Interventores o veedores
Que la FIFA y la Conmebol le vayan a hacer creer a su abuela —al final son de la misma familia— que leyeron y analizaron las 849 fojas —según su propio recuento— de los documentos que llegaron hasta sus correos sobre el proceso electoral en la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), lo que supuestamente les llevó a convencerse de que hubo “irregularidades” y, por ello, decidieron intervenir las elecciones ordenando postergar las mismas.
Lo que en realidad pasó fue que alguien con “muñeca” fue a hablarle al oído a Jair Bertoni, director de Desarrollo para América de la FIFA, para chismearle lo que le convenía hasta convencerlo para que pusiera un freno, a ver si de esa manera resucitaba el candidato perdedor.
Bertoni, el mismo que se parcializó desde un comienzo avalando que un candidato no podía ser inhabilitado incluso si sus cuatro acompañantes no cumplían los requisitos, llegará mañana al país encabezando una comisión que en realidad es el lobo vestido de oveja, porque eso están haciendo la FIFA y la Conmebol: son interventores, pero se hacen llamar veedores.
En dos días en Santa Cruz (¿no que la sede oficial de la FBF está en Cochabamba?) esa comitiva se reunirá con el Comité Ejecutivo de la FBF, los candidatos y las comisiones para escuchar de cada uno su versión y luego emitir una conclusión que deberá ser cumplida.
No hace falta esperar tanto show para suponer que, lo que en realidad va a ocurrir, es que FIFA y Conmebol le ordenarán al fútbol boliviano comenzar el proceso de nuevo, así le darán una segunda oportunidad a sus amigos, a ver si pueden tomar la silla presidencial.
Lo que son las cosas: hasta no hace mucho, la misma gente encumbrada en la FBF que protestaba contra la FIFA por haberle quitado puntos a la selección nacional en las eliminatorias por el “caso Cabrera”, y por ello la demandó incluso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), hoy aplaude su intervención en las elecciones. Es decir, hay más lobos vestidos de ovejas.