La BBB y Robertito
‘Ay, Robertito Echazú, padre y madre del camino, dime con toda tu luz...’
La Biblioteca del Bicentenario de Bolivia (BBB) nos convocó a siete músicos para musicalizar los versos del poeta tarijeño Roberto Echazú. Fue una alegría el desafío. A inicios de abril, la BBB me obsequió una edición linda de la Obra Completa del vate chapaco que contiene 16 libros, con anexos luminosos y una nota introductoria atrayente de la poeta Vilma Tapia Anaya.
Entonces vino lo interesante para mí, nunca había musicalizado poemas de nadies, empecé a leer la obra compulsivamente, en un vuelo de BoA sentí que los poemas de “Camino y cal” (1997) me escogían, me llamaban desde sus trenzas del olvido, chiflaban nostalgias, me vichaban desde sus versos que además eran estróficos, pues mi poco talento no pudo detectar lo que supo Ricardo Cox: encontrar estructura de canción popular a poemas experimentales, truncados, libres, cortos y otros laaargos como un espinazo o precipicio tarijeño. Richi tenía una gran ventaja, había compartido años intensos de admiración diaria por la belleza junto al gran Robertito, que ahora lo siento mi amigo. Cox musicalizó un poema del vate sobre Néstor Paz Zamora que se volvió zamba florecida y un tríptico guerrillero cantado en coplas como lo haría el Moto Méndez, gran líder libertario. Muy hermosas las musicalizaciones de Ricardo.
Decía que los poemas me escogieron, pero andaba tan chipado en conciertos, programa de tele y demás vainas, que los fui incorporando a mi musicalidad poco a poco mediante melodías chapacas que nacieron del recuerdo. Una noche de insomnio lúcido germinó la idea de hacer un diálogo con el poeta. “Ay, Robertito Echazú, padre y madre del camino, dime con toda tu luz/ de qué está hecho el olvido…”. Y dice el poeta: “No soy más tierra que el barro /No soy más fruta que el árbol/ no soy más vida que olvido/ juntos somos…”. Salió bien.
Ya en Tarija, la plaza central estaba repleta. Entonces llegó el trovador y antropólogo cochabambino Chelo Arias, del grupo Quimbando, y emprendió con “Estos árboles” de una manera tan musical que daba ganas de volar. Luego Vero Pérez, llenita de luz, expresó con su voz privilegiada los versos que hicieron tropezar de emoción a mi corazón de anticucho. Ale Lanza, ella toda, floreció en sus vestidos de tierra inteligente, floreció en su voz y su charango, floreció en “Florecer”. Sobre Nicolás Uxusiri debo decir que es puro talento etestico, como lo es el cantautor Dante Domínguez, que colaboró intensamente en “Los techos de casas”; en realidad, el artista chuquisaqueño José Carlo Auza es ambos, además de ser el gran pintor que ganó el último Salón Pedro Domingo Murillo: a semejante talento múltiple deberíamos los bolivianos cuidar más. Alejandro Apodaca llegó desde Santa Cruz musicalizando con talento hacia el hip hop de buen gusto el poema “Muéstrame”. Decir, además, que la grabación con Álvaro Montenegro de “Camino y cal” fue un reencuentro grato, lleno de chispas y emoción.
Quiero referirme ahora a la cabeza de la BBB, un joven que una noche tocó el timbre de mi depto en Quito. Era un tipo diferente, con sonrisa de nostalgias, un ser intercultural; soy Amaru Villanueva, dijo, Director del CIS. Era amigo de mi amigo Alfonso, hijo de Adrián Villanueva, destacado quenista boliviano con quien habíamos hecho una tournée por UK. Yo estaba por sacar a mi perro el Poeta al Parque de la Carolina, el atardecer caía rojo, caminamos y conversamos como si nos conociéramos de aantes, su sensibilidad era honesta, sus dudas engrandecían, fundamos una natural amistad. Luego supe qué cosita era el CIS (Centro de Investigaciones Sociales de la Vicepresidencia) y supe que Amaru cursó estudios de Política, Filosofía y Economía en la Universidad de Oxford, Inglaterra; completó una maestría en Sociología del Internet en el Oxford Internet Institute (OII). Este notable joven boliviano trabajó durante tres años en las áreas de innovación y estrategia en telecomunicaciones e internet en Londres, Inglaterra, y Silicon Valley, Estados Unidos. Amaru es investigador, docente universitario y periodista internacional, todo un personaje académico dueño del tiempo, de gran sensibilidad y aguda inteligencia. Su amistad me honra, es otro ser que los bolivianos deberíamos cuidar más. Estimo que él es el que ha parido la idea de mezclar las artes con la BBB, pues sabemos que el teatro boliviano interpretará libros nuevos y las imágenes en movimiento también harán lo suyo.
Por último, opinar con toda humildad antiacadémica que la BBB es un gran proyecto editorial, fecunda la publicación de 200 libros magistrales en busca de la bolivianidad, siendo en la rama de historias y geografías 69 textos, en letras y artes 72, en sociedades 49 y en diccionarios y compendios 10, mediante una coordinación general colectiva de personalidades como Víctor Orduna, Wilmer Urrelo, Lucía Velasco, entre los más conocidos por mí, y un consejo editorial al estilo teleférico, que integra, incluye, buscando calidad y que está conformado por Alba Paz Soldán, Ximena Soruco, Godofredo Sandóval, Luisa Soux, Mauricio Souza y Fernando Mayorga, un dream team que gestiona las publicaciones, las cuales hasta 2025 serán doscientas y hoy llegan a una docena. Libros de alta eficacia, buena impresión, buen tamaño de letra, ediciones que perdurarán por haber sido escogidas de manera inter disciplinaria/ideológica/cultural. Subrayar además la figura y talento del principal DT del proyecto, el vicepresidente Álvaro García Linera, que —digan lo que digan sus detractores— es uno de los más relevantes pensadores sociales de Latinoamérica. Bien, che, esta BBB, con sus libros buenos, bonitos y baratos. Pa ques decir.
El papirri: personaje de la Pérez, también es Manuel Monroy Chazarreta