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Peñas todavía no muestra toda su fuerza

La tierra donde fue descuartizado el líder indígena Túpac Katari tiene un gran potencial turístico, pero su ‘ajayu’ es su memoria histórica

/ 15 de agosto de 2021 / 18:39

Hay movimiento en la población de Peñas —a 59 kilómetros de la ciudad de La Paz—, llegó un minibús lleno; son los invitados de una primera comunión en el santuario, compartirán la celebración y luego se irán. Como también levantarán sus toldos los agricultores y comerciantes de la plaza principal. Y el silencio inundará la tierra donde Julián Apaza Nina, el famoso Túpac Katari, fue sentenciado y descuartizado.

En los 240 años que pasaron desde la ejecución del esposo de Bartolina Sisa, la comunidad vivió temporadas de olvido, otras de reivindicación de su aporte cultural y memoria histórica, aunque hay una certeza que los años van asentando: todavía hay mucho por “desarrollar”, principalmente en el tema turístico.

Era 1781, esa época cuando los españoles dominaban el actual territorio boliviano, cuando las tropas de soldados encabezadas por José de Reseguín, teniente coronel de los Reales Ejércitos y comandante general de la Real Audiencia de Charcas, se instalaban en la comunidad de Peñas, hoy perteneciente al municipio de Batallas (La Paz), para quedarse cerca de 19 días, y ser testigos/protagonistas de la ejecución del líder indígena o “sedicioso, asesino, hombre feroz o monstruo de la humanidad con costumbres abominables y horribles”, como lo calificaron los colonizadores en el siglo XVIII.

Es inevitable preguntar: ¿por qué los españoles instalaron un campamento en Peñas? Algunos de los comunarios, los más extrovertidos, responden que fue por la ubicación privilegiada dentro del altiplano paceño, justo a la mitad entre la ciudad de La Paz y el lago Titicaca. Además, resaltan la “protección de las rocas del cerro Wiraconi” donde hay manantiales de agua. “Era el lugar ideal para que los caballos descansen”, comentan. La mirada de los pobladores coincide con los relatos de los libros. Peñas era un lugar estratégico para los españoles que buscaban retomar el control en las poblaciones sublevadas como Sorata —a 100 kilómetros de la comunidad— o Achacachi.

Hoy se llega a la población, donde fue descuartizado el hermano de Gregoria Apaza, por la ruta nacional 2 o carretera hacia Tiquina, se toma un desvío antes del municipio Batallas por una vía asfaltada. Algunos turistas nacionales, de los pocos que llegan en pandemia, se sacan fotografías junto a una de las esculturas de Túpac Katari; este grupo eligió la cabeza, otros se interesan más en las manos del caudillo que no se acogió al “perdón español”.

Era un 10 de noviembre de 1781, a las tres de la tarde, cuando arribó el capitán Mariano Ibáñez conduciendo al “formidable reo Julián Apaza” a Peñas, la tierra donde cuatro días después sería condenado.

“Aquí fue descuartizado el líder indígena Julián Túpac Katari”, está escrito en el monumento de la plaza principal de Peñas, donde a voz del pregonero se escucharon los delitos de los que era acusado, antes que los cuatro caballos robustos jalaran con cuerdas cada una de sus extremidades. En una de las esquinas está la casona o Museo de la Sentencia de Túpac Katari, un inmueble restaurado como símbolo de la “rebelión indígena” e inaugurado en 2018. En ese lugar se leyó la sentencia “al dicho Julián Apaza en pena ordinaria de muerte y último suplicio (…) se transferirá su cabeza a la ciudad de La Paz, primero a la Plaza Mayor y luego a Quilliquilli; la mano derecha en una picota se enviará a Ayo Ayo y después a Sicasica; la mano izquierda a Achacachi; la pierna derecha a Chulumani y la izquierda a Caquiaviri”, los principales pueblos de la rebelión.

La descripción de la muerte de Túpac Katari se la conoce por las cartas e informes de Esteban de Loza y Francisco Tadeo Díez de Medina. “No hay ninguna narración de indígenas puesto que los acontecimientos se produjeron en un poblado vencido y convertido en un cuartel de tropas españolas”, relata María Eugenia del Valle de Siles, en su libro Historia de la rebelión de Túpac Catari.

El campamento español se levantó de Peñas el 25 de noviembre de 1781 en medio de un terrible temporal, un aguacero.

Un candado en la puerta principal  de la centenaria casona no permite el ingreso al lugar donde se leyó la sentencia. Este espacio de dos plantas todavía no tiene todo el montaje museográfico. “En el patio hay un árbol que debe tener unos 78 años máximo. Los salones están en un buen estado por la restauración”, dice Jesús Mejía, antropólogo y nacido en Peñas, quien asegura que la casona fue comprada por su abuelo en 1911 como una casa “con méritos”.

En el actual municipio de Batallas, en la provincia Los Andes, se situaron 15 haciendas, establecidas por españoles que despojaron el territorio a sus propietarios originales durante la época colonial, según datos del Ministerio de Culturas y Turismo.

“La casona y la iglesia del pueblo tuvieron las mismas características. Son de barro, tierra, agua y cuero de ovejas”, menciona Mejía.

La iglesia de Peñas, donde hoy una niña vestida de blanco recibe felicitaciones y mixturas por su primera comunión, es el mismo templo que fue mencionado en una de las cartas del escribano Esteban Loza, quien relata cómo el 11 de noviembre de 1781 en el Santuario de Nuestra Señora de las Peñas se “mandó a comparecer a un indio, para efecto de tomarle su confesión de quién con asistencia del protector e intérpretes nombrados se le recibió el juramento que lo hizo por Dios y (ilegible) señal de la Cruz”.

Preguntado si sabe la causa de su prisión, Túpac Katari dijo que “haya sido por haber levantado sublevación en las provincias haciendo cabeza de ellas por facultad que le dispensó un Catari”, transcribe Jorge A. Ovando, en el libro Cercos de ayer y hoy, texto que tiene la declaración y sentencia completa de Túpac Katari, documentos que fueron hallados en el Archivo General de Indias de Sevilla.

LA GRÁFICA

TESTIGO. El Museo de la Sentencia de Túpac Katari

El santuario Virgen de la Natividad Peñas

El interior del museo

El interior del museo

Un paisaje de la localidad

El altar de “Nuestra Señora de Peñas”

La plaza principal de la población

UN TEMPLO RENACENTISTA

En ese santuario —que 200 años después de la muerte de Túpac Katari fue declarado bien cultural protegido junto a la plaza mayor, radio urbano actual, cueva y entorno ecológico— se tomó la confesión a Julián Apaza.

“Los primeros documentos que tenemos son unos libros de bautizo recién de 1850. Entre 1700 y 1800 no tenemos datos para hacer una reconstrucción histórica de lo que ocurrió en la iglesia”, menciona Antonio Zavatarelli, sacerdote del santuario Virgen de la Natividad Peñas.

El templo colonial tiene origen renacentista. Fue remodelado en 1611 para albergar a la Virgen de la Natividad o “Nuestra Señora de Peñas”, su festividad se celebra el 8 de septiembre, fecha en que la población recibe decenas de visitantes.

“La estructura básica de la nave de la iglesia es la misma con el bautisterio, y al fondo hay un interesantísimo retablo barroco de 1700 en pan de oro. Y había lienzos antiguos de mucho valor, y platería en el centro. Ahora en ese lugar hay una reconstrucción, un tallado de madera de lo que era esta interesante obra en plata, y claro que fue una gran pérdida a nivel cultural”, explica el padre Alberto.

A pesar de los robos que sufrió en 2009, la iglesia es un importante atractivo turístico. Además, la institución religiosa también colabora con los jóvenes estudiantes de Turismo de la Unidad Académica Campesina de la Universidad Católica Boliviana San Pablo. “Estamos con la primera promoción, los jóvenes están trabajando ahí en la cafetería del pueblo. Ellos ofrecen trekking, escalada de alta montaña, paseos culturales, visitas por las pinturas rupestres, paseos históricos”, comenta el religioso.

Todas las actividades turísticas que ofrecen a los añorados visitantes tienen un gran potencial que todavía no encuentra su cúspide. “Es un lugar hermoso para hacer caminatas y está muy cerca de la ciudad”, dice uno de los turistas. Pero su ajayu, la fuerza de Peñas está principalmente en su memoria histórica, que cada 14 de noviembre reúne a comunidades aymaras, quechuas, indianistas y kataristas para conmemorar la resistencia anticolonial del líder indígena.

FOTOS: CLAUDIA FERNÁNDEZ Y ARCHIVO LA RAZÓN

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Por una cultura que traspasa paredes; el CCP en Santa Cruz

La comunidad indígena urbana Vallecito II vivió jornadas de arte con la llegada de las actividades del Centro de la Cultura Plurinacional

/ 14 de febrero de 2022 / 20:55

Es vecino del centro histórico cruceño y sus instalaciones cobijan de forma permanente el legado del maestro Marcelo Callaú; el escultor que navegó por maderas y torsos. Protege la biblioteca personal de Isaac Sandoval Rodríguez; hoy una biblioteca pública con 15.000 títulos. Expone en sus salas itinerantes cuadros en óleo que recuerdan tradiciones, pero la cultura escapa de sus paredes, va más allá en el CCP o Centro de la Cultura Plurinacional de Santa Cruz. 

“Hay que encontrar otros caminos para llegar a la gente. Ese viejo modelo de museo o archivo ya no funciona. Los centros culturales en todo el mundo están cambiando, se están redefiniendo para acercarse a más personas”, menciona a ESCAPE Edson Hurtado, director del Centro de la Cultura Plurinacional de Santa Cruz.

GESTOR. Edson Hurtado dirige el Centro de la Cultura Plurinacional de Santa Cruz

Democratizar la cultura —estar al alcance de todos— es un concepto que aún busca la mejor vía para potenciar y acceder a la cultura de acá y la de allá. Son varios los caminos elegidos; visitar comunidades y municipios con propuestas interculturales, recibir a los artistas locales en las salas antes ocupadas únicamente por artistas de renombre, o también realizar intervenciones y actividades en las calles. Esto permite llegar a aquellos que no tienen la posibilidad de visitar, en el caso de CCP, un espacio ubicado en la calle René Moreno, a tres cuadras de la plaza principal 24 de Septiembre.

“Estamos profundizando nuestras itinerancias; una actividad que traspasa las cuatro paredes del centro y donde compartimos la producción artística que tenemos con otros lugares y que permite además reunirse con la producción artística del lugar. De esa manera generamos un diálogo y tendemos puentes con los artistas y gestores culturales para que también puedan exponer en estas salas. Este año tenemos programadas itinerancias CCP Tunante en Cochabamba, Tarija, Guayaramerín, Buenavista, El Torno y Vallegrande”, menciona Hurtado. Santa Cruz vive hace unos años un despegue cultural con mayor cantidad de jóvenes involucrados en artes escénicas, pinturas, esculturas: “No solo es desarrollo económico, sino también desarrollo cultural. Y tenemos una misión importante: descentralizar la cultura en Santa Cruz, y la única manera de hacerlo es salir de la zona de confort”.

COMUNIDAD. Así quedó un mural que se pintó en Vallecito II de Santa Cruz, con la llegada de artistas y la participación de la gente.

El trabajo salió del centro histórico cruceño y aterrizó en la comunidad indígena urbana Vallecito II, ubicada en la zona Norte en el kilómetro 9 y medio. “En ese barrio viven principalmente migrantes indígenas de tierras bajas, quienes realizan artesanías, tejidos, comidas típicas y tienen sus productos culturales”. En el barrio hay vecinos guarayos, guaraníes, chiquitanos, yuracarés y mojeños. 

Cerca de 30 niños pintaron el suelo con colores llamativos, unos arcos de fútbol mientras otros pintaron flores y ayudaron con la intervención del parque. Otros miraron con asombro los murales que pintaron los artistas plásticos Jhoana Mayta, Miguel Vargas y Marcelo Arroyo en algunas paredes de las casas con motivos tradicionales de las distintas naciones de tierras bajas.

“Por un lado, hemos apoyado para que el barrio sea más amigable, un barrio más reconocible, pero además la intervención apoya al circuito y cadena económica del lugar, y nos permite acercar la gestión cultural a otros espacios”. El objetivo con estas intervenciones es dinamizar el barrio mostrando sus productos culturales identificados a través de mapeos.

De Vallecito II a Tarija, o de Guayaramerín a las salas del CCP que rendirán homenajes a Ciro Paz, Roberto Valcárcel, Gladys Moreno y Rubén Poma —el conductor de televisión que mostró toda Bolivia en la época de los años 70 y 80— son lugares vivos de cultura. 

Los museos continuarán guardando los tesoros de la humanidad, transformándose en lugares de fácil acceso para todos. Y la cultura continuará traspasando sus paredes.

FOTOS: ANDREA HINOJOSA Y PABLO MANSILLA

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La identidad de Cohoni

Ubicado en las faldas del IIlimani, el pueblo ofrece arte colonial y variedad de frutas y verduras

Por Claudia Fernández V.

/ 7 de febrero de 2022 / 17:19

Tiene la ubicación estratégica de un pórtico geográfico. Mira desde las alturas las fértiles riberas del río La Paz. A su espalda está el imponente Illimani, cuyos humedales garantizan el riego de sus múltiples pisos ecológicos incrustados en sus laderas; a 65 kilómetros de la ciudad de La Paz, con accesos al altiplano y valles cochabambinos, Cohoni, desde hace siglos, es una zona de paso y hogar temporal de tiwanacotas, incas, jesuitas y hacendados españoles; todos dejaron su huella en la comunidad donde hoy viven más de 1.000 cohoneños.

Asentamientos tiwanacotas e incas

Cohoni es una comunidad del municipio paceño de Palca; en el lugar se realizaron excavaciones y análisis de restos arqueológicos, líticos y óseos que permitieron determinar asentamientos durante los periodos Horizonte Medio (600-1100 d.C.), Intermedio Tardío (1100-1470 d.C,) y Horizonte Tardío o Inca (1470-1532 d.C.).

Al principio la región fue una zona de paso para los tiwanacotas que se trasladaban del altiplano hacia los valles cochabambinos; en el lugar realizaban ceremonias y rituales por la cercanía al nevado Illimani; posteriormente, y a consecuencia del colapso que sufrió Tiwanaku, hubo un progresivo arribo de personas a la región, quienes optaban por una vida permanente en Cohoni.

“Durante la prospección intensiva —estudio realizado en 2002—,  28 sitios fueron registrados para el Periodo Intermedio Tardío en todo el valle: 11 en la zona montañosa, 13 en la zona de terrazas, 3 en las quebradas laterales y 1 en zona de pastos. Todos los sitios registrados presentaron evidencias de ocupación Tiwanaku previa, reflejando así la continuación de un patrón de asentamiento preexistente durante este periodo”, describió María Soledad Fernández, arqueóloga e investigadora, en La ocupación inka en valle de Cohoni, La Paz.

Los estudios reflejan también asentamientos durante el Periodo Inca (14701532 d.C.) y caminos prehispánicos: “Este tipo de rasgo arquitectónico es muy propio del Periodo Inca y se caracteriza por una elaborada construcción, sendero empedrado con andesita, canales de desagüe, y se encuentra al noroeste del pueblo y es una de las vías más transitadas en la actualidad. En los trechos más amplios el camino presenta 2,5 metros de ancho; mientras que en los sectores más angostos su medida fluctúa entre 1-1.20 metros”, describió Fernández.

Actualmente solo quedan rastros de un tupido sistema de terrazas agrícolas y caminos prehispánicos por la ampliación de la frontera agrícola, acequias y falta de mantenimiento.

Arte en la Iglesia de San Bartolomé

Aún se conserva una serie de 10 cuadros pintados por Leonardo Flores (16501710), artista paceño y uno de los propulsores del barroco mestizo que dejó sus obras más relevantes realizadas en el siglo XVII en las iglesias de Santiago Apóstol de Achocalla, San Bartolomé de Cohoni y Santiago de Collana en el departamento de La Paz.

La iglesia de San Bartolomé, construida por misiones jesuitas e intervenida en los años 60, es uno de los principales atractivos turísticos de Cohoni. Guarda retablos de los siglos XVI y XVII. Mantiene la huella de la época colonial.

“Hay cuadros con temas del Antiguo y Nuevo Testamento, cinco se refieren a pasajes de la vida del Rey David, un cuadro de Esther ante el Rey Asuero, uno de Judith y Holofernes, uno sobre la Cena del rico Epulón y el pobre Lázaro, el Juicio Final y la Conversión de San Pablo”, describió María Isabel Álvarez Plata, investigadora y restauradora de bienes patrimoniales.

“Entendemos entonces que Cohoni presenta dos características únicas en Latinoamérica: la representación de un tema del Antiguo Testamento en una serie tan completa de la vida de David y además, la incorporación de símbolos propios de los indígenas incas que ocupaban la región”, identificó Álvarez.

La iglesia ubicada en la plaza principal celebra cada 24 de agosto la festividad en honor al patrono San Bartolomé; hay misa y procesión de la imagen del santo por las calles principales. Luego los pobladores realizan una entrada autóctona y finaliza con la interpretación de grupos musicales. Es la fiesta más importante del pueblo.

ARTE. Los cuadros del pintor Leonardo Flores (1650-1710) están resguardados en el templo de Cohoni, bajo estricta vigilancia comunal

Verduras, flores y hortalizas

Cohoni tiene diferentes pisos ecológicos que van desde los 2.500 metros sobre el nivel del mar hasta los 4.800. Esta diversidad y vertientes permiten la producción de verduras, frutas y flores; brócoli, lechugas, duraznos, papas, choclos, acelgas. Productos que son principalmente vendidos en la ciudad de La Paz.

“De las 4.069 hectáreas de superficie total del municipio de Palca, 2.743 son dedicadas al sector agrícola. Las familias de los Distritos de Cohoni y Quilihuaya tienen la mayor superficie de entre todos los habitantes, con un promedio de 2,5 hectáreas por familia”, revelaron datos del Plan de Contingencia Alimentaria (2020).

Su extensión abarca nevados, cabecera de valle y trópico. Estas características y la disponibilidad de agua para riego representan una ventaja comercial frente a otros productores de la región metropolitana.

Además de la producción agrícola, la comunidad tiene actividad minera. En la región opera la cooperativa minera Cerro Negro, que extrae principalmente wólfram.

Accesibilidad a Cohoni

La vía más utilizada para llegar a Cohoni por el transporte público y camiones de productos es la carretera La Paz-Mecapaca, que cruza Mallasa, El Palomar y Huaricana; la carretera está asfaltada hasta Tawapalca, desde ese lugar hasta Cohoni los caminos son de ripio y en pendiente.

“La subida a Cohoni está fea, tardamos cuatro horas en llegar a la ciudad de La Paz, y cuando llueve no salen las movilidades, ya no hay paso”, comentó Teo Condori, cohoneño.

La otra alternativa, aún más larga, es la carretera La Paz-Palca, que sale por la zona de Chasquipampa, atraviesa Palca y toma el tramo Lacayani-Quilihuaya. El ingreso a Cohoni todavía no está asfaltado.

IGLESIA. En la plaza principal se halla el templo de San Bartolomé, que resguarda arte colonial

Conserva una planta en extinción

En Cohoni todavía hay algunos bosques de Polylepis, también conocidos como bosques queñua, ecosistemas únicos en la región andina. Se trata de una especie endémica de Bolivia, distribuida en los Valles Secos Interandinos. Se encuentran bosques a lo largo de la Cordillera Oriental, en los ríos La Paz y Luribay y en los yungas de Inquisivi y Quime. En Cochabamba, solamente se han registrado en Cotacajes. Estos bosques constituyen el hábitat de varias especies de plantas.

La queñua se caracteriza por un tronco cubierto por una corteza que se desprende en delgadas láminas pardo-rojizas. En algunas comunidades los árboles se dejan a manera de cercos alrededor de los cultivos, el tronco es usado como leña para hornos y cocinas domésticas. Además, tiene propiedades medicinales para frenar la fiebre y aliviar el dolor de estómago. Y como uso veterinario, “las hojas sirven para curar el mal de ojo de las ovejas”.

Cohoni recibe a algunos escaladores que desean coronar el Illimani y ver los cuadros de Leonardo Flores. Acoge también a aquellos curiosos que quieren saber por qué tiwanacotas, incas, religiosos, extranjeros llegaron a esa región que forjó su propia identidad.

FOTOS: CLAUDIA FERNÁNDEZ V.

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El Hip-Hop va más allá de cantar, es una lucha activa desde el arte

Luego de que Abraham Bojórquez plantara la semilla del género en El Alto, éste no ha dejado de sumar nuevas temáticas

/ 4 de octubre de 2021 / 08:19

El hip hop es desahogo, es convertir un reclamo social en canto; un instrumento de lucha de los jóvenes como Abraham Bojórquez, el legendario vocalista de la banda hiphopera Ukamau y ké. Sus letras contestatarias, rebeldes a gran velocidad son parte del legado del rapero boliviano. Y aún con las diferencias marcadas por una nueva década, la idea de decir las verdades, de expresar, continúa vigente dando espacio a una vertiente hiphopera con enfoque de género en El Alto.

Era 2003, año de la “guerra del gas”, cuando el hip hop se catapultó en la ciudad de El Alto, decenas de jóvenes comenzaron a reunirse en la radio Wayna Tambo, en la zona de Villa Dolores, para debatir sobre política, resistir y compartir música con contenido social. Luis Fernando Choque, hoy conocido como Fado Flow, fue uno de los jóvenes  —en ese momento colegial— que quedó impactado por el movimiento hiphopero alteño que se gestaba.

“En esa época escuchaba a Ukamau, Renzone, Invisible, el Choclito, al Insano Bolivia. A varios cumpas que nos decían vengan a la radio vamos a charlar, traigan ideas, traigan música. Yo llevé un cassette con una de nuestras composiciones, lo habíamos grabado con un micrófono de karaoke, y conseguimos unos bits, de los pocos que habían, en la feria 16 de Julio a 50 bolivianos”, menciona Fado Flow, activista y uno de los fundadores del dúo rapero Alto Lima Rima, nombre en honor a la zona donde vive.

Durante años el programa radial El rincón callejerofue la sede informal de los hiphoperos. El programa organizaba debates, actividades y difundía información y material cultural. “Desde el inicio buscamos alimentar a los jóvenes con la conciencia política y social. Además, mostramos la historia de Bolivia para entendernos mejor”, dice Fado Flow.

MUJERES. Pandora MC. (izq.) y la rapera Yoss

Durante ese tiempo surgieron canciones como Hermanos de sangre, nos juntaremos, de Ukamau y ké, que habla de los hechos violentos de octubre de 2003 e incluye algunas frases de Gonzalo Sánchez de Lozada, sonido ambiente de enfrentamientos en las calles, disparos de armas y helicópteros, e inspiró otros más como Octubre negro, de Rapsistencia.

“Abraham Bojórquez era un engranaje, un símbolo de resistencia”. La inesperada muerte de Bojórquez, el líder del movimiento del hip hop en El Alto, quien también cantaba en aymara, en 2009 marcó otra etapa en el movimiento cultural y desconcertó a varios colectivos alteños que de a poco dejaron de frecuentar los debates en la zona Villa Dolores. Estos encuentros comenzaron a darse en espacios más dispersos. “En esa época, si queríamos reunirnos teníamos que hacer panfletos, fotocopiarlos y llevarlos a las ferias, a los colegios. Hoy están conectados a internet, ahí encuentras todo tipo de material”, comenta Fado.

Luego de 18 años del estallido hiphopero alteño, el movimiento cultural que no necesita dominar las técnicas tradicionales del canto y que engloba distintas manifestaciones (DJ, Break-dance, grafiti y MC o persona que interpreta el género musical conocido como rap), continúa activo y visibilizando problemáticas nacionales, locales y personales.

“Las generaciones van cambiando. No es la misma de 2004, la de 2010 o la generación de 2021, pero el concepto básicamente no cambió; el hip hop brinda a los jóvenes herramientas de expresión artística cultural para que ellos puedan desahogarse, informarse, autocultivarse y colectivizar”, añade Fado.

Afiche del Colectivo Rapsistencia

Entre los años 2020 y 2021, principalmente durante la cuarentena y como una de las pocas buenas actividades que trajo, permitió que los hiphoperos se rearticulen a través de redes sociales. Arrancaron con las emisiones de programas por Facebook (La palabra del hip hop, Desde el ojo de las calles y Cultura hip hop Bolivia, entre otros). Y la grabación de nuevos temas como El Alto de pie, de Fado Flow que destaca a una “ciudad con tenacidad, multicultural y aguerrida”.

Hay lucha latente en su gente despierta, consciente, tiembla un presidente reprimen con muertes y el pueblo se hace más fuerte (Fado Flow)

“Estábamos todos encerrados en nuestras casas, y a raíz de que cerraron también el Ministerio de Culturas, comenzamos a rearticularnos con algunos cumpas, y con los pioneros del hip hop que tenían más tiempo”, comenta Fado. Como parte del impulso que llegaba, Rapsistencia Bolivia, un colectivo de raperos y raperas, retomó sus debates, producciones y formación de nuevos artistas.

Integrantes del Colectivo Rapsistencia Bolivia

“Los raperos conscientes siguen escribiendo sobre nuestra memoria histórica. O sea, componen para que el pueblo conozca su historia, y así no repita los mismos errores”, comenta Silvana Lipa, conocida como Pandora Mc, coordinadora de Rapsistencia Bolivia. Ella llegó con la idea de potenciar el rap que denuncia la violación de los derechos de las mujeres, de la comunidad LGBT. De dar mayor apoyo a la voz de las hiphoperas y reivindicar el quinto elemento del hip hop o conocimiento sobre su historia y objetivos.

“El arte nace desde la necesidad de dar a conocer la realidad. Y mis letras, por ejemplo, denuncian la violencia que sufren las mujeres y a la misma vez propongo luchar juntas, porque somos todas en contra de un sistema que nos oprime”, comenta Pandora.

La idea encontró respaldo; modificar las líricas que incitan a la violencia o al consumo de alcohol o drogas, y también aquellas que vulneran los derechos humanos, pero sin perder la potencia de las palabras y la expresión de ideas.

Una sesión de micrófono abierto en El Alto

“La iniciativa de Hip hop sin violencianació por la necesidad de darle la vuelta a la realidad. Vemos que más hombres acceden al arte, hay más raperos, DJ o grafiteros y menos mujeres. Entonces queremos que existan más raperas en la ciudad y con ese enfoque realizamos cursos de formación artística para las compañeras que vamos encontrando en el camino”. Pandora fue víctima de violencia y mediante el rap “sacó” todo el peso que guardaba. Ser mujer y hiphopera “no es nada fácil”, son varios los prejuicios que recaen sobre ellas, desde críticas hacia el estilo de ropa que usan o dudas sobre la habilidad de improvisar y la velocidad de rapear que tienen.

Ya basta de tanto lenguaje androcentrista ya basta de tanta exclusión de tanta discriminación (Pandora Mc)

“En los 2000 había pocas mujeres; de 10 cumpas solo una era mujer, y a veces no rapeaba, solo acompañaba. Hoy hay chicas que hacen freestyle (rapear de forma improvisada), organizan eventos, escriben sus letras. Pero todavía el hip hop es un movimiento predominantemente masculino”, comenta Flow.

Santa Mala, Safira Mc, Hela, Natural poesía, Canto a la resistencia, Noisy Mc, Niña Doble C, Lu Sudakas Clan, Imilla Mc, Voces de rap, son algunas raperas bolivianas.

“Hay un fenómeno con las mujeres que entran al rap; están un rato en escena, pero con el tiempo van dejando de lado la música. Y eso también hay que ir saldando, hay que ver qué pasa con las hermanas. Creo que también es la presión social que sufren”, comenta Fado.

Para las raperas son importantes las problemáticas sociales, políticas, económicas y culturales del país, aunque a veces estos temas quedan opacados por la necesidad de abrirse espacio en una sociedad que reconocen como patriarcal y misógina. “El hip hop va más allá de un género musical, de muchos que hay, es el único estilo de música que te puede decir las verdades en la cara”, comenta Jhoselin Roque, compositora y hiphopera de 23 años. Ella es conocida como Yoss, comenzó escribiendo sobre amor y desamor, hoy relata las experiencias que vive.

El rapero Fado Flow

“No agarro el micrófono y digo qué tipos de violencia hay o lo que deben hacer los jóvenes o por qué los hombres son así. Lo que quiero es expresarme, hacerme escuchar”, explica Jhoselin.

El hip hop me cambió la vida Pues sí… me sacó de la rutina A la que estaba acostumbrada  y no lo veía El rap se convirtió  en mi única compañía (Yoss)

El hip hop va más allá de cantar y no está dirigido exclusivamente a hombres, es para todas aquellas personas que quieran desahogarse y transmitir una demanda social.

“Este proyecto es para que los jóvenes tengan conciencia de que a través del arte, de la música y del rap, podemos liberar nuestras tensiones. A veces no podemos contar nuestras frustraciones, nuestros planes a futuro, ni siquiera podemos hablar de nuestras parejas con nuestros padres por falta de confianza. Lo podemos hacer a través del hip hop”, menciona Fado Flow.

FOTOS: RAPSISTENCIA BOLIVIA, YOSS

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María José: la discapacidad múltiple no frena la creatividad María José: la discapacidad múltiple no frena la creatividad

María José Viscarra es una artista de 27 años de edad que retrata sus estados de ánimo a través de la acuarela y el acrílico

/ 27 de septiembre de 2021 / 09:28

Su mano izquierda es la encargada de realizar los trazos sobre el lienzo; esa línea continua que pintó con naturalidad costó varias hojas y lágrimas. “Esta soy yo, con mi silla de ruedas y mi delantal de pintura. En ese momento estaba triste”, dice María José Viscarra al mostrar su primer autorretrato. La nueva artista tiene una paleta amplia de temas, aunque encontró una leve inclinación por reflejar su estado de ánimo a través de sus cuadros.

La acuarela y el acrílico son los materiales que más utiliza, y su mayor referente es Frida Kahlo; las obras de la artista mexicana la inspiran. Pintar le ayuda a olvidar el dolor de su cadera, que se intensificó hace dos meses por la subluxación o displasia congénita con principios de artrosis que tiene, pintar le ayuda a expresar las palabras que no puede mencionar y le permite seguir mirando hacia adelante: desea que sus pinturas lleguen más allá de La Paz.

Ser profesional en artes plásticas y visuales requiere disciplina y pasión, y en el caso de María José, de 27 años, también implicó subir tres pisos para llegar a sus clases de pintura durante cuatro años. Su madre, algunas veces con ayuda de un voluntario, levantaba la silla de ruedas grada por grada.

“Cuando entré a la universidad sentí miedo, todo era confuso, y no sabía pintar. Lo más difícil era ver cómo algunas personas me hacían a un lado”, comenta María José, pero como en sus cuadros y en la vida hay una diversidad de colores, algunos más oscuros y otros más claros. Un buen amigo como Miguel, unos profesores como Freddy Escobar, Martina Noriega, Paddy Viscarra, Fernando Montes y Mario Conde lograron aliviar el peso que sentía por dejar las brochas.

Ser una nueva artista exige también creatividad, alto nivel de destrezas, reflexión crítica y un lenguaje plástico que comunique. Todo eso aprendió en la Academia Nacional de Bellas Artes Hernando Siles, lo aprendió a través de su traductora, Claudia Agramont.

Interpretar las palabras de los profesores en Lengua de Señas necesitaba algo más que técnica. Claudia repitió las veces que fue necesario para que María José capture los detalles de las clases y la esencia de los artistas que iba descubriendo. Además del dominio de la Lengua de Señas, la complicidad entre madre e hija fue una fuerza que la impulsó para continuar estudiando.

María José, aparte del problema en su cadera, tiene discapacidad auditiva. Padece de hipoacusia bilateral severa. La artista es una de las 91.287 personas con discapacidad registradas a escala nacional en el Sistema de Información del Registro Único de Personas con Discapacidad (SIPRUNPCD) hasta 2020. La discapacidad física-motora constituye el 38%, la intelectual el 29%, la múltiple el 15%, la discapacidad auditiva el 10%, la mental el 4% y la sensorial el 4%.

Del total de personas registradas, 77.051 tienen el carnet de discapacidad, según el SIPRUNPCD. “Pies para qué los necesito, si tengo pinturas para viajar”, parafrasea María José a la reconocida Frida Kahlo, quien también pintó desde una silla de ruedas. A la frase de la joven boliviana también se incluye pinturas que expresan lo que las palabras no pueden.

Su cuadro favorito refleja a Claudia, su madre, con un rostro dividido a la mitad. En el lado izquierdo hay una mirada dulce en tonos claros y en el lado derecho hay una mirada estricta de color rojo.  También son especiales otros dos cuadros de acuarela pintados hace un par de años; Libertad y Fuerza, así los bautizó.

La tenacidad de la familia Viscarra Agramont se percibe cuando habla de la operación que necesita la cadera de María José y que no puede realizarse en Bolivia, según les explicaron los médicos. Mientras los padres de la artista continúan investigando sobre la cirugía, la familia solo desea que el dolor sea disminuido.

“Voy a seguir adelante, voy a seguir pintando”, dice María José en la Semana Internacional de los Sordos, fecha que se conmemoró por primera vez en septiembre de 1958 en Italia y “desde entonces se ha convertido en un movimiento global que promueve y crea conciencia sobre las cuestiones que las personas sordas enfrentan en su vida cotidiana”.

María José es un ejemplo de perseverancia; donde la discapacidad múltiple se convierte en creatividad y trazos llenos de luchas diarias. Su arte puede viajar sin dificultades a los lugares que desea y sus cuadros hablan por ella.

Fotos: Claudia Fernández

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Cuando no se necesita a un periodista: la inteligencia artificial crece en las redacciones

La IA permite que se optimice el tiempo haciendo las tareas morosas y que se acceda a los datos de forma efectiva para su análisis

/ 20 de septiembre de 2021 / 09:50

La inteligencia artificial (IA) nos recomienda, según nuestros gustos, películas en Netflix o música en Spotify, identifica los mensajes SPAM que llegan a los correos electrónicos, personaliza nuestras redes sociales, nos responde inmediatamente en los chat de servicio al cliente cuando buscamos información de algunas empresas o puede darnos la mejor ruta para evitar el congestionamiento vehicular.

El campo de la IA es amplio; desde ayudar en la medicina con un software para detectar cáncer de mama y pulmón mediante análisis radiográficos o escribir artículos periodísticos, sin necesitar de que lo haga un periodista.

No hay magia detrás de la inteligencia artificial: lo que existe son datos, miles de datos y órdenes de los humanos. Se puede enseñar al sistema de IA (el aprendizaje automático, Machine Learning), pero también puede aprender por sí misma (Deep Learning). Y antes de entrar a los robots periodistas, no necesariamente como los vimos en las películas, nos quedamos con los datos. Ahí entra el Big Data. 

Es el “volumen y tipo de datos provenientes de la interacción con dispositivos interconectados como celulares, GPS, relojes inteligentes, computadoras todo aquello que es capaz de producir información y enviar electrónicamente a otra parte”, describe el investigador Walter Sosa Escudero en su libro Big Data.

Medios de comunicación

Los medios de comunicación, por el momento los más grandes en el mundo, apuestan por el procesamiento automatizado del lenguaje; en palabras más sencillas: son más las notas periodísticas elaboradas por inteligencia artificial, elaboradas por robots.

No es extraño leer noticias deportivas, financieras, el pronóstico del tiempo o análisis de los datos del COVID-19 en diarios donde ningún periodista participó de la redacción.

“Gracias a la generación de lenguaje natural, la IA es capaz de redactar todos los partidos de una jornada normal en cualquier liga en apenas segundos. Esto libera al periodista de tareas repetitivas, lo que le permite centrarse en lo verdaderamente importante: el análisis de la realidad. Además, el artículo generado por la inteligencia artificial puede suponer un borrador que el periodista puede enriquecer con sus conocimientos”, menciona a ESCAPES ofía Sánchez González, PR y Marketing de Narrativa, la startup española que interpreta datos estadísticos y elabora noticias de forma automática con su sistema Gabriele.

Este sistema envía algunas notas para Infobae (medio de comunicación argentino), el Heraldo (medio español), Ansa (Agencia italiana de noticias), Rtve (radiotelevisión española), y diferentes medios deportivos como Encancha (medio de comunicación chileno), entre otros.

“Cada cliente requiere un tipo de contenido, por lo que nuestro sistema de IA (Gabriele) lo personaliza según las necesidades de cada medio. El proceso de configuración comienza con un corpus de ejemplos del propio medio, es decir, utilizamos textos generados por ellos para que nuestro sistema de inteligencia artificial aprenda y pueda reproducirlos de la manera más fiel posible. Por último, realizamos un análisis avanzado de estos datos utilizando algoritmos de Machine Learning y Deep Learning”, dice Sánchez.

En los medios de comunicación son dos las áreas más utilizadas por IA. Uno: “Para aumentar la capacidad de generación de informes”. Aquí se revisan grandes volúmenes de documentos con aprendizaje automático, se detectan eventos de noticias de última hora en las redes sociales y extraen datos de COVID-19 de sitios web gubernamentales y oficiales.

Dos: “Para reducir los costos variables”. La segunda área importante en la que se utiliza la IA en el periodismo incluye herramientas que automatizan el proceso de transcripción —la palabra que a la mayoría de los periodistas nos espanta, “desgrabar” (transcribir). Para aquellos que no están relacionados; imagínese una entrevista de una hora, bueno esa hora de conversación debe ser convertida en texto, palabra por palabra—, automatizan también el etiquetado de imágenes, videos y generación de historias, según un análisis de la Fundación Knight sobre cómo la IA impacta en el periodismo.

Algunos medios de comunicación y empresas tienen sus propios sistemas de IA, estos sistemas tienen nombre como; Heliograf (que utiliza el Washington Post), Syllabs (Le Monde), Quakebot (Los Angeles Times), Quill (Forbes) y Cyborg, el sistema utilizado por Bloomberg, compañía de asesoría financiera, para automatizar miles de artículos sobre los resultados financieros de empresas cada trimestre.

“La labor de un periodista es fundamental y no va a cambiar. Lo que varía es el modo en el que ejerce su profesión, un modelo que combina tecnología e investigación para lograr mejores resultados. El periodista será más inteligente gracias a la inteligencia artificial y podrá utilizar herramientas que ya existen para analizar patrones y extraer información. Así, su labor tendrá más impacto”, dice Sánchez.

New York Times

El gigantesco medio estadounidense con 7,5 millones de suscriptores, el medio con más suscriptores en el mundo, también se subió a la IA. Por ejemplo, El New York Times, con el apoyo de Google Cloud, está digitalizando su inmensa colección de fotos.

“Durante más de 100 años, el New York Times archivó aproximadamente siete millones de fotos antiguas en un lugar llamado la Morgue dentro de sus oficinas en Times Square en Nueva York. Muchas de las fotos se han almacenado en carpetas y no se han visto en años”, explicó Sam Greenfield, director técnico de Google, a través de un blog. Uno de los primeros pasos es digitalizar las fotos, pero para que el material fotográfico sea más accesible y útil es conocer el contenido de las imágenes. ¿En qué año fue tomada?, ¿dónde?, ¿quiénes salen en las fotos? Ahí entra la API de Cloud Visión, una herramienta de Google que permite analizar una gran cantidad de imágenes y extraer información valiosa para comprender su contenido.

Y éste, es solo un ejemplo del uso que da el New York Times a la IA. Seguro sus innovaciones deben ser diversas y grandes, como los recursos que tiene.

Funes

Aunque a un ritmo menor que en los países desarrollados, los medios de Latinoamérica poco a poco se van sumando a optar por alguna forma de automatización en sus procesos. “La inteligencia artificial es una herramienta de acompañamiento y no de sustitución, por lo que la automatización no acabará con los puestos de trabajo para los periodistas: facilitará sus tareas”, menciona Sánchez.

Funes —como el nombre del extraño personaje de Jorge Luis Borges, ese joven con memoria prodigiosa capaz de recordar cada uno de los detalles insignificantes— es un algoritmo creado por una iniciativa peruana para luchar contra la corrupción. La herramienta analiza miles de datos recopilados por Ojo Público, un medio de comunicación peruano, en contrataciones públicas del Estado e “identifica relaciones políticas y financieras a través de un modelo algorítmico que muestra escenarios de riesgo de corrupción”.

Otro ejemplo de inteligencia artificial fue potenciado por Verificado, un medio mexicano, que incorporó a su redacción a Pinpoint, una herramienta de investigación que ayuda a explorar y analizar grandes colecciones de documentos, esta herramienta es gratuita y cualquier periodista puede utilizarla. Admite archivos PDF, imágenes, correos electrónicos, archivos de audio y la mejor parte es que los convierte en texto ¡adiós “desgrabar”!, identifica organizaciones, personas y tiene 115 GB de almacenamiento para cada cuenta.

“La automatización es el futuro en muchos campos, no solo en el periodismo. La pandemia ha acelerado la transformación digital de muchas empresas, que se han dado cuenta de que la automatización supone una ayuda fundamental para crecer: los empleados pueden dedicarse a tareas de valor añadido sin perder el tiempo en trabajos repetitivos”, asegura Sánchez.

Y antes que la tecnología nos gane, mejor vamos migrando a otro tipo de periodismo menos mecánico.

FOTOS: ACOOL_STUDIO,UPKLYAK, RAPIXEL.COM, FULLVECTOR Y STARLINE (FREEPIK)

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