Mujeres enfrentan juntas el problema del agua
Las líderes de Bolivia y Perú se reunieron en Mecapaca para compartir sus experiencias y soluciones respecto a la falta de agua
Mujeres enfrentan juntas el problema del agua. En Mecapaca, las líderes de La Paz y Arequipa se reunieron, gracias a Bolivia Watch, para intercambiar experiencias sobre los problemas hídricos de sus pueblos. A pesar de ser un tema crítico no solo para sus regiones, sino para el mundo, en las mesas de diálogo hay un ambiente de charla amena. Aparentemente distintas, estas mujeres de Bolivia y Perú comparten sus vivencias sobre la falta de agua y las soluciones que han encontrado en sus comunidades.
Si bien el 70% del planeta está compuesto por agua, el 2,5% es dulce, es decir, resulta apto para el consumo humano y para la agricultura, la ganadería y la industria. Con el transcurrir de los años, la carencia del líquido se está haciendo más visible debido al crecimiento demográfico y al calentamiento global.
Este último caso se hace visible en las montañas que están perdiendo sus nevados y en la vida de las personas que cada año están sintiendo más la falta de líquido. Entre las afectadas también están las poblaciones de Bolivia y Perú.
Mujeres enfrentan
Ante este panorama han surgido varias iniciativas para paliar la disminución del recurso hídrico. Una de ellas parte del Stockholm Environment Institute (SEI, del sueco, Instituto del Ambiente de Estocolmo), que trabaja para orientar las políticas ambientales y de desarrollo sostenible en el mundo. Como parte de ese trabajo, el SEI lidera el proyecto Bolivia Watch, que trabaja con el Gobierno para implementar un Plan Nacional de Cuencas en el país, teniendo en cuenta que las cuencas son canales naturales por donde baja el agua hacia ríos o lagos, por consiguiente, también para el consumo humano.
LEA TAMBIÉN
Gregory, el sensei del origami
En esa dirección, Bolivia Watch trabajó en el departamento de Potosí (en la cuenca Tupiza, en los municipios de Tupiza, Atocha y Colchacá) y en la cuenca Pampa Huari (en los municipios de Potosí, Yocalla, Tinguipaya, Porco, Belén de Urmiri, Chaquí y Tomavi).
De acuerdo con Melina Balderrama, coordinadora nacional de Bolivia Watch, también se desarrollan actividades en la cuenca del departamento de La Paz, en los municipios de Palca, Mecapaca y Achocalla.
Como parte de esta labor es que se organizó un encuentro entre las líderes paceñas con sus similares de Arequipa en el municipio de Mecapaca, ubicado a 28,4 kilómetros al sur del centro paceño. Por el lado boliviano estaban mujeres pertenecientes a las Bartolinas, acompañadas por dirigentes arequipeñas apoyadas por el Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo del Sur (Descosur) de Perú.
Arropado por cerros cubiertos de vegetación y viviendas republicanas con balcones, el edificio de la Alcaldía luce distinto, pues se llenó de mujeres que van a hablar sobre el agua.
“Anteriormente, éramos sumisas, no podíamos contar ni con las autoridades, no podíamos comunicarnos. Pero con las capacitaciones hemos aprendido a valorarnos como mujeres y participar en diferentes actividades”, comenta Martina Choquehuayta, vecina del pueblo de Charhuanca, provincia Cailloma, de la región de Arequipa.
Martina está vestida con su traje típico, con pollera, blusa y chaqueta con bordados multicolores, además de un sombrero de ala ancha bellamente adornado. Ella, acompañada por otras arequipeñas, escucha atenta la apertura del encuentro binacional de intercambio de experiencias en gestión de cuencas.
Con el respaldo del Viceministerio de Recursos Hídricos y Riego —dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Agua—, el alcalde de Mecapaca, Enrique de la Cruz, y otros tres alcaldes peruanos, más de medio centenar de mujeres se reunieron en mesas de diálogo para contar sus vivencias respecto del agua.
“Antes no teníamos agua. Para lavar la ropa teníamos que ir a buscar vertientes de agua cristalina. Toda la gente iba allí. Incluso íbamos a bañarnos. Así vivíamos antes”, rememora Máxima Mamani, vecina de la zona Las Carreras, en Mecapaca, quien viste una pollera verde, una blusa azul, una manta de alpaca, un sombrero negro y un aguayo multicolor.
“Lo que hacemos es compartir una planificación inclusiva, con un enfoque de género, que no solo tiene variables hidroclimáticas, que podemos obtener de una estación y hacer una planificación en escritorio, sino que toma en cuenta a los actores sociales, quienes nos dicen qué problemas hay para hacer la planificación”, explica Balderrama.
Es por ello que cinco mesas de diálogo —más otra con las autoridades ediles y de Bolivia Watch— conversan acerca de cómo monitorear la calidad de agua con enfoque de género, las herramientas para hacer el relevamiento de información, posibilitar acuerdos de autoridades municipales para trabajar de manera mancomunada y la manera de sensibilizar a la población sobre el cuidado del agua.
“Para nosotros es una gran iniciativa de Bolivia Watch que reúna a dos grupos de mujeres de diferentes culturas, pero con un solo objetivo: enfrentar la falta de recursos hídricos. Hemos aprendido que (las líderes arequipeñas) no se quejan de las autoridades, ellas trabajan en la cosecha del agua y con sus propios recursos y con su propia mano de obra”, comenta Reini Callizaya, concejal de Mecapaca.
En otra mesa se encuentra Vicentina Puma, pobladora de Chipay, provincia Cailloma, de Arequipa, quien dice que en su pueblo viven de la crianza de alpacas. “Un año hubo escasez de lluvia, todas nuestras alpacas se han muerto. Desde entonces empezamos a reservar agua y, con la capacitación que recibimos, hemos aprendido a cómo mantenerla”, dice la representante peruana.
Balderrama cuenta que las mujeres del país vecino les enseñaron cómo empezaron a emplear la cosecha de agua para no sufrir de desabastecimiento y aprendieron acerca del enfoque de género que se lleva a cabo en Bolivia. “Las mujeres tienen que tener un espacio, una voz, que sea más escuchada si tiene un argumento técnico”, afirma.
“Recuerdo que mi mamá y mi abuelita cosechaban agua de lluvia y las guardábamos todo el año, porque no había agua potable. Con el tiempo olvidamos esta costumbre. Por los cambios climáticos ahora tenemos que volver a aprender y enseñar a nuestros hijos”, afirma Máxima.
El encuentro es amigable. No falta la comida con papa y choclo que producen en la región y las infaltables fotos para recordar la llegada de las hermanas peruanas. En ese ambiente es que se firmó un acuerdo de hermanamiento entre los municipios de Mecapaca y de Arequipa, las mujeres de ambos países coordinaron más reuniones para seguir hablando de los recursos hídricos, tomando en cuenta que, a pesar de la distancia, atraviesan por problemas similares.
Además, mediante el apoyo de Bolivia Watch, se trabajará para obtener financiamiento para sus proyectos productivos y continuar con el intercambio de saberes de ambos países, principalmente.
La tarde transcurre calurosa, por lo que las anfitrionas llevan a sus ahora amigas arequipeñas a un recorrido por sus plantaciones de flores, que lucen colores intensos, tanto como la esperanza de, en cooperación mutua, seguir liderando la lucha por dar mejores días, no solo a sus hijos, sino también al planeta.