Saturday 2 Dec 2023 | Actualizado a 04:41 AM

Diálogo en el Sauna

/ 3 de septiembre de 2023 / 06:06

Voy al sauna en Cochabamba, preciso urgente relajarme, tengo dolores en todo el cuerpo, mis pies son un verdadero dolor de cabeza.

Ch’enko total

Voy al sauna en Cochabamba, preciso urgente relajarme, tengo dolores en todo el cuerpo, mis pies son un verdadero dolor de cabeza. Escojo un lugar adecuado en estos tiempos de coronavirus, me siento en el piso, el vapor está fuerte, mi pulmón derecho chirrea. “Secuelas, secuelas”, dice en un sonido profundo de chapa sin aceite. Practico la respiración yogui, me río de algo, agradezco el momento. Entonces ingresan dos jóvenes universitarios parecidos al Ken de la muñeca Barbie. El primero es blancón, con el cuerpo trabajado en gimnasio, 1.83, tenista de buena familia, se tropieza conmigo… ni un saludo. Su compañero, un poco más moreno, trata de sonreír. “Buenasss”, dice. Se sientan al frente, el blancón tiene un arete en el oído derecho, se queja:

—Puta, boludo, qué horrible es ser boliviano, qué mierda, no entiendo a esta raza maldita— sacude la cabeza hacia atrás.

—Yaaa, no exageres, boludo, ahora qué es lo que te jode tanto— dice el moreno rascándose el t’husu en el que tiene tatuada una bandera de los states.

—En serio, boludo, no entiendo a este país. Por qué nos cagan así, boludo, cómo es posible que perdamos en todo, somos últimos en futbol viejo, nos golean…

—Sí, boludo, una huevada. Y qué quieres, estamos pues gobernados por indios, viejo…

— No entiendo cómo este indio del Evo no hizo nada desde el Estado por el fútbol. No hay que inventar nada, todo está ya hecho; qué les cuesta viejo contratar, no sé, a un técnico alemán, pagarle y ya…50 mil dólares al mes y que nos formen, que arregle esta raza de mierda, boludo.

—Sí, boludo, si solo es copiar lo que hizo Venezuela. En Venezuela boludo han contratado así a unos europeos que trabajan en las divisiones inferiores, 15 años han trabajado, y mira, son penúltimos, pero sus jugadores están en buenas ligas— dice suspirando el Ken morocho.

—No entiendo, boludo, no hay que inventar nada. Y estos indios, si quieren ser como Venezuela, entonces que hagan igual, viejo— dice Ken, comiéndose un moco.

—Pero bueno, boludo, tampoco te pongas así…

—No, viejo, ni siquiera en Colombia se tratan así. En Colombia no se dicen “cholo”, “t’hara”; todos hablan por igual, ahora no sé qué hacer boludo.

También puede leer: Julio intenso

— Por lo menos si tuviéramos unos negros de verdad— dice Ken morocho moviéndose en cuclillas.

— Eso dice mi abuelito, boludo, ni siquiera eso tenemos. Nuestros negros bolivianos, puta, todos unos flaquitos, cualquiera los pasa por encima, viejo. Eso más, viejo, no lo puedo creer, qué destino, boludo…

— Lo has visto a ese Enner Valencia, ecuatoriano es, boludo. ¿Puedes creer? De dos zancazos al defensor del Bolívar lo dejó atrás, eso es pues un negro de verdad…

— Y este indio del Evo, ni siquiera ha podido intervenir la federación de fútbol, viejo, son unos ineficientes estos masistas, hasta cuándo pues…

— Oye, boludo, y por qué estás pues tan preocupado… Relájate, viejo, nosotros somos tenistas, viejo, jugamos tenis en el Tenis desde wawas ¿Ahora te has vuelto futbolero? No jodas, boludo, el fútbol es para las masas.

— ¿Te digo la verdad, boludo? Estoy jodido. Mi viejo me dio 7 mil bolivianos para pagar el semestre de la Cato.

— Normal, boludo, mi mamá también.

— La huevada es que… ¿Has visto esa propaganda en ESPN, esa de apuestas.com?

— Uta, no boludo.

— Automáticamente me salió el link. Esa es la huevada de tener iPhone, viejo, ingresé al link y aposté los 7 mil bolivianos al Bolívar, boludo…

—¿Yyyy?

— Y nada, pues, esta raza de mierda, boludo. Han perdido contra el Inter en La Paz, era obvio que tenían que ganar ¿no? Ahora estoy jodido, voy a tener que prestarme, boludo.

— De la Daisy boludo, su papá esta ahora de gerente del Tenis, esos sí tienen plata. Tu suegro puede ser, boludo, ¿has visto el auto que maneja?

— No sé, viejo, quiero cambiarme de país, boludo, ya no aguanto más. ¿Vamos? Tengo que llevar mi Rav 4 al mecánico.

Salen los modelitos casi pisándome. Y yo que precisaba urgente relajarme.

Texto: EL PAPIRRI

Temas Relacionados

Jaker

Luego de 15 días en La Paz más que intensos, llegaba a Cochabamba a descansar, a ver la Champions, a rascarme todo

Por El Papirri

/ 19 de noviembre de 2023 / 06:57

Ch’enko total

Luego de 15 días en La Paz más que intensos, llegaba a Cochabamba a descansar, a ver la Champions, a rascarme todo, a rumiar el último concierto en el Municipal, a dormitar suave. Con un ojo miraba el partido, con el otro miraba la tarde. De pronto aparece un mensaje en mi WhatsApp con código internacional: “Somos de la empresa WhatsApp, hay otro teléfono que está queriendo utilizar este número, ponga el SMS que le mandamos, son 4 dígitos, comprobaremos así que usted es el propietario, tiene 30 segundos”. ¡Justo goool de Atlético Madrid! Veo el SMS, lo copio, lo mando a ese número y listo: me cagaron. Me jodieron el descanso, el partido y la tarde; todo se volvió tensión, desesperanza…

Se queda un mensaje congelado que dice que ponga un pin, que si no lo sabía me mandarían uno nuevo a mi correo electrónico… Nada. Nunca había yo puesto un pin en el WhatsApp. Nunca llega el famoso mensaje al e-mail. Se pudre ahí mi mirada colectiva: siento la agresión en los ojos, habían penetrado en mi privacidad, me viene un ataque de ansiedad. Ken merda será, una desconfianza atroz atrapa mi alma. De pronto suena el teléfono, es mi querida cantante: —Manu, ¿tú me estás pidiendo plata? —Nooo, cómo pues Diana… —¡Están pidiendo plata por vos! Ponen la foto con tu hermano, mandan un QR…—Qué gran put’s.

Dejo el partido, prendo la compu emputado, ingreso a mi face, puedo ingresar sin dramas. ¡Uf, menos mal! Escribo un mensaje póstumo: “Algún imbécil a jakeado mi watsap, por favor no les den plata, están pidiendo dinero a mi nombre con QR, no les hagan caso…” Suena el teléfono, es mi sobrina hippie amada —¿Tío, te pasa algo? Me están pidiendo dinero, 10 mil bolivianos que precisas urgente. Ahorita no tengo, pero conseguiré, dame unos días, tío. —No, no, hijita, son jakers…—¿Quién, qué?, te escucho entrecortado. —Son hakers, con “h”, entonces. No necesito dinero, son estafadores, ¿dónde estás hijita? —En Río Abajo, pues, tío, no te escucho bien, te llamare más tarde”.  Silencio…

Entonces llega la semana de angustias, reboto del técnico cubano a Entel, de allí al técnico cubano. En Entel una señorita comiendo un silpancho me dice algo así como nosotros na’k ver con watsap. El técnico cubano, radical, dice en Caribe: “no hay otra, tendrá que ser otro número, chico, no hay nada más que hacer”. Un joven amigo que sabe de estas cosas me aconseja que marque **//++60*, sale un chorizo de número, se lo leo, —hay un 1 al final… Uy, te clonaron el teléfono Papirri… han hecho un espejo con tu teléfono. —Y ahura.

Desesperado compro un chip en cualquier tienda, lo pongo apenas, cada vez veo peor. Al día siguiente vuelvo a la compañía de fonos. —Este chip está mal, dice un joven maduro con pinta de japonés, voy a mantenerle el número, pero hay que cambiar de chip. Salgo cabizbajo con un nuevo número que nunca pude recordar.

También puede leer: Un lindo concierto de fin de año

—Por favor, me jakearon el watsap, este es un numero de emergencia, le escribo a una compañera de trabajo. —¿Lo agendo o no?, contesta de mal humor. —No sé —le digo— y la tarde lanza un eructo a chicharrón que casi voltea un molle viejo. Rápido y concreto, el jefe de mi trabajo pone el nuevo número en la red de watsap. Escribo a un colega siempre amable a su watsap personal desde el nuevo número contándole el drama, es un caballero setentón intelectual, se asusta… nunca contesta mi mensaje en ninguneada total. Al cuarto día sin watsap me llega un hálito de ángel, una calma sospechosa. Esta calma me está estresando digo, siento que talvez podría ser interesante tener un nuevo número. Le escribo a un amigo querido contándole lo sucedido. —¿Y cómo sé que eres vos?, responde en carcajadas de emojis. Al quinto día pido socorro a un pariente de mi mujer que alguna vez había trabajado en Viva, viene al depto., mira todo, muy desactualizada tu compu, tienes que poner nuevo World, dice, asquiento. Entra a unos tutoriales, leyendo fúnebre dice: Tienes que esperar siete días. —Desde cuándo? —, le imploro. —Desde el día del jaker—, dice con cara de Halloween mientras una nube gris se choca con el cerro lanzando un granizo plomizo. Le quiero pagar. “Jamás, viejito”, dice, pellizcando mis cachetes.

Por fin llega el día siete. Lloriqueando extraño los mensajes de mi comunidad de Tigres, sollozo saudade de los reclamos de la red del edificio, extraño los avisos de la red de artistas. Ya sin esperanza llamo al sobrino empresario que instruye: “consúltale a nuestro técnico de computadoras”. Adjunta el número de William Gonzales, quien llega el día ocho a las nueve armado de susurros. Se sienta frente a la compu, saca una foto del mensaje congelado, parece que está orando, pidiéndole al cibersanto del ciberespacio compasión entre susurros, pasa una hora mientras doy vueltas como huayronko (¿es un ave?). De pronto se enciende el mundo, el sol pasa rebotando de techo en techo, todo se inflama de luces. El amigo Gonzales —capo bárbaro— logra destrabar aquella imagen congelada que pedía un pin inexistente. Lo abrazo, le beso la pajla, grito retrasado el gooool del Atlético. El técnico mira sabiamente el número del jaker y en tres clics mágicos lo denuncia y desaparece tragado por la cibervida y sus algoritmos. Fue así que se enciende el mundo con mis amados contactos cultivados en años, beso mi watsap histórico. Entonces suena el teléfono. —Tío, te he depositado 3 mil al QR que me mandaste, por ahora tengo eso—, dice mi sobrina hippie amada con una voz ahogada en álamos desde Río Abajo.

El papirri: personaje de la Pérez, también es Manuel Monroy Chazarreta

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Hashimete

Luego de la gira Mirando al Sur me siento agotado y emocionado.

/ 8 de octubre de 2023 / 06:45

Ch’enko total

Luego de la gira Mirando al Sur me siento agotado y emocionado. Hacía años que no tragaba tantas horas de carretera en bus, viajar 10 horas, llegar a una terminal al amanecer, no saber qué hacer, esperar a los organizadores, etc. Los japoneses llaman a esta primera experiencia el hashimete, y —según lo que pude percibir en cuatro años en Japón— es muy importante. El hashimete abre derroteros, disipa calzadas, es la sorpresa, la angustia, la incertidumbre del no saber bien, es la primera vez. Por ejemplo, el hashimete en Salta, pues no la conocía, bella ciudad repleta de música popular. Pero antes, en Tarija, el hashimete fue tocar con músicos tarijeños, el baterista Subirana venía del rock, habíamos tocado con Octavia alguna vez, pero montar todo un concierto fue difícil. Tocamos por primera vez con el violinista Beto Vidal y con los bombos de Milton Achá. Este año 2023 cada uno de mis conciertos fue un hashimete, he dado 20 conciertos diferentes unos de otros, siempre con nuevos músicos, he tocado cerca de 80 canciones mías, todas diferentes. En Tarija me gustó mucho volver a cantar la canción que hicimos con Robertito Echazú, Camino y cal, sobre un poema del vate tarijeño. También emocionó homenajear a Nilo con mi cuequita Un día con el Nilo. Y homenajear al gran guitarrista Fernando Arduz con una cueca mía que le gustaba: Tengo serias intenciones. Bella está Tarija. 

Hashimete el viaje en bus Tarija-Salta. Llegamos un domingo a las cinco de la mañana, era de noche. Nos fuimos nomás al hotel y estuvimos como búhos rondando hasta que nos permitieron ingresar al cuarto. Festejar mi cumpleaños 63 en Salta fue chistoso. Hashimete un cumpleaños en Salta. La charla conferencia que di el martes 19 de septiembre fue importante para algunos alumnos de la Escuela Superior de Música que en hashimete se enteraron de los Pioneros de la canción en el sur de América. Fue emocionante conocer a Juan Pablo Zamora, un joven cuarentón que llegó a la charla con mi segundo LP Cuenta cantos, con mi primer libro de crónicas y con un afiche de los ochentas de un concierto mío que en la parte de atrás contenía una carta para su recordado padre, un gestor cultural que conocí en el año 1984 y que me llevó a tocar a Tarija en su centro cultural llamado El Portón de la Palmera. Pablo era niño cuando me conoció aquella vez, mis canciones fueron la banda sonora de su infancia. El guitarrista y amigo salteño, Nicolás Vaca, fue el productor del concierto que realizamos en el auditorio Pro Cultura en el centro salteño el miércoles 20 de septiembre, con asistencia de decenas de migrantes bolivianos que aparecieron con la Morenada Mejillones de Salta, interpretamos juntos mi morenada Mamita Cantila en hashimete.

Foto. El papirri

El viaje Salta-Santiago se diluyó todo el jueves, entre calores y carreteras. Hashimete este viaje que por suerte lo hicimos de noche al retorno. Llegamos a Santiago del Estero y todo se iluminó. Mi madre y mi abuelo en su energía cósmica nos esperaban en la terminal y nos llevaron en auto al Hotel Libertador. Azorados supimos que quedaba al lado de la Capilla de la Montonera, lugar donde se casaron mis padres. Allí pude divisar el recuerdo que había dejado la pareja en la puerta de la Capilla, una virgen de la Merced labrada en piedras de colores, con la frase: “Recuerdo del matrimonio de los esposos Monroy Chazarreta, 21 de octubre de 1951”. Pura emoción. Entonces apareció el organizador del evento, un santiagueño gran tipo, un ángel del camino que yo no conocía personalmente, le dicen el Sensei (Miguel Aeie), es amigo de todos los músicos. Sensei tiene un almacén con el que lleva adelante el hogar con esposa y tres hijas. “Hashimete, Sensei”, le dije cuando nos encontramos. El concierto del 22 de septiembre en el espacio cultural Sixto fue muy hermoso, tocamos con tres bandas de Santiago muy reconocidas: Los Hermanos Simón, La brasita de mi chala y el interesante cantautor Enrique Marquetti. Ese viernes 22 en la mañana fui a reconocer la casa de mi abuelo: me esperaba mi madre sudando en su vestido de nubes celestes. La portada de la casa está hermosa, bien restaurada. En la verja —el patio de entrada— está mi abuelo, siempre serio y profundo en su reciente busto. Al ingresar pude ver los dos cuartos delanteros de la Casa Museo Andrés Chazarreta, declarado el Padre del Folklore Argentino. A la izquierda, una vitrina con sus guitarras, su bombo, su poncho. En la pared, seis iPads contienen en digital información valiosa, varios discos, imágenes de la compañía de arte nativo, fotos históricas. En el segundo cuarto están 400 discos de vinilo de 35 revoluciones, el escritorio del abuelo, la vitrola, decenas de diplomas de mi infancia. Los patios internos son ahora el Archivo de la Provincia de Santiago del Estero. Creo que una de las cosas más importantes que hice en mi vida fue luchar por la preservación de esta memoria. Bueno, el retorno fue difícil, hashimete todos los kilómetros de nuevo, todo en una semana. Valió la pena. 

También puede leer: Mirando al sur

Deseo invitarles este sábado 14 y domingo 15 de octubre a mis conciertos en el Teatro Municipal de La Paz, mi ciudad, celebrando 44 años en la canción boliviana y 475 años de la fundación paceña. Hashimete para algunas canciones, como la dedicada a Chabelita Viscarra. Los esperamos. Vengan pues. Le cascaremos como si fuera hashimete.

El papirri: personaje de la Pérez, también es Manuel Monroy Chazarreta

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Mirando al sur

Me enteré de que te vas de viaje, Papirri. ¿En qué consiste la gira Mirando hacia el Sur?

/ 17 de septiembre de 2023 / 06:06

Ch’enko total

Me encontré con un amigo periodista en El Prado paceño, quien me agarró del brazo, me hizo sentar en un banco, encendió su grabadora y comenzó a preguntar.

— Me enteré de que te vas de viaje, Papirri. ¿En qué consiste la gira Mirando hacia el Sur?

— Recibí una invitación del director del Festival de Guitarras de Salta, Argentina, para tocar en el Auditorio de Pro Cultura de esa ciudad el 20 de septiembre. Me emocionó la invitación. Luego de conversar con el guitarrista de nombre Nicolás Vaca, quedamos además en tener un encuentro-charla con músicos salteños que estudian en la Escuela Superior de Música, y repasar la ponencia que presenté a la Reunión Anual de Etnología (RAE 2023), que destaca a los Pioneros de la canción urbana en el Sur de América. Este encuentro-charla será el martes 19 de septiembre en ese centro de estudios. A partir de allí, decidí retroceder y tocar antes en Tarija, el 15 de septiembre en el Teatro de la Cultura, iniciando la gira Mirando al Sur. Luego, el Centro Cultural Sixto Palavecino de Santiago del Estero se enteró de mi estadía en Salta y me invitó a tocar allí el viernes 22 de septiembre. Es muy emocionante volver a la tierra de mi madre.

— Esta gira pasa por la casa museo en honor a tu abuelo, Andrés Chazarreta. ¿Cómo fue la gestión para que este espacio sea un museo dedicado al folklore?

— La Casa Museo Andrés Chazarreta estuvo muchos años en abandono. Fue el epicentro donde se inicia el movimiento folklorista de Santiago desde 1900, cuando mi abuelo Andrés organiza su Compañía de Arte Nativo, con una orquesta con sonido propio y un cuerpo de baile muy original para la época. Era la puesta en escena de sus investigaciones en la campiña santiagueña. En esa casa ensayaban músicos populares las chacareras, zambas, escondidos… siendo alrededor de 30 géneros musicales y coreográficos que mi abuelo fue ordenando, dando forma. Era una locura para la época, nadie le tiraba pelota. Le negaban los teatros, pues sus músicos y bailarines eran paisanos de verdad, algunos gauchos semiesclavos con un talento natural, como Antu Puncu, un gran bailarín de 70 años que inicia el malambo. O la señora Narcisa Ledesma, una matrona de 75 años que bailaba la zamba de una manera excelsa. Ellos viajaban horas de sulky para ensayar en esa casa. Las tres hijas de Chazarreta heredaron la casa, la mayor era mi madre Anita, quien además fue la mano derecha de don Andrés, le transcribía y ordenaba todo su trabajo. Cuando murieron las hijas, los descendientes no pudieron con la obra y la casa. El año 2012 hubo un intento de remate del inmueble. Ahí intervino el nieto menor, o sea yo, para evitar el derrumbe de la casa: primero para evitar el remate; luego, para sentar nuestros derechos y después gestionar que la Gobernación de Santiago la compre. Todo fue complicado, pero logramos que la gobernación compre la casa museo. Ahora es un repositorio oficial: en la parte delantera continúa la Casa Museo Andrés Chazarreta y en la parte de atrás se construyó  el Archivo Histórico de la Provincia.

— En lo personal, ¿qué significa para ti la figura de don Andrés Chazarreta y este espacio de homenaje?

— He decidido mirar al sur, encontrarme con la aloja, el sauce llorón, el mate, el chipaco, las parras y sus uvas colgantes. Mirar al Sur es acercarme a la figura épica de mi abuelo materno, Andrés Chazarreta, con sus ojos tristes, su bigote de héroe, su guitarra labrada, su voluntad de hierro, su caballo montaraz, sus apuntes en papelitos varios, anotando desde el caballo las danzas y la música de su territorio, Santiago del Estero, repleto de música y danzas. Chazarreta fue el héroe de mi infancia. No lo conocí,  falleció en abril de 1960 y yo nací en septiembre. Pero todas las vacaciones escolares me la pasaban mirando sus fotos, su guitarra en la vitrina, hojeando las partituras y sobre todo tocando algunas de sus piezas como la Zamba de Vargas, La Telesita, la Criollita Santiagueña. Por supuesto, mi madre Anita está presente  en todo ello.

También puede leer: Diálogo en el Sauna

— ¿Qué repertorio podrá escuchar el público?

Desde Tarija ya interpretaré en el programa un sector dedicado a mi abuelo Andrés. Cantaré esas zambas y chacareras de mi niñez. En el medio de mis canciones aparecerá Don Andrés y sus melodías infinitas.

— ¿Cómo recibe el público sureño tu trabajo?

— Eso iré a ver, soy bien paceño, pues, por ahí ni me tiran pelota. Pero voy cargado de recuerdos, nostalgias, voy con el pecho encendido de haber logrado que la casa museo esté en pie. Hubiera sido horrible volver a Santiago y ver que la casa era ahora un parqueo de autos, cosa que deseaban las otras partes. Vuelvo agradecido con la gente que me ayudó a conservar la memoria de Chazarreta. Creo que el espíritu de mi abuelo me ayudó a encontrar por internet un buen abogado, conocer un par de periodistas amigos que me ayudaron a difundir la posición que triunfó, mantener la casa museo con todas las cosas fundamentales de mi abuelo, su guitarra, su poncho glorioso, las partituras originales, 400 discos originales que completaron 50 años de grabaciones en RCA Víctor, el sello mas importante de la época.

— Una última pregunta: ¿Y qué me lo vas a traer?

— Unos alfajores, un sándwich de miga y una chacarera. ¿Te parece?

El papirri: personaje de la Pérez, también es Manuel Monroy Chazarreta

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Juana Azurduy (final)

/ 7 de mayo de 2023 / 10:13

Ch’enko total

Siguiendo el libro Juana Azurduy del historiador argentino Pacho O’Donnell se podría afirmar que de 1814 a 1816 Juana se consolida como líder guerrillera contra el imperialismo español. Su valor como guerrera y estratega toma formas épicas: se la ve erguida en su potro de comandante con una niña en brazos, su quinta hija: Luisa Padilla Azurduy. Por su valentía, consecuencia e inteligencia es designada teniente coronel de los ejércitos libertarios. Esta es una verdad irrefutable cuando leemos la carta firmada por el general Manuel Belgrano a Martin Pueyrredón donde se exponen las causas de la designación, carta fechada el 26 de julio de 1816, que al inicio relata: “Paso a manos de V.E. el diseño de la bandera que la amazona doña Juana Azurduy tomó en el cerro de la Plata como once leguas al Este de Chuquisaca, en la acción a que se refiere el comandante Don Manuel Ascencio Padilla, quien no da esta gloria a la predicha su esposa por moderación, pero por otros conductos fidedignos consta que ella misma arrancó de manos del abanderado este signo de tiranía, a esfuerzo de su valor y de sus conocimientos en milicias poco comunes  a las personas de su sexo” (O’Donnell, 167). Esta acción heroica de Juana la guerrillera se lleva a cabo en los campos de El Villar. La designación de teniente coronel remite el general Belgrano en carta desde Tucumán el 23 de octubre de 1816.

El mencionado libro relata además las difíciles internas entre los ejércitos “abajeños” al mando de los sureños Pueyrredón, Rivadavia y Rondeau que con ínfulas y manipulaciones trataban de minimizar y quitar autoridad a los líderes altoperuanos “arribeños”, quienes se jugaban de verdad la vida y propiedades por la independencia y la patria, mientras los porteños buscaban intereses y poder y algunas de sus tropas saqueaban sin virtud alguna. La carta de Padilla a José Rondeau, fechada el 21 de diciembre de 1815, es un testimonio de estas internas y vale la pena leerla en la página 157 del libro. Es muy emocionante leer las palabras dignas y escuchar la voz del líder Padilla: “…nosotros los altoperuanos tenemos una disposición natural para olvidar sus ofensas: quedan olvidadas y presentes. Recibiremos a V.E. con el mismo amor que antes, pero que esta confesión fraternal, ingenua y reservada sirva, en lo sucesivo, para mudar de costumbres, adoptar una política juiciosa, traer oficiales que no conozcan el robo, el orgullo y la cobardía. Sobre estos cimientos sólidos levantaría la Patria un edificio eterno.”

Lea también: Ch’akatao

El ejército colonial designa a un eficiente y cruel coronel cruceño, Francisco Aguilera, para acabar con la vida de los Padilla Azurduy. El cruel Aguilera es quien se ocupa personalmente de matar a Manuel Padilla en una batalla cerca de Yotala: el guerrillero muere en combate el 14 de septiembre de 1816, hecho consumado por la traición de Manuel Ovando, exguerrillero vendido a las tropas coloniales, quien delata la estrategia de Padilla. Aguilera decapita a Padilla y pone la cabeza en largo palo en el centro de la plaza de La Laguna. Juana recibe la noticia guerreando en retaguardia, en un primer reflejo galopa a ayudar al esposo, sin embargo, se convence desde la altura de un cerro que la muerte y la derrota están consumadas. El amor de su vida había muerto en batalla. Con reflejo materno va en busca de su hijita Luisa, en los siguientes días planifica en llanto recuperar la cabeza de su amado y darle cristiana sepultura. Así, en tal vez su última batalla, capitanea una tropa reducida de indígenas y amazonas, logrando recuperar la cabeza de su amado y darle un entierro digno. Manuel Ascencio Padilla no puede conocer la designación de Coronel de los ejércitos libertarios firmada en la misiva de octubre por el general Manuel Belgrano.

Juana Azurduy

A partir de allí, Juana deja el mando de la guerrilla y sus combates, decide irse al sur con la hija infanta. Es recibida con honores por los guerrilleros chapacos a la cabeza del Moto Méndez, luego es protegida por el líder Martin Güemes, de quien fue consejera de guerra en Salta hasta el asesinato de este héroe guerrillero, planificado por la antipatria en 1821. Juana Azurduy, a los 45 años, retorna con su hijita Luisa casi adolescente a Bolivia en condiciones paupérrimas.

Es interesante la cifra que señala Bartolomé Mitre respecto a los líderes de las guerrillas libertarias, según el escritor son 102 líderes guerrilleros que pelearon contra la colonia en los territorios del Alto Perú, quedando solo ocho vivos tras la independencia de Bolivia en 1825. Los que reciben el poder de la nueva nación no son los que lucharon y guerrearon por ella, son doctorcitos e intelectuales pro colonialistas, palaciegos que detentan el poder de la nueva nación. El Libertador Simón Bolívar, al enterarse de la situación de pobreza de Juana, instruye que se le dé una pensión; tras el asesinato de Sucre, los doctorcitos se encargan de suspender la pensión. Juana Azurduy deambula como mendiga 30 largos años de vejez, llevando una cajita en la mano con su designación de teniente coronel. Algunos vecinos se burlaban de ella. Muere a los 82 años nada menos que el 25 de mayo de 1862. Sus últimos días los pasa en una humilde casita bajo el cuidado de un niño discapacitado de nombre Indalecio Sandy, hijo natural de un pariente. Cuando muere, el niño sale corriendo a pedir ayuda, nadie lo escucha, los doctorcitos estaban en sus actos oficiales. Juana es enterrada en una fosa común de indigentes “en el panteón general de esa ciudad en fábrica de un peso”, como reza la partida de defunción.

El libro Juana Azurduy del historiador argentino Pacho O’Donnell, debería ser releído, mejorado y aumentado por los escasos —o tal vez poco difundidos— historiadores del revisionismo histórico boliviano. Creo que debería ser reimpreso por el Estado Plurinacional y entregado como lectura obligatoria a los estudiantes de secundaria y también a las autoridades, en busca de acrecentar la narrativa de la bolivianidad. En 2010 el gobierno argentino de Cristina asciende a Juana Azurduy a Generala mientras el gobierno boliviano de Evo la asciende a Mariscal de sus ejércitos. Esito sería. Hey dicho.

(*) El papirri: personaje de la Pérez, también es Manuel Monroy Chazarreta

Temas Relacionados

Comparte y opina:

CHAU CHAU 2022

Llegó la final un histórico 18 de diciembre de 2022. Llegó un gran Lionel Messi, el papalionel, con el mejor regalo del año.

/ 25 de diciembre de 2022 / 22:57

ch’enko total

Desde la pandemia que no tenía agenda. Yo era un hombre de agenda, obedeciendo las instrucciones del Padre Mateo Garau, mi mentor espiritual, maestro jesuita de mi colegio, el San Calixto. Claro que en la época del Mateo y del colegio no existía la agenda electrónica, o sea, el celular. El asunto es que volví a la agenda de papel, en la que dibujas citas, ensayos, reuniones. Y todo por culpa del Mundial de Qatar. Quería ver todos los partidos posibles, darme el gusto hoy que soy un jubilado medio jubilado, digamos. Fue así que el domingo 20 de noviembre el planeta cambió, Ecuador nos dio la primera alegría al ganarle a Qatar. “El mundial será en Qatar”, me dijo un amigo hace dos años. “¿Mundial de qué?”, pregunté. “¿Mundial de carrera de camellos? ¿De golf?” “No, Papirri, de fútbol”, dijo con una mueca de burrito. Bueno, la cuestión es que en una primera etapa vi los partidos desde las 6 AM. El martes 22 de noviembre —está anotado en mi agenda— Argentina perdía con Arabia a las 6 AM. Medio dormido, puteaba suavito contra Scaloni. Por el sentido común futbolero (s.c.f.), el técnico de la selección argentina debía ser alguien con experiencia, alguien que haya dirigido grandes clubs, un Cholo Simeone, un Alfaro. El s.c.f. decía que Scaloni no funcionaba muy bien como técnico, sin embargo, en 2021 había logrado que Argentina sea campeón de América en el Maracaná (sic), con golazo del Fideo Di María, tapándonos la boca. Lo gritamos todos los del s.c.f. Hace dos meses tomé unos tragos con mi compadre que me dijo: “Quiero que salga Messi campeón del mundo”. “O sea, Argentina”, le dije… “No, Messi”, me contestó este mi compadre que siempre fue antigaucho. Hasta los antigauchos querían que Messi salga campeón. Otro asunto fuera del s.c.f.

El asunto es que el Mundial me hacía anotar resultados en la agenda. Pasó noviembre con un raudal de goles y sorpresas, exagerado vi a las 6 AM Senegal-Holanda, vi cómo Japón derrotaba a Alemania un 23 de noviembre a las 09.00, me escondí en un cafecito para ver cómo Marruecos salía puntero del Grupo F, eliminando nada menos que a Bélgica. Pude ver aquel Argentina- México del 26 de noviembre a las 15.00. Y allí lo vi a Messi, otra vez renacido, vi una Argentina ordenada, medio k’aima, pero de buen toque. Descubrí azorado la sorpresa de Mac Allister, la sorpresa de Enzo Fernández en el medio campo repartiendo bola. Un arquero sólido y medio locricio, ideal para la hazaña: el Dibu. Los centrales nunca me gustaron, pero poco a poco se fueron asentando, sobre todo Romero. Pude ver azorado cómo Brasil, el candidato de mi cerebro, se derrumbaba como un gran edificio cósmico y perdía por penales y el que la jodía del todo era Marquiños, uno de mis héroes futbolísticos, no sé cómo la canarinha pudo permitirse ir a los penales, lugar de la suerte y de la mala suerte, lugar donde la técnica, el juego colectivo, la estrategia y todo lo demás se diluyen en un acertijo. O en un Dibu. Argentina le gana a Polonia y sigue avanzando, el equipo se va consolidando en pleno Mundial. Otra vez la sorpresa desafiando al s.c.f., triturando mi supuesta sabiduría futbolística, Marruecos elimina a Portugal. Alemania se elimina sola por un juego poco feliz. “Mejor no afirmes nada, ya me aburren tus predicciones”, me decía Carolina. Y yo con mi agenda anotando puntos, dibujando posibilidades. Argentina le gana a Holanda y otra vez el Dibu y su carácter corajudo atajando dos penales. Pude ver cómo Francia eliminaba a Inglaterra , la máquina francesa con cuatro delanteros se comía a su histórico rival. Pude ver un mundo nuevo al frente.

el papirri

El 3 de diciembre llegaron los octavos. El 9 de diciembre los cuartos. Entonces fue que mi emoción, mi sentimiento más profundo, el que no quiere perder, el del corazón, el del hígado, el que no aguanta el fracaso, la emoción más profunda, se apoderó de mí y se puso la celeste y blanca y me acordé de mi madre y su bandera, y me acordé de mi abuelo y su escarapela, me acordé de Diego y su vida acelerada, y aprendí que en el fútbol no cuentan los sabios, los conocedores, los sabelotodos, los que adivinan, los de la sapiencia, los sumayresta, con el fútbol llega la magia, la sorpresa, el s.c.f. se derrumba dando paso a algo indefinible. Mi mal humor se tornó emoción pura. A los besos, con mi compadre, gritamos por Argentina. Llegó la final un histórico 18 de diciembre de 2022. Llegó un gran Lionel Messi, el papalionel, con el mejor regalo del año, la mayor alegría de este 2022 doloroso, feito, y volví a ser joven otra vez, a creer en lo increíble, y volví a aprender del fútbol y a respetar al defenestrado Scaloni que puso un equipo ordenado, obsesivo, sereno, veloz, técnico. Sí, amigas; sí, hermanos: Argentina es Campeón del Mundo, le ganó al megaequipo francés en una final loca, de ataque de nervios. Argentina ganó a la realidad con un 4-3-3 que se volvía 4-5-1, un planteamiento táctico de magos, con una rotación constante de sus jugadores, con humildad, con orden, con garra, con talento competente, con huevos, con amor, mucho amor y con una hinchada que ya es patrimonio mundial del amor, con familias enteras gauchitas comiendo su asadito con tres alambres y tres ladrillos en pleno Qatar, endeudándose una década para estar presentes en el momento en que Messi levanta la copa y pasa a la eternidad con sus goles, su gambeta, su seriedad, su genialidad. Gracias por esta Navidad diferente, querida selección argentina de fútbol. Gracias por hacerme joven por unos días. Gracias por demostrarme que el amor lo puede todo. Un gran año 2023 para todos ustedes, la mayoría seres de agenda, sorprendidos como yo. Con el fútbol no se puede así nomás. Hemos aprendido. Hemos vuelto a llorar de alegría y eso ya es demasiado.

por: El Papirri

Comparte y opina: