Un encuentro de sonidos y silencios
Imagen: Museo Nacional de Etnografía y Folklore
La fiesta de los sonidos
Imagen: Museo Nacional de Etnografía y Folklore
La Reunión Anual de Etnología, organizada por el Musef, se concentrará del 21 al 25 de agosto en explorar los ‘Sonidos, músicas y espacios’
Desde 1987, la Reunión Anual de Etnología (RAE) —organizada por el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB)— se ha convertido en el evento más importante para las ciencias sociales y humanas en nuestro país, alcanzado escalas internacionales. En 37 años la RAE ha tocado diferentes temáticas y ha congregado a miles de investigadores, convirtiéndose en un semillero importante para la academia boliviana.
En la última década, el giro epistemológico que dio la RAE permitió que la puerta se abra a otras disciplinas y personas, no necesariamente académicos. Así, y de forma grata, se comenzó a dar espacio a poblaciones indígenas, comunidades locales y a la sociedad en general para que presenten sus trabajos y propuestas. Este enfoque hizo de la RAE un espacio importante para la convergencia de ideas, conocimientos y pensamientos sobre temas puntuales, por ejemplo, el tejido, la cerámica, las plumas, las vestimentas, la crianza mutua o la oralitura.
De esta forma, para la presente gestión, la RAE se enmarcará en las sonoridades bajo el título Sonidos, músicas y espacios. Este planteamiento nos propone analizar cómo los sonidos (y también los silencios), nos relacionan con otros seres, otros espacios y otros tiempos. Este evento se llevará a cabo del 21 al 25 de agosto en La Paz en instalaciones del Musef y se contará con diferentes actividades.
Para tener un debate amplio y bajo diferentes miradas se han propuesto cinco mesas. La primera hablará sobre los sonidos que emite la naturaleza; una segunda acerca de los sonidos que emitimos los seres humanos para tener contacto con otros seres y la tercera tratará de hacer un viaje a los sonidos del pasado, aquellos que están ausentes o fueron silenciados; la cuarta reflexionará sobre los sonidos en la actualidad, su manejo, impacto y consecuencias. Por último, habrá una mesa abierta a trabajos que no necesariamente se contemplan en las otras cuatro. Así, la RAE tendrá más de 130 ponencias y tres ponencias magistrales, que aglutinarán a más de 200 personas que presentarán sus trabajos de investigación.
Sin embargo, no solamente será una reunión para escuchar ponencias. Se ha visto necesario, por la temática propuesta, realizar un encuentro musical que hemos denominado Diálogo de sonoridades. Durante todas las noches contaremos con diferentes comunidades y agrupaciones que nos deleitarán con sus expresiones musicales. Estos conciertos reunirán a diferentes regiones de nuestro país: el Altiplano, los Valles Interandinos, la Amazonía y el Chaco. Con ello, la RAE plantea dar a conocer estos sonidos silenciados a la población urbana de la ciudad de La Paz y comprender así un poco más sobre lo que estos sonidos transmiten.
Esta actividad se reforzará con la presentación de un catálogo y la inauguración de la exposición Samanan Qamasap Ist’añani. Sonoridades vivas y espacios musicales. Esta muestra tiene por objeto dar a conocer los bienes culturales arqueológicos, coloniales y etnográficos que se relacionan con los sonidos. El catálogo, además de la sección específica donde se muestran los objetos, cuenta con 17 artículos inéditos sobre investigaciones en diferentes regiones del país. Cabe anotar que la mayoría de ellos fueron realizados en coautoría con las poblaciones locales. En lo que respecta a la exposición, la misma tendrá tres salas de exhibición novedosas en cuanto a su planteamiento. Por ejemplo, es importante mencionar la creación de esculturas y un mural elaborados gracias al apoyo de las carreras de Artes Plásticas de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) y la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
La propuesta que tiene el Musef para esa semana es amplia y variada, tratando de acercar a todo el público a conocer un poco más sobre los sonidos y todo lo que ellos generan en nuestro cotidiano.
12 comunidades originarias en conciertos gratuitos
Una docena de comunidades originarias integrarán el escenario Diálogo de Sonoridades donde se tejerán lazos desde los sonidos, visibilizando la riqueza musical y performática de lo autóctono. Todos los días, del 21 al 25 de agosto y a partir de las 20.00, el Patio Siglo XVIII del Musef La Paz (Ingavi esquina Jenaro Sanjinés) recibirá de forma gratuita a todos los interesados.
Lunes 21
Casimiro Canchi – Músico t’siman de la comunidad Marac’Tunsi – Beni
Casimiro Canchi es un habitante fundador de la comunidad Tsimane de Maraca’tunsi (Naranjal), ubicada en el corazón del denominado Bosque de T’simanes en el Territorio Indígena Multiétnico (TIM), en Beni. Ha sido partícipe activo de la elaboración del estatuto autonómico del territorio.
Dentro de la comunidad, además de ser músico y amenizar las festividades, posee el don de entender y curar las enfermedades que suelen causar los dueños del bosque a sus parientes (chatdÿes) t’simanes, para lo cual utiliza tabaco y millo como sus ingredientes rituales. Las melodías y cantos en lengua t’simane que interpreta las heredó de sus padres y abuelos, principalmente están dedicadas a los animales.
Martes 22
Wititis de San Martín de Iquiaca – La Paz
El Wititi actualmente se practica en el cantón San Martín de Iquiaca, del municipio de Patacamaya, provincia Aroma (La Paz) y se constituye en una forma de ritualidad expresada en la danza y música. Tres pares de personajes la conforman: k’usillu-wititi, “Señorita”, likus o músicos y los k’usillu-wititi.
Se baila durante la festividad de la Virgen de Concepción, celebrada por tres días desde el 8 de diciembre. Para esta fecha se reúnen las comunidades del cantón en la iglesia de San Martín, ubicada a los pies del cerro Ikiak Qullu. Además de la misa y la presencia de los prestes, se celebra un antiguo ritual andino donde los wititi y señoritas, a través de la danza, hacen ruegos y oraciones pidiendo la lluvia necesaria para el adecuado rendimiento de la producción agrícola del sector. En la gestión 2015, mediante la Ley Nro. 752, fue declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de Bolivia.
Waka Tinki de Umala – La Paz
La ritualidad de la danza autóctona del Waka Tinki/Tinti está ligada con el sincretismo religioso y cultural y el pronóstico de la época de siembra de la papa. Los músicos tocadores de pinquillos y wankaras son acompañados por personajes que interpretan la danza: las yuntas de toros, los negros (capataces), el yapuchiri (sembrador), ch’uxña (hombres con tocados de plumas) y el baile de las lichiras (mujeres). Al igual que otras danzas de la familia waka (waka waka, waka thuquri e incluso waka tinti), ampliamente difundidas en el altiplano aymara, se presume que estaban relacionadas al proceso de introducción del ganado vacuno durante la colonia y el uso de yuntas en el proceso de la siembra. En torno a ello se generan las figuras de capataces con capas, sables y pelucas. Sin embargo, el waka tinti tiene la figura ritual de los achachis y awilas, abuelos y abuelas que realizan el conteo de variedades de papa y pronostican si habrá juyphi o helada para el año de siembra.
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Violines de Tacuara – Instituto de Formación Artística Coro y Orquesta de Urubichá, Guarayos – Santa Cruz
Los violines de tacuara, conocidos en Ascensión y Urubichá como yata miöri, están construidos de una sola pieza. El sonido particular que este instrumento producce al no contar con “alma” o poste sonoro, acompaña la vida de los Guarayos desde la primera infancia, como comenta Salomón Cara, maestro luthier que elabora aún estos instrumentos que surgieron de la rebeldía frente a la colonia que impedía que los nativos tocaran el violín.
En el escenario Diálogo de Sonoridades estará el Instituto de Formación Artística Coro y Orquesta de Urubichá y la participación especial del maestro Salomón.
Miércoles 23
La danza de las Tijeras – Ayacucho, Perú
Esta danza ritual, que reviste la forma de una competición, se baila durante la estación seca del año y su ejecución coincide con fases importantes del calendario agrícola. La danza de las tijeras debe su nombre a las dos hojas de metal pulimentado, parecidas a las de las tijeras, que los bailarines blanden en su diestra. La danza se ejecuta en cuadrillas y cada una de ellas —formada por un bailarín, un arpista y un violinista— representa a una comunidad o un pueblo determinado. Ese duelo entre los bailarines —atipanakuy, en quechua— puede durar hasta 10 horas, y los criterios para determinar quién es el vencedor son la capacidad física de los ejecutantes, la calidad de los instrumentos y la competencia de los músicos que acompañan la danza.
Liberia de Potolo – Chuquisaca
El origen de la danza Liberia en la comunidad Potolo, en Chuquisaca, según versiones halladas en documentos, se remite a la colonia, pero los comunarios señalan que los abuelos afirmaban que la danza volvió a aparecer en la época de la guerra del Chaco. Originalmente se bailaba para la Fiesta del Señor de Santiago.
Entre los personajes destaca el de la mariposa, que se caracteriza por las pesadas alas hechas de metal, adornado por láminas y cintas de colores. Le el Machu Machu, con vestimenta de Potolo, una máscara de chivo disecada y un lazo, y el cajero, que da el ritmo a los danzarines tocando quenilla y caja.
La danza Liberia está próxima a desaparecer, según los testimonios locales, a causa de la migración y el poco interés de las nuevas generaciones por reproducir esta tradición.
Jueves 24
El jerure – Coro musical de San Ignacio de Moxos – Beni
El jerure es una danza de San Ignacio de Moxos de origen pre-jesuítico, la que posteriormente se modificó con la incorporación de instrumentos de origen europeo. “Jerure” en idioma originario moxeño ignaciano significa “Oración”, tiene un contenido profundo en la cosmovisión mojeña. Es un ritual sagrado que se ejecuta dos veces al año, en Navidad y en la fiesta patronal Ichapekene Piesta. El paseo ritual se ejecuta a las 04.00 del 30 de julio de cada año, la víspera de la fiesta y sale acompañando de Santo Ignacio de Loyola, patrono del pueblo, que recorre las cuatro esquinas de la plaza principal o “los cuatro rumbos” o “cuatro vientos del mundo”. En cada esquina se detienen a orar plegarias de hace 300 años y ejecutan la música ritual que reestablece anualmente la armonía del universo y la relación entre Dios-Pueblo.
Entre los instrumentos que utilizan están los bajones, specie de trompetas de hoja de palma cusi con boquillas de madera similares a la forma de una zampoña de gran tamaño, pueden medir hasta 1.5 m. También hay flautas de caña tradicional (sivívire), los violines y clarinetes europeos, además de redoblante (tambor) y sancuti (bombo).
Jueves 24
Arete Guazu – Chepombiri y comunidad Santa Rosa – Huacaya y Macharetí – Chaco chuquisaqueño
Traducido del guaraní al español como fiesta grande o Kandaváre, palabra guaranizada de la palabra Carnaval, es una fiesta del pueblo Guaraní Occidental de Paraguay, Bolivia y Argentina. En esta ocasión la música estará interpretada por el Grupo Chepombiri de la comunidad Isipotindi (Macharetí), donde se destacan esfuerzos por conservar el idioma guaraní, la música y el baile autóctono. La fiesta del Arete Guasu en Isipotindi recupera prácticas culturales alrededor del maíz, el ganado, la chicha y las flores amarillas, aspecto que se produce solamente en dos de las 15 comunidades que son parte de la TCO Macharetí.
Por su parte, la comunidad de Santa Rosa pertenece a la Capitanía Zonal de Santa Rosa (Huacaya). La misma se encuentra en conversión a la autonomía. En la comunidad, durante el Carnaval, se desarrolla la danza del Tigre y el Toro que representa el encuentro de dos culturas, el mundo guaraní y el mundo de los españoles. Además, aparecen personajes que recuerdan a los antepasados y que dinamizan la fiesta. Tres danzantes de esta comunidad, junto a tres tejedoras de textil guaraní, realizarán una coreografía de movimientos para acompañar la música de Isipotindi.
Sikuris de Taypi Ayca, Italaque – Mocomoco – La Paz
Los sikuris de Taypi Ayca – Italaque llevan consigo un legado ancestral profundamente arraigado al significado guerrero de este estilo musical, pero también a la activa participación estatal que tuvieron desde el tiempo de la República, cuando llegaban a la ciudad para celebrar el cumpleaños del presidente Isidoro Belzu hasta la Guerra del Chaco, la Revolución de 1952 e incluso durante las dictaduras.
El territorio donde se encuentra la provincia Camacho se caracteriza por interpretar el sikuri desde tiempos precoloniales en distintas comunidades que pertenecieron al gran territorio de Italaque. Esta música se ejecuta en tiempo seco entre mayo, junio y julio para asegurar la bonanza de la producción en esta región, aunque debido a la profesionalización musical de los Sikuri de Taypi Ayca, también suele ejecutarse durante todo el año.
Viernes 25
J’acha tata danzanti de Achacachi – La Paz
El Jach’a tanta danzanti ,también llamada Wiracucha o Ñitu (o niñito), es central en esta danza. Está acompañada por dos diablicos, nietos o soldaditos u baila adaptándose al ritmo de los awilas, músicos que tocan pinkillus y huancaras o tambores. Antes de la fiesta, la persona elegida para interpretar al danzanti es alimentada con manjares y pasa la noche con una mujer virgen. Después baila tres días sin detenerse hasta morir por agotamiento. Así el danzanti ofrece su vida para evitar plagas y sequías en la transición entre la cosecha y la siembra. Actualmente se interpreta para la Fiesta de San Pedro.
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J’acha tata danzante de Umala – La Paz
El Jach’a tata danzante es un baile ancestral que se interpretaba en el pueblo de Umala durante la celebración de la festividad de Corpus Christi, según las referencias de los comunarios, era aún interpretada hasta mediados del siglo XX (1950, aproximadamente).
Según la historia oral de la comunidad Maca Pueblo de Umala, bailar el danzante era un sacrificio para el bienestar de la comunidad, estuvo asociada también con la muerte. El vestuario del danzante, al igual que su enorme máscara pesada hecha de yeso, eran guardados o enterrados en un lugar especial, ya sea en el convento o en el antiguo teatro. Antes de la fiesta, el vestuario era sacado con costumbres y rituales realizadas por el yatiri de la misma comunidad, pidiendo la licencia respectiva y luego se vestía al danzante. Después de la fiesta nuevamente el vestuario era enterrado o guardado en el mismo lugar. Había escultores umaleños como, los Ulloas, que hacían la máscara con tres caras, la máscara era sagrada, tenía forma de víbora y sapos, peluca y en la parte superior una corona hecha de plata, adornada encima con plumas de avestruz.
Jula Julas de la comunidad central Qaqachaka – Oruro
Las jula julas forman parte las músicas rituales de invierno de la región Qaraqara Charkas. Se interpretan para llamar al viento y fortalecer el ajayu de las semillas. Los instrumentos protagonistas son las julas,y la danza imita el serpenteo del viento. Representando a este territorio, estarán en el escenario las jula julas del ayllu Qallapa de la comunidad Central Qaqachaka, provincia Abaroa, del departamento de Oruro. La música de los jula-julas es vigorosa y de esencia guerrera; su ritmo es de marcha de una especial solemnidad. En esta oportunidad estará interpretada por más de 30 personas entre músicos y banderas que acompañarán la interpretación.
Texto: Salvador Arano Romero
Fotos: Museo Nacional de Etnografía y Folklore