Litto NEBBIA: 50 años de obra artística
El ‘cara conocida’ le rinde tributo a uno de los precursores del rock argentino y recuerda su estadía en suelo boliviano.
Ahora que lo pienso más fue un honor haber vivido en la casa de Litto Nebbia tres semanas y compartir con el padre del rock argentino momentos intensos. Aquella estadía parió el CD “Tributo a Andrés Chazarreta” (mi abuelo materno), buen disco, que aporta al catálogo de Melopea, el sello de Litto que contiene 600 títulos patrimoniales. Y de yapa me animé a producir el CD “Cara Conocida” (2002), que merece un cuentito aparte.
La obra de Litto Nebbia es múltiple y genera un caudal sonoro que va más allá del cliché de ser el autor de grandes hits como La balsa, Viento dile a la lluvia, Chica del paraguas, Solo se trata de vivir. Nebbia (1948) es hijo único de una pareja musical rosarina con grandes limitaciones económicas, sin embargo recibe una herencia sólida basada en dos pilares: la filosofía musical y la disciplina estética.
El padre le deja el legado de la doctrina profunda de ser original y no un imitador más. La madre —talentosa pianista— la heredad del amor al arte que a su vez abre la pasión por la investigación y la tozudez del autodidacta. Estas columnas edificaron un Litto Nebbia que en la adolescencia y con una madurez inusual se anima a crear canciones de rock en español, canciones diferentes, con acordes “raros”(armonía alterada). Líder de la banda Los Gatos Salvajes (1965) que luego se consolida en Los Gatos (‘67-‘70), no le fue fácil defender la nueva propuesta.
El Buenos Aires de la década del 60 despreciaba a aquellos provincianos medio locos y barbudos y hasta los declaraban mersas (de mal gusto, marginales) por animarse a cantar rock en español. Es increíble imaginar aquel Litto de pensiones pobres componiendo a los 19 años en un baño popular “La balsa” junto al célebre Tanguito, que encerrados en un inodoro, crean el primer hit del rock argentino.
Pero Nebbia no se marginaliza: el amor y cuidado a su madre Martha lo mantienen siempre en lucidez extrema. La década del ‘70 consolida a un Nebbia solista siempre en búsqueda y propuesta, ahondando el riesgo y la mirada intercultural tan poco usual en los rockeros de la época.
Es que, Nebbia siempre estuvo cerca del jazz, como lenguaje y como sistema compositivo intercultural. Siempre con la cabeza y el corazón abiertos, integra en sus propuestas sonoras a músicos supuestamente antagónicos, incluyendo a los del folklore argentino.
Luego del exilio mexicano (78-84) decide crear un sello discográfico (Melopea) con un estudio propio (estudios del Nuevo Mundo), donde aplica aquella filosofía de la creación compleja. Este catálogo cumplirá pronto 30 años y consta de joyas musicales, como los últimos cinco discos del “Polaco” Goyeneche, los últimos discos del gran Enrique Cadícamo, los únicos discos del “Cuchi” Leguizamón, la obra completa e histórica de Leda Valladares, los álbumes jazzeros del cubano Rubalcaba y del “Mono” Villegas, entre otros.
Melopea es patrimonio sonoro argentino por la tozudez y la búsqueda estética de Nebbia, además registra más de 1.000 canciones de su autoría en formatos diferentes. Yo fui testigo de momentos dramáticos, llegué en el periodo más jodido del corralito donde Melopea estaba a punto de cerrar las puertas, pero la valentía y la claridad etestica (ética y estética en bucle) de Nebbia lograron dar continuidad y vida a esta obra colosal.
Poniendo un poco de llajua a este escrito, recuerdo que en su paso por Bolivia decide aceptar la demanda de su entrañable esposa Ale para ir a conocer el lago Titicaca. Acompaño a la pareja, advirtiendo antes que era febrero y llovía mucho. Llegamos al lago en dos horas, tomamos una lanchita a motor navegando 20 minutos hacia una isla, en medio de un diluvio universal, que hacía tambalear la barca.
Litto se moría de nervios, aferrado al borde puteaba y temblaba de frío. Al llegar a la isla, nos refugiamos en una casa que vendía artesanías y chompas para gringos. Mientras Ale compra cositas, Litto mira el horizonte con el lago eterno en tormenta gris, seguramente piensa en los 20 minutos de retorno dentro de la barcaza tembleque, entonces se acerca a un hermano aymara y le pregunta: ¿hasta cuándo dura la lluvia? El aymara le responde: más o menos hasta abril… El tano se agarraba la cabeza.
Hoy, Litto Nebbia, con 67 años, siempre actual y desafiante, lanza a la vida un CD doble denominado 50 años de rock argentino, que contiene 50 canciones de su autoría en nuevas versiones junto a su banda intercultural. Nuestro respeto y homenaje a este artista que con plena consciencia y con enorme dignidad estuvo fuera de los intereses mezquinos del mercado y respondió a los envidiosos y detractores con obras y creaciones.