Rugby: un encuentro intercultural
Adoptado por una pareja de franceses, Jean regresó a Bolivia y creó un proyecto que promueve el deporte y los valores.
Uniformados con deportivos azules —en cuya espalda se lee “Santiago de Machaca”—, unos 15 niños y adolescentes de entre 10 y 15 años entran a instalaciones de la Alianza Francesa en La Paz. Para muchos es la primera vez en la ciudad. Su emoción por conocer algo nuevo es evidente. Ojean con asombro los libros infantiles de la mediateca, no solo por las ilustraciones, sino porque se dan cuenta de que están escritos en un idioma que no conocen. Jean Fontayne —a quienes ellos llaman Juan—, de 28 años, les explica a grandes rasgos de lo que tratan algunas de esas historias.
Con más de dos décadas de practicar el rugby en Francia, en el Club de Versalles, Jean decidió volver a Bolivia, su país natal, para conocerlo por primera vez a través de un recorrido turístico en 2016, ya que cuando apenas tenía cinco meses una pareja de franceses lo adoptó en Oruro. Los paisajes variados, las costumbres y sobre todo la gente, su gente, lo enamoraron. Por ello, tras esa visita, elaboró el proyecto de largo aliento: “4.000 metros de altura y Rugby en Santiago de Machaca”; lo hizo con el apoyo de Macha’k Wayra (que en español significa “viento nuevo”), una ONG que contribuye a la mejora de las condiciones de vida de los niños y sus familias, en asociación con las comunidades y las instituciones locales y cuya acción se extiende hasta Santiago de Machaca.
Así, su pasión por este deporte y la búsqueda de su raíz identitaria se juntaron, y en 2017 regresó con el proyecto educativo y humanitario que se materializó en la enseñanza del rugby y de los valores que esta disciplina promueve: responsabilidad, respeto y solidaridad, que los niños de ese municipio de la provincia José Manuel Pando de La Paz hicieron suyos.
“4.000 metros de altura y Rugby en Santiago de Machaca” tuvo mucho éxito ese año, por lo que este 2018 se consolidó en la Asociación Anatañani (palabra aymara que se traduce como “jugamos juntos”), de la cual Jean es presidente. Pero además, incorpora su otra faceta: la de educador.
El plan terminó de cerrarse con la creación de un centro sociocultural en la misma comuna, que es parte de la asociación y donde los niños podrán participar en diversos talleres, como el de interculturalidad que se impartió cuando llegó Jean. “Uno de los objetivos es que los franceses que vayan de visita a Santiago de Machaca compartan su cultura con la boliviana aymara. También se escriben cartas con los niños como si tuviéramos un padrino en Francia para ellos”, cuenta Jean.
El primer taller lo dio junto con dos de sus colegas: Marion Rouquier y Frédéric Bellanger. “Vine porque soy jugadora de rugby en el Club de París 15 y quería enseñarlo a los niños de Santiago de Machaca”, dice Marion, quien destaca que otro taller de correspondencia permitió la elaboración de videos enviados a niños que practican este deporte en Francia, siempre con la idea de enlazar culturas.
Uno de los propósitos de Anatañani es que los niños aprendan de los lugares desde donde les envían las cartas, especialmente Francia. “Al leer la correspondencia que nos llega de otros países estamos muy atentos a cada una de las palabras escritas y a partir de eso nos imaginamos el lugar, su gente, su comida y sabores”, afirma Jean. Despertar la pasión por los viajes, por superar fronteras —físicas y de desarrollo personal— es lo que se busca.
Por ahora, 2019 es el año previsto para un torneo internacional de rugby en La Paz, al que se planea lleguen delegaciones juveniles de Brasil, Argentina, Uruguay, Perú y otras, que disputarán el campeonato con el equipo de Santiago de Machaca. “Sigo a nuestro equipo desde 2017 y ha crecido mucho, estoy seguro de que para 2019 lo harán mejor. Me ocuparé a distancia de ellos, debo volver a Francia, pero regresaré cada año para quedarme con ellos entre uno y tres meses”, adelanta Jean.
La posta quedó en manos del profesor de educación física René Laura Huanca, que fue capacitado para entrenarlos. “He aprendido el rugby de Juan; aunque no sé bien las técnicas, estoy coordinando con él para entrenar a los chicos”, asegura. La labor de Marion fue clave aquí, ella llegó precisamente para la formación en la parte táctica y técnica de la disciplina, además de guiar en los reglamentos.
“Estamos en ese camino de que el núcleo sea la práctica del rugby y el intercambio cultural; nosotros también tenemos el deseo de conocer la cultura de Francia y que los amigos franceses conozcan la nuestra”, dice Édgar Espejo Tuco, director de la unidad educativa Litoral, en Santiago de Machaca. Javier Machicado Quispe, profesor de primaria de la unidad educativa de nombre homónimo al municipio, enfatiza en que los niños hicieron suyo el proyecto pese a que el rugby es una disciplina poco conocida en Bolivia. “Cuando lo practicaron con Juan parecían haber encontrado una motivación, eso nos impresionó y por ello nos pusimos manos a la obra para apoyar este proyecto que incluye a los alumnos de quinto y sexto de primaria, y primero y segundo de secundaria de ambas unidades educativas”.
Todos lo hacen con pasión, niños y niñas, entre ellos Ariel Mamani Villalobos, de 13 años y del 2° de secundaria del colegio Litoral, y María René Cruz Alcón, de 11 años y que cursa el 5° de primaria en la escuela Santiago de Machaca. Irene Alcón Tarqui, mamá de la joven deportista, está conforme con que su hija practique este deporte, ya que gracias a eso se organiza para ir a la cancha y luego hacer sus deberes escolares. “Si no fuera a la cancha, estaría más con el video o con la tele”, comenta.
Otras satisfacciones se suman para Ariel y María René, como el haber conocido la Alianza Francesa y haber aprendido la historia de la papa frita y del pan francés gracias a la actividad de cuentacuentos que esta institución organizó el día de la visita.
“Defino este proyecto como generoso, además de pedagógico. Para mí es muy importante porque me parece que resume muy bien lo que también nosotros tratamos de difundir en la Alianza Francesa, que es el intercambio cultural entre Bolivia y Francia”, dice la directora académica de esta institución, Beatriz Zambrana. Agrega que lo que se pretendía con esta visita era justamente mostrarles otro tipo de realidades para que esas barreras se rompan, porque las más fuertes están en la mente.
Nicolas Duvialard, director de la Alianza Francesa, opina que el proyecto de Jean es interesante a varios niveles, ya que si bien el rugby es un deporte en que hay contacto físico, también hay mucho respeto al otro. “Quedé muy contento con la visita de los niños de Santiago de Machaca. Si al principio se notaban algo intimidados, en el transcurso de su recorrido se dieron cuenta de que lo más importante es animarse a pasar la puerta de lugares desconocidos; una vez adentro, se darán cuenta de que a pesar de que podemos ser diferentes, también somos muy iguales”.
El recorrido termina con una breve clase de francés a los niños, donde se les enseña lo fundamental en cualquier idioma para la convivencia. Así, ellos aprenden a saludar y a agradecer. Por eso, en la despedida un coro pronuncia fuerte y claro MERCI.