Casa de la Libertad, la cuna de Bolivia
Rumbo al bicentenario del país, el repositorio resguarda joyas que atestiguan los hitos de la independencia nacional
Es el espacio que resguarda el documento original que certifica la creación de Bolivia: el Acta de la Independencia. Además tiene el mejor retrato de Simón Bolívar, creado a principios del siglo XIX por José Gil de Castro, uno de los mejores pintores hispanoamericanos de la época. En su momento, el mismo Libertador indicó: “Retrato mío hecho en Lima, con la más grande exactitud y semejanza”. La Casa de la Libertad es un repositorio nacional, dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB), que desarrolla actividades de interacción a través de la atención a visitantes presenciales y virtuales para difundir el patrimonio histórico cultural. Es el custodio del patrimonio de los bolivianos, así como de su conservación y preservación, explica el director de este espacio, Mario Linares Urioste.
El edificio que alberga a la Casa de la Libertad —ubicado en la plaza 25 de Mayo, en pleno centro de la capital del país, Sucre— data de la colonia. Su construcción fue encargada por la Compañía de Jesús a principios del siglo XVII para el funcionamiento de la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier.
Al principio funcionó como Capilla Doméstica de los jesuitas y Sala Mayor o Aula Magna de la Universidad San Francisco Xavier, fundada en 1624. Ahí se graduaron de doctores en ambos derechos y Teología los principales protagonistas de las revoluciones independentistas de Chuquisaca, La Paz y Quito, registradas en 1809, y de Buenos Aires, en 1810. “La mitad de los diputados que suscribieron el Acta de la Independencia de las Provincias Unidas de Río de la Plata, en Tucumán en 1816, se habían graduado en dicha Sala Mayor, al igual que 30 de los 48 firmantes del Acta de la Independencia del Alto Perú, hoy Bolivia”, apunta Linares.
Esas paredes albergaron a la Asamblea Deliberante que, formada por representantes de las cinco provincias de Charcas y presididos por el doctor José Mariano Serrano, proclamó la creación de la República de Bolívar el 6 de agosto de 1825, que luego se denominaría Bolivia. Desde entonces y hasta 1898, en esta sala se reunió el Congreso boliviano. Allí se sancionaron las leyes fundamentales del país.
Debido a su relevancia histórico-arquitectónica y al simbolismo cívico que ostenta, mediante el Decreto Supremo 5918 del 4 de diciembre de 1961, el edificio fue nombrado como Primer Monumento Nacional de Bolivia.
“Es uno de los edificios más antiguos de la ciudad. Su construcción se remonta a principios del siglo XVII. Posee las características de la arquitectura virreinal que se han conservado a través del tiempo”, apunta el director del repositorio.
La Casa de la Libertad comprende un amplio claustro rodeado de galerías de una sola planta bajo cubiertas que se apoyan en columnas de piedra. Un gran portón de cedro nativo, tachonado de clavos de bronce además de dos grandes aldabones, se abre a la Plaza Mayor.
Al fondo del claustro, frente al zaguán abovedado y con idéntico portón, está el denominado Salón de la Independencia. La imponente belleza arquitectónica resguarda también importantes tesoros: además del Acta de la Independencia y del retrato de Bolívar pintado por José Gil de Castro, Se tiene la espada que el Mariscal Antonio José de Sucre blandió en los campos de Ayacucho (9 de diciembre de 1824), en una victoria que selló la independencia hispanoamericana.
También está la espada que José Ballivián empuñó en los campos de Ingavi, donde logró una victoria que consolidó la independencia y soberanía de Bolivia (18 de noviembre de 1841).
Justamente, un retrato de José Ballivián, realizado por Antonio Villavicencio, artista chuquisaqueño que se formó en la escuelas de París a principios del siglo XIX, forma parte de la colección que incluye la primera bandera de los patriotas del Río de la Plata, que fue traída a nuestro territorio por el general Belgrano.
También se preserva la bandera boliviana que flameó por última vez en el puerto de Antofagasta, que fue recuperada por la niña Genoveva Ríos en plena invasión chilena, el 14 de febrero de 1879.
Y en relación a las piezas de arte, está la colección de arte virreinal denominada Princesa de la Glorieta. En gran parte está formada por obras de artistas indígenas y posee una gran variedad de objetos de gran valor artístico e histórico.
LA GRÁFICA
Superar los desafíos
La pandemia del COVID-19 también afectó y cambió las dinámicas de la Casa de la Libertad. “Provocó una baja importantísima en la interacción con visitantes al museo, registrándose una disminución del 80%. De igual manera, las diferentes actividades cívico-culturales que se desarrollaban en el repositorio bajaron en un casi 90%. Sin embargo, en contrapartida, la virtualización del museo nos permitió duplicar, de cerca de 5.000 personas en marzo de 2020 a casi 10.000 personas en julio de 2021, el número de visitantes que siguen y aprecian los contenidos digitales que constantemente difunde el museo a través de sus redes sociales”, explica el director.
Institución en movimiento
El principal objetivo del repositorio nacional es desarrollar actividades de interacción con los visitantes presenciales y virtuales para difundir el patrimonio histórico cultural nacional. Además hace actividades educativas con estudiantes del municipio de Sucre a través del programa Aulas Abiertas. También se traslada a unidades educativas de comunidades y municipios a lo largo y ancho del territorio nacional, con el programa denominado Casa de la Libertad junto a su pueblo.
Finalmente, la institución desarrolla procesos de producción, promoción y participación en torno a las culturas vivas y expresiones artísticas a través de actividades cívicas y culturales con diversos artistas y gestores culturales. Promueve también encuentros interculturales gracias al programa de investigación con pueblos y naciones indígenas del Estado Plurinacional, que se traducen en nuevas museografías, publicaciones y documentales audiovisuales. Si bien el espacio está dedicado a los inicios de Bolivia como país, es un espacio dinámico en el que se ofrecen herramientas para entender de mejor manera los diferentes procesos que atraviesa el país en su existencia.
“Casa de la Libertad cobija al edificio patrimonial, bienes museísticos, bienes documentales y archivísticos, haciendo de este repositorio un espacio para mantener viva la memoria de nuestra historia. A pesar de la crisis sanitaria, el museo ha permanecido activo, tanto en las actividades presenciales como virtuales. Lo seguirá haciendo pues, como templo cívico de la bolivianidad y referente histórico de la nación, dará cumplimiento al mandato supremo de custodiar, preservar, rescatar y difundir el patrimonio histórico cultural del Estado boliviano para beneficio de la sociedad en su conjunto, a quien se debe”, resalta Linares.
Por ello, tras la ampliación de la infraestructura del repositorio, el principal proyecto en desarrollo es la nueva museografía que será implementada en la presente gestión. “Con ello, la capacidad de CDL se incrementa de 10 a 16 salas permanentes, nuevos espacios que permitirán enriquecer la narrativa de la visita, incorporando episodios fundamentales de la historia boliviana que anteriormente, por razones de espacio, no alcanzaban a ser museografiados más que en exposiciones temporales”, agrega.
Además, el museo continuará ejecutando sus programas de extensión: Investigaciones conjuntas con Pueblos y Naciones Indígenas del Estado Plurinacional, la Casa junto a su Pueblo y Aulas Abiertas.
Y finalmente, gracias al apoyo de la FCBCB, “la institución se ratifica en su compromiso de constituirse en un espacio de diálogo y encuentro entre todos los bolivianos y bolivianas. En esa medida, miramos con esperanzas el futuro próximo, preparar la Casa de la Libertad como epicentro de las celebraciones del bicentenario de la fundación de la Patria, en 2025”. Es así que la cuna de este país, que nació el 6 de agosto de 1825, celebrará estos 200 años por todo lo alto.