El trotskismo del magisterio
En Latinoamérica la influencia del pensamiento de León Trotsky fue innegable en países como Argentina, Chile, Brasil, México y Bolivia. Autores como Hernán Camarero, Alicia Rojo, Andrey Schelchkov, Carlos Prado, Marcio Lauria Monteiro reseñan e ilustran sobre la importancia filosófica e ideológica en los movimientos populares y sobre todo partidos de izquierda latinoamericanos. En Bolivia el más influenciado por el trotskismo sin lugar a dudas fue el Partido Obrero Revolucionario (POR), aún existente con algunos octogenarios.
Lamentablemente la revolución permanente enarbolada por Trotsky encontró a algunos malos estudiosos de su pensamiento, que más allá de reivindicar su legado degeneraron su filosofía. Ciertos dirigentes dinosauros del magisterio ejemplifican esa situación. Existe una frase de León Trotsky que califica a la perfección a esos dirigentes del magisterio: “Quien se arrodilla ante el hecho consumado es incapaz de enfrentar el porvenir”; precisamente fueron esos mismos dirigentes del magisterio que hoy protestan contra la nueva currícula escolar quienes se arrodillaron ante los principales actores políticos del golpismo en 2019.
Fueron los dirigentes trotskistas del magisterio quienes fomentaron y patrocinaron la ruptura del orden constitucional en noviembre de 2019. La historia no se puede ocultar ya que queda registrada en la memoria colectiva. Así, los dirigentes del magisterio René Pardo, José Luis Álvarez, Leandro Mamani, entre otros hoy devenidos a “revolucionarios petardistas por la educación”, no tuvieron ningún problema en apoyar a Marco Pumari en sus protestas y pronunciamientos antidemocráticos de 2019. De lo último mencionado existe innumerable registro fotográfico en diarios de circulación nacional como también en redes sociales.
Durante el gobierno ilegal, inconstitucional e ilegítimo de Jeanine Áñez, el magisterio que hoy protesta contra la enseñanza de educación sexual, historia contemporánea de Bolivia, ajedrez y robótica cogobernaron con ese régimen. No solo lo respaldaron, sino que durante los 11 meses de duración no salieron a protestar ni una sola vez; ni en solidaridad a los muertos y heridos de Sacaba y Senkata.
Si León Trotsky aún viviera mandaría él en persona a los gulags a todos esos dirigentes enemigos del desarrollo revolucionario de la historia y de las nuevas generaciones. Puesto que los dirigentes del magisterio anteriormente mencionados son la degeneración del magisterio que avergüenzan a todos los buenos maestros y maestras que sí se preocupan por su formación en pos de seguir formando con calidad, eficacia y eficiencia a las futuras generaciones.
Lamentablemente la actual dirigencia del magisterio está fuertemente ligada a los intereses protofascistas de la derecha nacional, y además orgullosa de ello.
Más allá de todo, es menester salvar muy honrosas excepciones de maestros y maestras comprometidos con la educación de calidad de nuestros niños, niñas y adolescentes, que no solo son el futuro de Bolivia, sino también el presente. Niñez y juventud hoy violentada en su derecho constitucional del acceso a una educación de calidad. Para el trotskismo degenerado del magisterio todo cuenta y todo sirve, menos ponerse a pensar en el perjuicio diario de las y los estudiantes. La pericia en la administración de petardos y su acústica, además de las creativas canciones de protesta no compensarán el perjuicio académico que se sigue acumulando ante la negativa de acudir al diálogo por parte del sector movilizado.
Gabriel Villalba Pérez es abogado y analista político.