Larga vida a los álbumes visuales
Imagen: INTERNET
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El nuevo disco de Jennifer Lopez ‘This is me… now’ es una muestra de que este formato mantiene su fuerza y encanto
Como parte del contenido más visto de la plataforma Amazon y de forma muy humilde, está desde varias semanas el nuevo disco de Jennifer Lopez: This is me… now, en formato álbum visual.
¿Qué es un álbum visual?, se preguntarán algunos.
Un álbum visual es, de forma sencilla, un cortometraje o una película que se arma a partir de las canciones que hacen el disco de un artista. Antes de MTV o el uso de los video clips para promocionar un disco, los artistas a veces (muy pocas veces porque era un emprendimiento arriesgado y caro) decidían invertir en la grabación de una historia larga o pequeños fragmentos cortos usando su música y saliendo en cines para motivar al público a comprar los discos donde estaban estas canciones.
Contrario a una banda sonora, la música y sus videos se concebían como un todo conceptual que pudiera contar una historia larga. De los primeros ejemplos de este formato está el mismísimo rey, Elvis, con Love me Tender (1956), un western sencillo que era básicamente un promocional de la canción y tres temas más que fueron metidos a la fuerza en una película que tuvo tanto éxito que cuenta la leyenda que las personas no podían oír en el cine por los gritos de las chicas al escuchar al rey.
A hard day´s night (1964) y Submarino Amarillo (1968) son otros dos ejemplos de álbumes visuales donde la historia es apenas una excusa para colocar imágenes a canciones que se hicieran populares entre los jóvenes y los llevaran a comprar los discos físicos.
Poca debe ser la gente que no vio o escuchó hablar de The Wall (1982), la épica película de Alan Parker basada en el disco doble de Pink Floyd, uno de los ejemplos más exitosos del formato.
Actualmente muchos artistas han adoptado este medio para promocionar su música, pero también para dar mensajes relacionados a temas como género, raza, relaciones o salud mental. Lemonade de Beyoncé llevó estos temas al máximo con una inversión propia de millones y con videos que superaban expectativas y exponía pensamientos muy personales de la artista. Halsey lanzó la ambiciosa visualización de su disco If I can´t have love I want power en HBO Max el año pasado con un mensaje positivo para las mujeres y el amor propio, aunque estuvieran detrás de videos hiper complicados y casi góticos (algunos de ellos subidos de tono también en sexo y terror).
Y como estos hay docenas de experimentos visuales que rompen las reglas de un video clip y buscan transmitir diferentes mensajes a los fans, a mencionar algunos ejemplos disponibles en plataformas o en YouTube:
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Wolf Alice, Blue Weekend; INXS, Full Moon Dirty Hearts, the visual album (uno de mis favoritos); Ed Sheeran, Subtract; Travis Scott, Circus Maximus; Frank Ocean, Endless; Melanie Martinez, Cry Baby; Kanye West, In God´s Name o Runaway; Janet Jackson, Control; Metallica, Through the Never (la mejor forma de disfrutarlo es en pantalla grande); Fall Out Boy, The Young Blood Chronicles; Lana del Rey, Tropico; Tove Lo, Blue Lips o Fairy Dust; Janelle Monáe, Dirty Computer; Daft Punk, Interstella 5555 (ya un clásico manga); Juanes, Mis planes son amarte; Michael Jackson, Moonwalker o Dangerous, the videos, siendo este último mi primer recuerdo de un álbum visual que después de verlo una sola vez en una feria me llevo casi 5 años rastrearlo en una copia VHS que además tenía segmentos dirigidos por el gran David Lynch y en su momento era la única forma de ver Who is it?, un video clip que trataba de mostrar a Michael como un adicto al sexo y que estaba dirigido por el director de siete pecados capitales, David Fincher.
Y el álbum visual de J.Lo, ¿qué tal?
Jennifer desarrolló el disco como un antídoto para el acoso de los paparazi y una forma de expiar sus historias de amor fracasadas (tres divorcios y una leyenda “mágica” imposible que ella dice buscar). “Solo quiero ser feliz” dice vestida de novia mientras los signos zodiacales (divertido momento con invitados especiales) se preguntan qué busca tanto, en esta producción de 20 millones que financió ella misma y que a finales de febrero se verá acompañada por un documental que también hablará sobre la búsqueda del amor de la artista.
Los momentos íntimos y la honestidad que usa para hablar de sí misma se mezclan con enormes escenarios e historias fáciles de seguir en uno de los mejores álbumes visuales que se han hecho (tributo a Cantando Bajo la Lluvia incluido, bien ahí).
Que la Lopez pueda mostrarse humilde y hasta burlarse de cosas de su vida es un hermoso ejemplo de que con dinero o sin él todos tenemos las mismas ansiedades y necesidades humanas.
Texto: Cristian Callejas
Fotos: Internet