Una carrera para ser único
Team Fuzzion es un colectivo de jóvenes entusiastas que dedican su tiempo libre a la perfección de sus vehículos.
De repente, la plaza 16 de Julio de Obrajes deja su quietud al llegar el anochecer cuando el ruido ronco y profundo de un motor se apodera del lugar. Se trata de un vehículo plateado que parece flotar en una especie de halo violeta, generado por la iluminación de debajo de la carrocería. El asombro se acrecienta cuando se abren las puertas hacia arriba, como si fueran las alas de una gaviota. La escena multicolor se completa con el fondo iluminado de las llantas con intensas luces rojas.
“Es mi wawa, se llama Nicolás”, dice orgulloso Bismar Villa, el dueño del Toyota Celica modelo 2000 que forma parte de Team Fuzzion Audio Tuning Drag, un colectivo de jóvenes entusiastas que dedican su tiempo libre a la transformación de sus vehículos con el fin de perfeccionarlos y competir para que sean los ganadores.
En el ámbito de los automotores, tuning es la modificación de un coche a través de reformas en el motor con el fin de aumentar su fuerza; mientras que los cambios exteriores e interiores, o adición de equipos de sonido, están dentro de la personalización, aunque los amantes de este pasatiempo lo engloban como “autos tuneados”.
Las puertas que se habren hacia arriba y las luces intensas son la principal atracción de este vehículo Nissan Note modelo 2011. Foto: José Lavayen
Team Fuzzion nació el 16 de septiembre de 2015 en El Alto, como respuesta a la extinción de otros grupos y porque cada vez surgen nuevos adeptos al tuneo de coches. Lo que comenzó con cinco integrantes en muy poco tiempo se amplió, hasta llegar a algo más de 30 miembros activos en la actualidad, con motorizados preparados para tres tipos de competencia: los especializados en la modificación externa; los que tienen motores modificados para participar en las pruebas de velocidad de cuarto de milla, y a los que se adiciona un sistema de sonido que sea potente y con gran fidelidad.
Nicolás —el Celica plateado— tiene un poco de todo, aunque, como los demás, llegó estándar, es decir sin modificación, desde puertos chilenos. Cuando el Gobierno dictaminó la última legalización de autos indocumentados en el país, a Bismar se le presentó la oportunidad de adquirir ese coche. Fue una especie de amor a primera vista —cuenta—, ya que cuando lo encontró ya no quería alejarse de él. “No me gusta que sea igual a los demás, prefiero preservar algo que no tengan otros”. En general, las llantas son lo primero en llamar la atención, por lo que el propietario del Toyota plateado las cambió por unas Enkei, marca japonesa especializada en partes deportivas. El tuneo ya había comenzado y no iba a parar, ya que después siguió con los parachoques y la parte lateral. Por dentro también es distinto y llamativo, con bordes fluorescentes que se combinan con luces de azul metálico.
Laura observa una película en uno de los monitores de su Hummer. Foto: José Lavayén
Antes de hacer cualquier cambio y para evitar arrepentimientos, cuando Bismar observa en internet algún elemento que quiere adicionar, imprime el posible adorno y lo pega en una fotografía de Nicolás, y así observa si vale la pena continuar con el proyecto.
Pese a todas las reformas que ya tenía el motorizado, su dueño creía que aún no eran suficientes, así que ahorró una vez más para transformar las puertas en “lambo”, es decir modificarlas para que tengan estilo Lamborghini y se abran hacia arriba, como si fuera un ave que levanta las alas antes de volar.
La apacible noche es súbitamente interrumpida por los bajos del potente equipo de sonido de Romeo, un Nissan Xterra modelo 2011 que perdió su color original para ser el lienzo dedicado a Carnage, un archirrival de Spiderman. En esta competencia particular por tener un auto singular, Orlando Mendizábal modificó su vagoneta de tal manera que llama la atención de los transeúntes por su carrocería y por el sonido intenso que sale de la parte trasera.
El equipo de sonido de la vagoneta Nissan ganó competencias nacionales. Foto: José Lavayén
“No quiero que sea un auto normal, hay que perfeccionar la pintura, algo que resalte”, dice mientras abre la puerta trasera y muestra los parlantes que ocupan toda la maletera, para lo que invirtió $us 4.000, que le sirvió para ganar competencias de sonido en Oruro y hace poco en la Feria Internacional de Cochabamba (Feicobol).
El filósofo griego Diógenes dijo que el movimiento se demuestra andando, así lo entienden los miembros de Team Fuzzion y hacen retumbar los motores de sus coches para recorrer parte de La Paz. Es imposible ignorarlos y más si es de noche, por las luces multicolores y los diseños de las carrocerías.
En cambio, el Chevrolet verde con bandas negras es singular por su forma y porque es de los pocos que fueron importados desde Estados Unidos.
Su dueño, Wismar Tórrez, explica que siempre quiso un vehículo fuerte, exclusivo y a su gusto, por lo que incluso fue a contracorriente de su familia con tal de hacer realidad su deseo: tener las condiciones para competir en cuartos de milla. Es por eso que afirma con orgullo que su coche puede llegar a 100 kilómetros en 2,2 segundos. “Es como mi hijo, prefiero que él esté en la sombra antes que yo”, confiesa en la fila de coches que pasan por uno de los Puentes Trillizos.
Transformación. El motor del Toyota Celica fue modificado para participar en cuarto de milla. Foto: José Lavayen
En cambio, el Toyota Corolla blanco modelo 1998 luce muy diferente a tiempo atrás, cuando transportaba pasajeros entre La Paz y El Alto. Para pagar sus estudios universitarios, Jorge del Villar, el actual propietario del motorizado, ingresó en el sindicato denominado “correcaminos”, que cubre la ruta entre San Pedro y Ciudad Satélite. Cuando terminó sus estudios superiores y consiguió mejores ingresos económicos, Jorge dedicó su tiempo a tunear el trufi. “Lo único bueno que tenía era el motor nuevo, pero después estaba destrozado en todo sentido”.
Fue por ello que el año pasado decidió cambiar su forma. Primero cortaron el chasis para cambiarlo por uno de Subaru, modificaron la parte delantera, trasera y los laterales, le pusieron puertas “lambo”, asientos de coche de rally, volante con acople, destelladores y faros ojos de ángel. Y para completar la obra de arte, entre las líneas negras y la luminaria roja se pueden ver varias referencias a Terminator. “La verdad, me ha colaborado cuando más he necesitado del vehículo”, confiesa Jorge, quien bautizó su Corolla con el nombre de Yoselin, porque su esposa le pidió que le dedicara algo y lo hizo mediante su motorizado.
Algunos miembros de Team Fuzzion Audio Tuning. Foto: José Lavayén
En otros casos, los cambios no se ven por fuera, sino por dentro, como el Hummer H2 de Laura Veramendi, quien adquirió el todoterreno burdeo porque siente el poder de estos motorizados. La niña que creció con coches de juguete y carreras de bicicleta, ahora es una mujer que le gusta la velocidad, las emociones intensas y hasta la producciones audiovisuales, por ello su coche tiene dos monitores, para ver películas en DVD.
“Para que se vea distinto a los demás RAV 4”, Carlos Moya invirtió mucho dinero para modificar su Toyota y como toque final puso en la parte trasera dos monitores, uno para ver videos y otro para jugar con su Play Station. La hilera policromada se detiene finalmente en la Avenida del Poeta, cerca de la Cancha Zapata, donde casi de inmediato unos transeúntes se les acercan para dar su parecer sobre cuál de los coches es “más singular”.