Transporte alternativo
La población más pobre es la que paga los servicios de transporte público más caros
Previsiblemente, el Censo Nacional de Población y Vivienda 2012 (cuya publicación aún se demora) permitirá constatar que, entre La Paz y El Alto, viven algo más de 2 millones de habitantes. Si asumimos, de manera conservadora, que de ese total sólo la mitad requiere transporte urbano cotidianamente, estamos hablando de al menos un millón de viajes diarios.
Las opciones van desde los innovadores toritos alteños, pasando por los microbuses y minibuses, hasta los radiotaxis, con tarifas y costos igual de diversos. Por lo tanto, podemos deducir que, gracias a la gran cantidad de habitantes en el área metropolitana de La Paz, el negocio del transporte público mueve varios millones de bolivianos (Bs) al día.
Sin duda alguna, mientras más crece la población urbana y mientras más lentamente se desconcentran las zonas residenciales, de comercio, producción, estudio y ocio, la demanda de transporte se hará más dinámica y, consecuentemente, el negocio del transporte se hará más rentable.
Entre los múltiples problemas que tiene el actual esquema del servicio de transporte público de La Paz y El Alto, la carencia de una oferta adecuada para las zonas periurbanas es uno de los más críticos, pues afecta sobre todo a la población de menores recursos (por ejemplo, migrantes campesinos recién asentados en el área urbana). Es decir que la población más pobre, paradójicamente, es la que paga los servicios de transporte público más caros; mientras que la población de mayores recursos, que habita en áreas relativamente más socorridas, tiene acceso a un servicio más económico.
El crecimiento de las ciudades de La Paz y El Alto, al igual que en el resto del país, hace imperativo que evolucione el esquema de transporte urbano. Por ello, desde este espacio, destacamos la iniciativa casi simultánea de estos dos municipios de contar con buses de transporte masivo, para aliviar —al menos parcialmente— la escasez de una oferta de calidad en este rubro. Incluso se ha adelantado la posibilidad de contar con internet inalámbrico en los buses paceños. Bienvenida la idea. Este mejoramiento de la calidad es absolutamente coherente con los nuevos patrones de consumo cultural de la población joven.
Los buses de transporte masivo se suman, entonces, a la solución provista por el teleférico interurbano, que es una iniciativa del Gobierno central. Así, es de esperar que los requerimientos de transporte por las vías troncales de La Paz y El Alto sean cada vez mejor atendidos.
Ojalá que estas iniciativas contribuyan a una mejor distribución de la oferta de transporte en vehículos más pequeños para los barrios más alejados, donde la demanda de este servicio es creciente. Así, los beneficios de un mejor sistema de transporte llegarán a la población más necesitada.