‘Cuando se gana con la derecha, la derecha gana’
Los acontecimientos políticos que vienen a futuro estarán marcados por un enfrentamiento clásico entre derecha e izquierda
Jaime Jordán Costantini
El título de este artículo no es de mi autoría, es la frase que pronuncio el político chileno Radomiro Tomic en el plenario nacional del Partido Demócrata Cristiano (PDC), en abril de 1973. Era un momento crítico en la historia de Chile, en que gobernaba Salvador Allende y enfrentaba una conspirativa oposición de los partidos de derecha. Se debatía cuál debería ser la postura del PDC. Había dos tendencias políticas: una de ellas lideradas por Tomic, de izquierda. Las corrientes de derecha en el PDC se impusieron y ese frente hizo causa común con los partidos de derecha opositores al gobierno del presidente Allende. Cinco meses después, el final de ese proceso es conocido y se manifestó por el golpe de Estado de Pinochet. La lección es clara: la alianza electoral con la derecha favoreció a la derecha, pero no al PDC.
¿Será que los acontecimientos políticos de la realidad boliviana comprueban ese fenómeno? Veamos episodios políticos de Bolivia.
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Corría finales de 1943 y el mayor Gualberto Villarroel, con apoyo de la oficialidad joven y el MNR, derrocaban al gobierno del general Enrique Peñaranda, militar de tendencia conservadora. El nuevo presidente representaba la corriente antiliberal de los oficiales jóvenes como David Toro y Germán Busch. Se inició un gobierno reformista que causó temor a las élites empresariales mineras, que no tardaron en organizar la Concordancia con los restos de los viejos partidos liberales. Por esa época existía el Partido de Izquierda Revolucionaria (PIR), que tenía una representación en los medios intelectuales y obreros de más envergadura que el MNR. La Concordancia y el PIR establecieron una alianza y crearon un movimiento opositor que realizó diversas huelgas en las ciudades y finalmente derrocaron al gobierno de Villarroel en actos de barbarie política inéditos en la época. Entre 1946 y 1952, se inició el sexenio de gobiernos conservadores. El PIR terminó como expresión política y ganó la derecha.
El 21 de agosto de 1971 asumió el poder el general Hugo Banzer, con el apoyo del Frente Popular Nacionalista, una alianza entre el MNR y la FSB. Al expresidente Víctor Paz le gustaba decir a sus allegados que esta alianza sería de varios años, porque es como un matrimonio por interés, que son duraderos. Es increíble que un político sagaz, inteligente y de tan vasta experiencia política se equivocara tanto. En 1974 saldría del país exilado y el general Banzer permanecería en el poder.
Se puede abundar en otros ejemplos: la alianza entre el MIR y ADN para viabilizar el gobierno de Jaime Paz en 1989-1994. Después de ese gobierno comenzó un periodo de decadencia del MIR, cerrando su ciclo político como organización partidaria.
Todas estas referencias apuntan a darle una perspectiva a la reciente elección del presidente de la Cámara de Senadores en Bolivia. Es claramente una victoria de la derecha, cuyos intereses van contra los del pueblo trabajador, de la propiedad pública, de asociaciones gremiales, cooperativas y microemprendedores.
Esta victoria en alianza con la derecha tiene el propósito de producir caos en la economía y la inflación es su objeto más deseado, con la cual se afectaría el patrimonio de los pequeños emprendedores (transportistas urbanos, comerciantes de los mercados, productores agrícolas), Lo ocurrido en el Senado es una llamada de atención, la derecha puede volver al poder. Los sectores más lúcidos, organizados y combativos como la COB, la FSTMB, la confederación de campesinos, tienen posturas muy esclarecidas sobre el tema.
Una de las desesperaciones más grandes de los analistas económicos opositores es que a pesar de la actual situación en el mercado de divisas, Bolivia continúa creciendo con inflación controlada, lo que ha echado por tierra sus catastrofistas y fracasadas proyecciones económicas.
Los acontecimientos políticos que vienen a futuro estarán marcados por un enfrentamiento clásico entre derecha e izquierda y no debe perderse esa perspectiva. En esta etapa las organizaciones políticas del pueblo deben tener claridad política con respecto al rumbo estratégico, y desarrollar una movilización popular y combativa cada vez que la situación lo exija.
(*) Jaime Jordán Costantini es doctor en Economía y docente universitario