Chantaje financiero
Una suspensión de pagos de EEUU podría desatar una crisis financiera peor a la de 2008
Hace siete días que el Gobierno de EEUU funciona parcialmente, pues se ha visto obligado a cerrar varias de sus dependencias, porque una de las cámaras del Congreso (la de Representantes, con mayoría republicana), se niega a aprobar el presupuesto de 2014, en una suerte de sabotaje contra la reforma promovida por Obama para ampliar el acceso a la atención sanitaria.
Según los especialistas, el cierre de la administración norteamericana está generando pérdidas millonarias, en tanto el valor de los bonos estadounidenses está aumentado, amén de afectar seriamente la imagen y la gestión de su gobierno, así como el bolsillo de miles de funcionarios públicos. A esta parálisis se suma una amenaza mucho más grande: la negativa —también republicana— de no elevar el techo de la deuda estadounidense, actualmente de $us 16,7 billones. Y es que si el Congreso norteamericano no alcanza un acuerdo hasta el 17 de octubre en este sentido, Estados Unidos no podrá honrar las deudas que tiene con aquellos que han comprado sus bonos soberanos.
Cabe recordar que su mayor acreedor es China, país que ha adquirido cerca de 1,15 billones de dólares en bonos, según datos del Banco Central estadounidense (Fed). Pero al igual que el gigante asiático, son varios los países, compañías, instituciones financieras y personas individuales que han confiado sus ahorros a los bonos emitidos por el Tesoro de Estados Unidos.
De allí que una situación de impago podría dañar seriamente no sólo a la economía norteamericana, sino también a la del resto del mundo, tal y como han señalado el propio Obama y la directora del FMI, Christine Lagarde.
En efecto, si la suspensión de pagos de un país pequeño como Grecia podría ser lapidario para el euro, como bien advierte el Banco Central europeo, resulta difícil medir el alcance que tendría una suspensión de pagos de EEUU. Por mencionar tan sólo dos efectos, podría empujar a EEUU a la recesión y desatar una fase de turbulencias en los mercados financieros peor que la que se vivió en 2008. En este sentido, es de esperar que prime la cordura entre los republicanos por encima de su ego y de sus intereses personales.
De todas maneras, el hecho de que el chantaje de algunos grupos de poder norteamericanos, que se oponen a una mayor equidad sanitaria en su país, pueda derivar en una situación extrema de esta naturaleza debería llamar fuertemente la atención, por cuanto pone en evidencia que el actual sistema económico y político mundial adolece de serias deficiencias estructurales. En parte debido a que se sostiene en un sistema financiero cada vez más alejado de la economía real, cuyo objetivo último no es el de promover la producción y la distribución de bienes y servicios para satisfacer las necesidades de la gente, sino maximizar, a como dé lugar, sus utilidades.