Tarot, 22 nuevos arcanos bolivianos
El proyecto se gestó en el marco de la Bienal del Cartel BiCeBé y la intervención de la CAF en Bolivia
En el siglo XVIII, la reputación de los maestros marselleses en cartas —considerados los mejores en su diseño y su lectura— encontró su cúspide con el Tarot de Marsella, que se compone, desde entonces, por el grupo de arcanos menores y el de arcanos mayores. Ambos forman un juego de 78 cartas. De esta baraja, nacida en la ciudad portuaria del sur, derivaron otros mazos de Tarot tanto en Europa y, unas décadas más tarde, como en otros continentes.
En nuestro país, hace unas semanas un grupo de 22 diseñadores dio a conocer su recomposición del clásico Tarot de Marsella: Arcanos bolivianos, en el cual personajes típicos o mitológicos nacionales conforman la serie de los arcanos mayores, recuperando las líneas bases del Tarot, pero generando nuevas lecturas y sentidos. El trabajo se realizó en el marco de la Bienal del Cartel Bolivia BICeBé, Bolivia Póster. La muestra de estas piezas fue inaugurada de forma virtual.
El yatiri, La doñita, El caporal, El chamán, El carretón, La huasca, El minero, Las Alasitas, La cholita, El vueltero, La muerte, Los kamotes, Lunita camba, El turbión, Sol Inti, El lapo, La Virgen de Urkupiña y Elay son algunos de los 22 arcanos diseñados en técnicas mixtas: dibujos en blanco y negro o a color, con tinta o acuarelas, pero todos con bases manuales y acabados con recursos propios del diseño gráfico.
El proyecto nació en 2017 por un afán personal, cuenta Hermes Peredo, diseñador a cargo. “En aquella época tuve mis primeros pasos como tarotista y estaba fascinado con los arquetipos del Tarot de Marsella. Muchos no saben, pero los personajes que salen en el Tarot, especialmente en los arcanos mayores, están basados en la jerarquía francesa de la época. Bolivia tiene una riqueza inigualable a nivel cultural y visual, y sentía que esa riqueza merecía ser mostrada de la misma forma que la francesa”.
Dos años más tarde, el trabajo empieza a tomar forma. “Fue seleccionado para formar parte de la exhibición de ese mismo año (2019) por la Bienal. Susana Machicao fue quien creyó en el proyecto e hizo la curaduría y le dio forma, con la ayuda del ilustrador paceño Salvador Pomar. Yo estuve a cargo del proceso de conceptualización de cada arcano y su respectiva ‘bolivianización’, con la ayuda de Danitza Gómez, de Centro Almora. En conjunto con la BICeBé, se hizo la selección de los ilustradores nacionales”.
El primer paso fue conocer el contexto de cada arcano. “En cuanto se hizo la asignación de los arcanos a cada uno de los ilustradores, yo elaboré una serie de podcasts personales de cada uno para que los chicos puedan empaparse de todo lo que el personaje representa. No quería que únicamente ilustren una carta, sino que se cuestionen en el proceso y que el arcano que les tocó les despierte algo en el interior”.
En el proceso, el mayor reto se encontraba en hacer dialogar ambas cartas, la original con la reformulación. “La ‘bolivianización’ de los arquetipos no fue nada fácil. La nueva propuesta tenía que resonar estrictamente con la carta original y además tenía que tener la misma energía”.
Colorida e impactante se presenta La reina del corso, basada en la carta de La emperatriz y diseñada por Jiyiri Nieme.
“Nos habla de cuando el ser h u m a n o quiere seguir su impulso creativo”, dice Peredo. En tonos sepia y sombríos, aparece la obra de Mariano Aguilera, El tío, basada en El diablo. “Nos invita a hacer las paces con nuestras propias pasiones y deseos oscuros, y a dejar de pensar en una autoproyección”.
La bolivianita, basada en La estrella y trabajada por Peredo, exhibe a una mujer decorada por la piedra semipreciosa.
La exposición, que actualmente está montada en la CAF en La Paz y será llevada a Santa Cruz dentro de un tiempo, ha creado un contrapunto histórico: se ha generado un contraste entre dos barajas que hoy se hallan juntas, pero que mantienen o crean sus rasgos propios.