolívar necesita un punto para avanzar a octavos. El Club Deportivo Palestino de “Vitamina” Sánchez necesita la victoria.
Por eso no se meterá atrás y planteará un partido de ida y vuelta, al todo o nada. Robatto -fiel a su propuesta ofensiva- no desmonta su típico cuatro-tres-tres. El “eleven” celeste suenas así: Lampe; Rochar-Orihuela-Sagredo-Sagredo; Justianiano-Saucedo-Vaca; Vaca-Da Costa-Algarañaz.
En una noche fría, hay más de 20.000 hinchas “académicos” en el Siles. En la curva sur, medio centenar de hinchas chilenos alientan apoyados por la comunidad palestina en La Paz y bolivianos internacionalistas que corean lemas como “Palestina vencerá, desde el río hasta el mar”.
La policía impide que se desplieguen banderas en condena al genocidio sionista en la franja de Gaza.
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Nudo: la primera parte ve a dos equipos que no regalan nada. Palestino -un equipo corto y solidario- tapa bien las bandas de Bolívar. Henry Vaca irá -otra vez- de más a menos y Algarañaz se sentirá -otra vez- incómodo como extremo.
Solo “Chico” Da Costa estará como pez en el agua, para ser otra vez “the man of the match”. El equipo de Robatto, cerrados los espacios, es previsible.
Una diagonal de Henry, la única del partido, sirve para incrementar sus “high lights”. Sobre el final, dos golazos (un autogol) y un disparo a la escuadra de Ramiro Vaca (anulado por el VAR) parecen asegurar la clasificación.
Desenlace: la segunda parte ve como Bolívar aumenta el ritmo y exhibe sus lagunas defensivas. Partido al medio, sin equilibrio, la idea (suicida) de Robatto naufraga en su parte defensiva. Es imperiosa la necesidad de reforzar la zaga cara a los octavos. Robatto no coloca más hombres al medio. Su “biblia” lo impide.
El tempranero dos a cero (otro autogol) no trae la tranquilidad pues Palestino mete dos delanteros para jugar a la contra con un 4-2-4. La entrada -primero- de Lucas Chávez (por Henry) y “Papu” Velásquez (por Carmelo) mejoran el juego ofensivo: ambos también dan una mano corriendo para atrás.
Cuando Palestino acorta distancia en el “score” y mete un poco de miedo, aparece Carlos Lampe, en gran estado de forma. El tres a uno final desborda la algarabía “académica” en otra noche mágica de copas.
Post-scriptum: los equipos que vienen a jugar de tú a tú a Bolívar en La Paz –por filosofía o por necesidad- calzan bien en la idea de Robatto pues aparecen siempre los espacios.
La “Academia” deberá mejorar cuando los rivales se cierran a cal y canto. Su atractivo fútbol al ataque promete una Libertadores de ensueño. Es la estirpe celeste. Queda trabajar (más y no menos) en el parate por Copa América. Y eso va también por The Strongest.
(29/05/2024)