Ariel Vargas Mejía: ‘Tía Ñola presenta teatro de una forma más cercana
El actor y gestor cultural lleva adelante desde octubre de 2015 un espacio cultural alternativo en Santa Cruz de la Sierra: Snack Tía Ñola.
Su rostro se hizo más conocido gracias a su participación en la película Las malcogidas de Denisse Arancibia, aunque su trayectoria es amplia. Graduado en la primera promoción de la Escuela Nacional de Teatro de su ciudad natal, Santa Cruz, es el impulsor de uno de los espacios alternativos más importantes del país: Snack Tía Ñola, que combina gastronomía y teatro.
— ¿Cuál es el balance de Snack Tía Ñola en 2017?
— Fue un año difícil e inesperado. Comenzamos con muchas actividades: en marzo, el mes más movido, teníamos seis actividades a la semana, casi una por día. También estrenamos la obra producida por el espacio con Kike Gorena en un patio que adaptamos para un teatro al aire libre. Había muchos planes que tuvimos que cortar porque no nos renovaron el contrato del espacio y nos tuvimos que ir. Vinieron varios meses de incertidumbre porque no encontrábamos un lugar para volver, que nos permita tener el snack y el teatro y que esté dentro de nuestras posibilidades económicas. Cerramos casi cinco meses. Ahora hemos vuelto en la calle Sucre 532 y es un renacer, un reinventarse. Volvimos a activar la cartelera permanente y aunque no es fácil, lo hacemos contentos y con ganas de brindar una propuesta artística desde un espacio alternativo.
— ¿Cómo surgió el proyecto?
— Mi familia vende horneados típicos desde hace varios años, mucho antes de que exista Tía Ñola. Yo, como actor y gestor cultural, trabajé en varias ocasiones con espacios alternativos (boliches, parques). Conversando entre nosotros salió la idea de mezclar ambos oficios y alquilamos un local en el centro. No sabíamos cómo iba a funcionar, pero el resultado fue muy bueno, porque salió un espacio familiar que brinda actividades culturales, principalmente obras de teatro, de forma permanente, el público y los artistas se sumaron y la idea fue tomando cuerpo con los meses, fue un proceso de crecimiento constante porque el espacio se sostiene económicamente con el público. Ya sabíamos de forma más clara lo que estábamos buscando y aunque tardamos en volver y faltan muchas cosas por acondicionar, creemos que será un proceso más rápido por la experiencia adquirida en los dos años iniciales.
— ¿Qué lugar ocupa este espacio en la vida cultural cruceña?
— Me gusta creer que Snack Tía Ñola cubre una necesidad de la ciudad, un lugar que presenta teatro de una forma más cercana a la gente, que tiene un espacio para conversar (snack) y un momento para ver teatro (sala), creando un punto de encuentro entre amantes del teatro que de alguna manera sirva de refugio en una ciudad muchas veces hostil con el artista y su oficio.
Pero eso es lo que me gustaría creer, no siempre se logra. Ahora estamos planificando el año para tratar de volver a reactivar el espacio, lo bueno es que no somos el único espacio y cuando nos fuimos la actividad teatral no paró en la ciudad y eso también está muy bueno.
— ¿Cómo se proyecta este espacio a escala nacional, no solo cruceña?
— Una de las cosas más lindas que me pasó por el snack es la coordinación con artistas tanto nacionales como internacionales que llegaban a la ciudad en busca de espacios escénicos y nosotros los recibíamos y trabajamos con ellos desde nuestro espacio. Ahora que hemos regresando, está volviendo a pasar y eso es muy bonito e importante. Este fin de semana se presenta Marco Esqueche, un narrador afroperuano. El 20 de enero viene de La Paz Graciela Tamayo. Además estamos retomando con Casa Grito la posibilidad de retomar el intercambio que planteamos el año pasado y que estaba dando grandes frutos. La necesidad de ser un espacio articulador para el país, para nosotros es importante; somos conscientes de nuestras limitaciones y fortalezas.
— ¿Cómo ha influido el trabajo de gestor cultural en su trabajo artístico personal?
— He sido más tiempo actor que gestor cultural y desde que hago gestión me doy cuenta de que más que actores ahora nos faltan gestores, muchos trabajos no llegan a tener 10 funciones al año y yo creo que eso es un problema. Gran parte de mi trabajo hoy está concentrado en tratar de llegar a un abanico más grande de personas. Muchas veces como actores, cuando presentamos una obra, hacemos pocas temporadas que no llegan más allá de nuestro círculo cercano de amigos, familiares y otros teatristas, pero como gestor el reto es que esos círculos crezcan y lleguemos a esa gente que podría estar esperando nuestro trabajo. La gestión cultural es la pieza que nos permitirá articular y acercar el trabajo de los artistas al público. Eso deseo y eso tratamos de hacer desde el espacio.
— ¿Qué se podrá en Snack Tía Ñola durante este año?
— Estamos armando la agenda, pero seguro tendremos en el Día del Teatro los Premios Ñolitas, evento que tiene la excusa de reunir a los actores para celebrar de una forma divertida. Estamos coordinando con los grupos locales, pero eso depende del acondicionamiento de la sala que ahora tiene capacidad para 40 personas aunque que se va ampliando para recibir a 70. Eso permitirá pensar en otro tipo de obras, porque ahora es más adecuada para monólogos u obras con pocos actores. Lo que siempre tratamos de tener es una programación variada que tome en cuenta tanto a grupos con trayectoria como a grupos jóvenes, obras infantiles y obras de otras ciudades.
Pérfil:
Nombre: Ariel Vargas Mejía
Profesión: Actor y director del espacio escénico Snack Tía Ñola
El artista cruceño se formó en la Escuela Nacional de Teatro, de la que se graduó en su primera promoción. En octubre de 2015, junto con su familia, abrió Snack Tía Ñola. Por cambio de inmueble tuvo que cerrar por cinco meses y ahora atiende en la calle Sucre 532 de la capital oriental.